Lo primero que sorprende, analizando los resultados de la reciente manifestación de la Plaza de Colón, es la disparidad matemática del recuento del número de asistentes dependiendo de la fuente, aunque esto es habitual ya que ocurre en casi todas las manifestaciones de cualquier signo político.
¿Como es posible que se calculen 25.000 manifestantes según Delegación del Gobierno y 126.000 según estimaciones de la Policía Local de Madrid?
Teniendo en cuenta los medios actuales de medición con el uso de drones y el cumplimiento de las normas Covid-19 guardando las distancias de seguridad, no es comprensible aceptar esta enorme disparidad de datos.
De cualquier manera el 13-J ha dejado un sabor agridulce en cuanto a las espectativas depositadas en él, ya que dada la importancia de lo que va a suceder, “blanqueo del golpe de Estado de 2017” mediante los anunciados “indultos a los golpistas del procés” según han asegurado miembros de este gobierno falaz, con Sánchez a la cabeza, según mi opinión se han dado dos circunstancias de signo negativo:
** Falta de una respuesta multitudinaria por parte de la ciudadanía (en el mejor y más optimista de los casos sólo ha asistido un 12-13% de la población del área metropolitana madrileña)
** Y la ‘dispersión física’ en la plaza de Colón protagonizada por los partidos políticos de la derecha que, no solo no quisieron repetir la ‘foto de Colón’ si no que ‘no se quisieron ni ver’, dando la impresión de querer evitar a toda costa cualquier atisbo de cercanía que les pudiese asemejar o comparar ideológicamente.
La derecha sigue igual… dando rienda suelta a sus complejos.
¡Craso error!
Por todo ello, permítame una pregunta Sr. Casado:
¿Se cree usted en condiciones de lograr una mayoría absoluta en unas hipotéticas elecciones generales anticipadas?
¿Cree que ‘los náufragos’ de Ciudadanos a nivel nacional van a votarle engrosando solo y exclusivamente sus filas?
Pues si esta es su creencia, aquí puede residir su gran error porque debe recordar que los 52 escaños que VOX tiene en el Congreso no aparecieron por arte de magia, si no por los más de 3,6 millones de votos que obtuvo este partido en las pasadas elecciones generales, representando el 15,2% del total de votantes.
Y los 10 escaños de ciudadanos obedecían a más de 1,6 millones de votos, que representaban el 6,8% del total de votos emitidos.
Por lo anteriormente expuesto y sin entrar en discusiones bizantinas sobre si son de centro, centro-derecha, derecha o ‘algo más a la derecha’, lo cierto es que siendo previsible una futura bancarrota de la coalición PSOE y UP -las encuestas y sondeos (excluyendo el CIS por supuesto)
así lo apuntan- el PP va a necesitar ‘como agua de mayo’, el apoyo de la tercera fuerza política, sí… de esa que está ‘algo más a la derecha’ y de los ‘náufragos’ de C’s, que no es previsible voten a partidos de la izquierda social-comunista, sumando ambos para poder gobernar con una mayoría absoluta sólida y estable.
Y dicho esto, que podría ser un análisis ‘a bote pronto’ de los resultados de la manifestación del 13-J que fue convocada por la ‘Plataforma Unión 78’ en protesta contra los indultos y contra el actual gobierno y su presidente, intentaré analizar las posibles consecuencias.
Está claro que Sánchez ya se ha comprometido con ‘sus amigos catalanes de ERC, JxCat y CUP’ a indultar primero a los golpistas del 1-O y después a cambiar la Ley para rebajar o eliminar las penas impuestas por el delito de sedición, circunstancia esta de la que podrían beneficiarse, directa o indirectamente, los golpistas prófugos de Bélgica para poder volver, sin temor a ser juzgados.
¡Jugada redonda! ¿No?
Pero existen unos matices importantes que habrá que tener en cuenta…
La decisión de conceder o denegar un indulto corresponde al Gobierno por disposiciones legales que arrancan de la vieja ley de 1870, eso si se cumplen todos los requisitos, las pruebas o indicios de arrepentimiento del delincuente o recluso que lo solicita”.
Lo que no ocurre en este caso.
Su Majestad el Rey Felipe VI como Jefe del Estado español, tiene el deber de firmar la medida de gracia, si el Gobierno así la acuerda, según establece el artículo 62 de la Constitución, mientras que el artículo 64 de la Carta Magna le exime de toda responsabilidad.
De lo anterior se deduce que S.M. el Rey, le guste o no, debe firmar, pero esto no quiere decir que esté de acuerdo ni sea responsable de las consecuencias del resultado final si se llevan a cabo los indultos…
¿Alguien lo entiende?
A sabiendas de estas consecuencias es evidente que la culpa y responsabilidad de esta ignominia recaerá, indefectiblemente, en Sánchez y su gobierno. ¡Tiempo al tiempo!
Y no puedo finalizar este artículo sin hacer mención al infame, impresentable y esperpéntico ridículo que nos ha hecho pasar de nuevo este inmerecido y falaz presidente Sánchez que, aprovechando su estancia en la cumbre de la OTAN, ‘abordó por los pasillos’ al presidente de EE UU, Joe Biden, quien permaneció hierático e impasible sin mirarle durante los escasos 50’’ que fue hablándole mientras andaba a su lado.
Pero haciendo gala de su patológica personalidad egocéntrica y pseudología fantástica, en la rueda de prensa posterior asegura haber tratado de varios temas de vital importancia con Biden…
Sr. Sánchez permítame que le vuelva a citarle la frase del presidente Abraham Lincoln, que ya empleé en un artículo anterior…
“Se puede engañar a parte del pueblo algún tiempo, pero no puede engañar a todo un pueblo todo el tiempo”
José Manuel García Albarrán
Médico jubilado