Es exactamente lo que hace cualquier delincuente que escapa de la justicia. Cambiar de imagen.
El generalito ojalatero, acantonado ahora con su coleta o su moño en la maleta, desde Venezuela, Santa Fé de Tierra firme o en la televisión comunista de un millonario, “el del tonillo impostado”, chaparreto y petulante, sólo por su violencia larvada y el veneno inoculado a la Nación, merece el silencio, el oprobio y el destierro. Y si volviera o volviese, cambiar el canal de televisión. Ahí radica nuestro pequeño poder, en el mando a distancia.
Llevó el disfraz mientras le fue útil. Pero la coleta no pega con el chalet ni con corega, cualquiera que sea y tenga los metros cuadrados que tenga.
El pijocomunista, con fotógrafo de cámara, se ha hecho “un foto matón” igual que la de su idolatrado Stalin del que ha copiado hasta su dacha. No es un robado. Es, como toda su vida, un posado, un attrezo, un decorado.
El libro escogido para la foto, no lo ha leído. Él, ni preparaba las clases ni lee, sólo ve series y se las cree.
A lo que más se parece Iglesias es a un espía, a un traidor, a un generalito gachupín, a un Tirano sin banderas. Alguien que engaña a la patria y se alía con potencias extranjeras para hacerse con ella, y venderla a cambio de la financiación de un partido, de un chalet o de una televisión, un monopoly desde el que cambiar Vallecas por Galapagar, y lo que venga.
¿Para qué sirvió el 15-M, dicen en televisión el Espiblack y el Errejón? La respuesta es sencilla. Con la mitad de los jóvenes de este país sin oficio ni beneficio, para que vosotros viváis de la política.
¿Qué bolichada harías tú esta noche metiéndote, con algunos hombres, por Santa Fe de Tierra firme, o por cualquier cadena de televisión?
-“Con solamente otro compañero dispuesto, revoluciono la feria: Vuelco la barraca de las fieras y abro las jaulas.
-¡Filomeno, no te pongas a saltar un tajo cuando te faltan las zancas! Es una grave responsabilidad en la que incurres llevando tus peonadas al sacrificio.
El modo de caminar del generalito es igual que el de Pedro Sánchez. Aparentemente decidido y Bamboleante. Los dos están poseídos por su imagen en las aguas del Retiro. De ahí su caminar amanerado, sin la más elemental espontaneidad. Están poseídos.
Pero a diferencia de Fausto que entrega su alma al diablo a cambio de ¡Más luz! , éste par de mequetrefes, han entregado su vida a Mefistófeles sólo por su ambición de trepar y mandar, despojados de principios.
De las ramas de los árboles a la universidad por el partido y al partido por la facultad con el fin de no trabajar. Así, con un puñado de “hijas de papá” arrobadas como idiotas supliendo la figura paterna y un puñado de chisgarabíes siguiendo al chamán de una secta, pretenden imponer a los demás cuatro ideas mal digeridas y mal colocadas en la cabeza.
Pero Iglesias ha enseñado la patita. Por mucho que se vista de seda, tirano se queda. Encarnación del odio y amigo del terror, para comprender al tirano en general, lo mismo al chavista Monedero, que al Leninista Iglesias, es preciso interpretar que no tiraniza el fuerte sino el débil.
Se puede disfrazar de lobo, con moño o con coleta pero el que se ha demostrado capaz de dañar a toda una Nación, esconde una Caperucita de odio y de simpatía por el terror de ETA.
Sus llamadas permanentes de atención son a la vez freudianas y partisanas. Por eso, después de un silencio estratégico, seguirá haciendo daño y dinero con el mismo cuento, pero por otros medios.
Con coleta o sin coleta el tirano seguirá poniendo piedras en el camino, pero le delatará su voz de falsete, el tonillo que denunció en la tribuna de oradoras, la excelente parlamentaria canaria Ana Oramas.
Aquel cuya violencia larvada enfangó el parlamento por culpa del “cortosastre de Moncloa”, secuestrador del PSOE, que en su ambición de poder le rescató cuando ya iba camino del olvido.
El problema de este tirano sin bandera es muy sencillo. Pretender mandar sin haber previamente obedecido.
