OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «Asomándose al barranco»

Victor Entrialgo De Castro: "Asomándose al barranco"

Como “Pelma y Louis”, Iván Redondo y Sanchez “Asnejón” siguen acelerando hacia el barranco. El mayordomo ha manifestado que se tirará con su señorito por el barranco, si es preciso, que irá con su pagador hasta el final. ¿Saldrá en el Tontom o en el Google maps de su coche oficial la cárcel de Estremera?

Aparte de la patronal a medida que está preparando la presidenta consorte, sus contratos con África y demás, si nos hacen caer a todos al barranco, siempre habrá alguna empresa favorecida que les mostrará en su huida una salida del túnel que lleve a algún consejo de administración. Pero a éste infame presidente y su lacayo, les espera, cuando menos, el oprobio de por vida y la repulsa de la Nación.

¿Cómo un tonto l’haba y hasta dos, subidos en un seiscientos, pueden hacer tanto daño a cuarenta y siete millones y andar por la calle con la riñonera bien protegida permitiéndose dar consejos a la Nación e incluso al pueblo soberano? Esto solo puede ser una forma degenerada de la democracia que no prevé, como debiera, los instrumentos de control, revocación del mandato y destitución.

El propio Iván Redondo lo ha dicho. Llevan a España al precipicio y se precipitará con él. Pero, aún así, sigue acelerando a fondo, cueste lo que cueste, salvo que lo que quisiese decir, sibilinamente, es que a partir de este momento no es suya la responsabilidad.

Sea como fuere caerá el oprobio sobre él, como sobre su señorito. Después del fiasco de éste listillo “Temístocles” en Cataluña, privando a la tribu de su hechicero en medio de una pandemia y del ridículo internacional con Marruecos, Iván el turco, Pedro Sánchez y su gobierno de covachuelistas, sin un adarme de dignidad, se disponen a decretar una amnistía bajo la forma de indulto parcial a los golpistas separatistas, en definitiva, otro golpe que en realidad es el mismo pactado y diferido desde que, con el  apoyo de los que reniegan de la Nación, accedió al gobierno de la misma.

Y ahí está una de las vías de agua de la democracia de nuestra Nación. Que los que reniegan de ella son los mismos que nombran y sostienen a su Presidente. Por eso el indulto no perjudica derechos de un tercero sino de millones de terceros. Y, en último término, no perjudica sólo derechos, sino algo mucho más importante.

Usurpa flagrantemente los derechos del soberano y la soberanía misma, pues en una democracia, “de ninguna manera puede privarse al soberano del control sobre quienes pretenden acabar con la soberanía misma decretando un montón de indultos o una amnistía”. Para el indulto no concurren las condiciones. Ni la justicia, ni la equidad ni la utilidad publica.

Además de lo que prevé el art 62 i) de la Constitución atribuyendo al Rey el “derecho de gracia”, por más que se equipare a la sanción, la concesión de un indulto “político” frente a la inequívoca oposición del pueblo soberano e incumpliendo los requisitos de la vieja Ley de 1870 que los regula, viola flagrantemente el art 2 de la Constitución, que como es sabido, por una parte consagra la soberanía del pueblo español, y por otra, la indisoluble unidad de la Nación española que los insurrectos condenados han reiterado su propósito de volver a conculcar en cuanto se les dé oportunidad.

Si “Pelma y Louis”, Sanchez y Redondo, además de asomarse ellos al precipicio, nos tiran a todos por el barranco, al día siguiente habrá que indultar a Jack el destripador, al descuartizador de Boston y a Aníbal Lechter, que manifestaron también su propósito reincidente.

Si lo llevan a cabo, que antes miren googlee maps. De paso que comprueban el camino del barranco que miren, por si acaso, donde queda la cárcel de Estremera.

Estamos ante un episodio más del “golpe continuo” que comenzó el usurpador pactando con los enemigos declarados de la Nación y del pueblo soberano y mediante el cual accedió al cargo. Un golpe por el que tarde o temprano, a Sánchez Asnejón habrá que sacarlo de la Moncloa, empezando por Colón el domingo 13 de junio, porque él no va a salir de motu propio. Estamos al borde del barranco. Y Sánchez y Redondo nos quieren empujar.

 

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