OPINIÓN

José Manuel García Albarrán: «“Prohibido prohibir”»

José Manuel García Albarrán: "“Prohibido prohibir”"

Vivimos… por decir algo, desde hace más de un año en una sociedad ‘saturada de prohibiciones’…

Sí, sí… soy consciente que estamos pasando por unas circunstancias especiales debidas a la Pandemia, a las variantes del Coronavirus (china, británica, sudafricana, brasileña, india) al lío montado con las diversas vacunas y bla bla bla, bla bla bla,  pero…

¿No tienen ustedes la sensación que nos han hecho, o al menos han intentado hacernos?… unos miedosos, apocados, hoscos aprehensivos, desafectivos y si me apuran incluso, un tanto pusilánimes.

No voy a caer en la tentación de pensar, como dice un amigo mío, que todo esto forma parte de una especie de ‘conspiración judeo masónica comunista’, pero no me cabe duda que a algunos les vino y les sigue viniendo muy bien…pero que muy bien, habernos tenido quietecitos, amarraditos y calladitos en nuestras casas mientras que ellos han estado gozando de una -permisiva libertad- “de facto y no de iure” (a la fuerza y no por derecho) gracias a sus cargos y posición social que ha estado muy… pero que muy por encima de las pocas ocasiones y libertades que teníamos los pertenecientes al pueblo simple y llano.

Podrían explicarnos, señores del gobierno de España y políticos en general…

¿Donde estuvieron, a donde viajaron y que hicieron en el puente y la pasada Semana Santa?

¿Respetaron ustedes esos cierres perimetrales sugeridos a las CC.AA o incluso impuestos a todos los ciudadanos?

Les voy a ahorrar la incómoda situación de tener que mentir una vez más…Ya les digo yo que no, ¡No los respetaron!

Que algunos, no todos, se fueron volando tanto en sentido figurado -deprisa- como en sentido literal… Vo-lan-do, a distintos y variados destinos.

Ya… ya sé que fueron a inaugurar ‘eventos’, que otros y otras fueron a ‘darle una vuelta a la casa’, como solemos decir por aquí -por aquello de los okupas- e incluso a darle una vuelta -aérea- al palacete, para limpiar el polvo, airearlo y ver si seguía en su sitio, de cara a la  próxima estancia veraniega…¡Digo yo!

Pruebas de ello, lo que se dice pruebas, al parecer y en lenguaje coloquial ‘haberlas ahylas’ aunque sean como ‘las meigas’.

Es decir señores políticos…

“Consejos vendo y para mi no tengo” otra vez más acierta el refranero ¿No?

Pero mientras…

El resto de españolitos ‘de a pie’ -no todos podemos volar- nos fastidiábamos sin viajar y nos recogíamos tempranito… ¡como las gallinas!

Mientras, no podíamos compartir mesa en terrazas, con más de uno, dos, tres o cuatro familiares o amigos, según el día, la semana, el mes o la C.A.

Mientras, estaba prohibido ir por la calle, los parques y las playas paseando sin ‘la máscara’ puesta.

Y mientras, nos fastidiaban con otras cien ocurrencias y algunas prohibiciones más, siendo todas ellas de difícil asimilación por sus cambios repentinos y la variedad de normas distintas, según la C.A. en donde viviesen.

El caos prohibitivo ya estaba servido y el gobierno central, cansado de las críticas de los ‘ciudadanos desagradecidos’ que no sabían valorar ‘sus magníficas y acertadas decisiones’, decidió zafarse de esa ingrata responsabilidad y lavarse las manos -como Pilatos- ‘cargándole el muerto’ a las 17 CC. AA.

¿Recuerdan las prohibiciones impuestas por el gobierno durante el primer ‘estado de alarma’?

Durante tres meses vivimos un mal llamado -estado de alarma-que en realidad se parecía más a un ‘estado de excepción’ o un ‘estado de sitio’, con su ‘toque de queda’ incluido…

Vamos, todo un lenguaje bélico para ‘amedrentar’ aún más al pobre ciudadano que ya no sabía por donde le venían ‘los tiros’.

** Prohibido salir a la calle excepto para comprar, ir al banco, al estanco o a la farmacia…

** Prohibido permanecer en la calle a partir de la 21,00 h., excepto para pasear el perro, claro…

¡Yo me negué a comprármelo!

** Prohibido pasear por la playa ni permanecer en ella… ¿Era tan peligroso? o es que temían aglomeraciones de bañistas en  marzo, abril y mayo…

** Prohibido salir con el coche, aunque fuese solo para moverlo un poco, al objeto de preservar su ‘salud mecánica’, ante el peligro de ‘apolillarse’ en el garaje.

** Prohibido ir a clase, se cerraron los Colegios, los  Institutos y las Uni.  ¿Qué hacían los niños, los adolescentes y jóvenes? ¡Pasaron tres meses que no podían ni salir de casa!

Hasta que, por fin, abrieron los bares claro, porque entonces esos mismos chicos y jóvenes que ‘perdieron el curso’ -solo de cara a su formación, porque al parecer aprobar, lo que dice aprobar, aprobaron casi todos- se reunían bien juntitos sin mascarilla y consumían refrescos, ‘cherves’ y demás ‘brebajes enólicos’ durante las horas lectivas y las no lectivas.

En este caso se invirtió el dicho y “Tras la calma… vino la tempestad”

¡Ojo! y paralelamente las playas permanecían cerradas y seguían vacías por ‘lo peligroso’ que era estar en contacto con la brisa marina al aire libre.

¿Alguien lo entendía? ¡Yo no!

Y por otro lado, ‘la caja tonta’, como decía mi tía cuando se refería al televisor, emitía en todas las cadenas, que ya habían sido generosamente subvencionadas, imágenes de homenajes a policías y sanitarios, ciudadanos que daban ‘palmitas’ en los balcones y cantaban a todas horas la pegadiza canción del dúo dinámico ‘Resistiré’ (que ya llegó a resultarme inaguantable)

En tanto que, nuestros ‘políticos prohibicionistas’ nos ocultaban los cientos de cadáveres que se amontonaban en residencias, tanatorios y pasillos de los hospitales, contabilizando solo como fallecidos por Covid-19 a los que se les había realizado previamente la PCR, de ahí su ‘error estadístico arrastrado’ de unos 30.000 muertos menos.

Queridos lectores, tengo la sensación de que hemos vivido y seguimos viviendo en una Dictadura, acorde con la definición del escritor y dramaturgo madrileño Enrique Jardiel Poncela (1901-1952):

“La dictadura es un sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio”

En fin, no sé ustedes, pero yo ya estoy muy harto de tantas prohibiciones, que nos han ido coartando parcial o totalmente nuestras libertades y han condicionado nuestro modo de vivir, por lo que les exhorto a gritar conmigo…

¡¡ Prohibido prohibir !!

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