OPINIÓN

Anián Berto: ‘Lo que no te dicen del mundo del caravaning’

caravana

No seas víctima de la información sesgada o interesada

Es temporada alta para disfrutar con la casa a cuestas. El mundo de la roulotte sigue en alza y se sitúa entre el ahorro turístico y la alta categoría de inversión. Una amplia oferta que permite adaptar sus inquietudes a las posibilidades económicas de muchos bolsillos, en una clara opción a las ofertas típicas de hoteles y apartamentos.

En plena fiebre vacacional del mes de julio, y tras los horribles confinamientos y restricciones pandémicos, España se pone en marcha. Las vacaciones o el fin de semana da alas a la población, y es precisamente la ‘Caravana’ una especial protagonista. Los debates en redes sociales, en muchas ocasiones, equivocan sobre todo al nuevo usuario. Cada cuál obtiene su propia experiencia, pero hay detalles que no pueden ser dejados al azar ni pueden adquirirse de manera improvisada o ser víctima de la desinformación interesada y sesgada.

Casi más de dos décadas siendo este vehículo un medio recreativo y de viaje líder, y todavía no se informa adecuadamente al usuario y a aquellos que ven extraño esta manera de moverse por el mundo. La prensa vinculada al campismo la observo despistada, y son muchos los artículos que no aciertan en la auténtica descripción del mundo del caravaning.

Si me dirijo a la inquietud de nuevos usuarios caravanistas, debo decir que es conveniente conocer un poco de su historia para iniciarse en esta apasionante modalidad turística.
En principio, y hasta ahora, encuentra entrecomillada la madre de estos vehículos, es decir; ¡¡la CARAVANA!!. No sirve generalizar su nombre a cualquier otro vehículo que pertenezca a su evolución. Se dice ‘el mundo de la Caravana’, y para ser exactos se diría ‘el mundo del Campismo’, si nos referimos en términos plurales.

Este primitivo ‘remolque vivienda’ de arrastre, la Caravana, fijada en la bola de remolque se promocionó a principio de los años 60’s, época de los Beatles y la movida joven de, ‘haz el amor y no a la guerra’. La generación hippy rompió esquemas en todo el mundo. Este movimiento social innovó desde el look en la vestimenta, pasando por la música hasta llegar a vivir entre ruedas.

Hoy se trata de un sueño para privilegiados que se enamoran de esta manera de disfrutar desde la carretera, ver la luna o madrugar viendo salir el sol. Desayunar en Asturias, comer en Madrid y cenar en Andalucía. Un chalé, a veces, de lujo que nunca tiene las mismas vistas ni los mismos vecinos.

Aquella Caravana de enganche, vehículo articulado, junto a la furgoneta camperizada decorada con atrayentes margaritas multicolor, hizo furor y marcó época. En principio se le atribuyó a aquellos jóvenes liberales, pero tardó poco en introducirse en el mercado turistico para ir encontrando un mercado más amplio de viaje. Es el motivo por el que comenzaron a proliferar ‘los camping’s’, que ya se conocían con tiendas de campaña, a imagen y semejanza militar de aquellos tiempos. Aparecían como setas estos terrenos adaptados a aparcamientos y a pernoctar. La inmensa mayoría los gestionaban, y continúan, empresas privadas.

Es precisamente muchas de estas instalaciones las que, de manera errónea, creen que la Caravana ‘está obligada’ a utilizar sus negocios. Y no es así, la Caravana, y en general el mundo del campismo, puede elegir entre el  camping o pernoctar en la vía pública, dependiendo del interés del usuario. Se trata, probablemente, del turismo que paga más impuestos, por el vehículo y por sus gastos durante todo el recorrido, además de tratarse de un medio de viaje que paga sus impuestos. Asimismo, muchos ciudadanos poco educados, son reacios a convivir con estos turismos, creyendo que es una moda pasajera o un turismo de escaso interés público, notándose cierto rechazo por desconocimiento.

Por otra parte, el sector del caravaning es un interesante apoyo comercial para, el propio sector en principio, pueblos vaciados y el turismo en general. Aporta a la economía de las ciudades y revitaliza el interés de poblaciones olvidadas. Estos viajeros visitan comercios, restaurantes, bares, talleres, tiendas, gasolineras, y centros comerciales en cualquier lugar de nuestros pueblos. Por ello, no solo se deben eliminar los bandos municipales de algunos municipios que prohíben dar la bienvenida al caravanista, ya que al contrario sería más efectivo y aportaría beneficios para los intereses de todos, promocionando para atraer este turismo de categoría, y así lo hacen otros países de Europa para interés general.

La Caravana es un vehículo más cumpliendo las normas de tráfico. Se permite aparcar y estacionar en cualquier lugar, no así acampar. Es decir, sacar sillas, mesas, toldos, etc. De igual modo es obligado permanecer enganchada al vehículo tractor. De este modo, la ley de tráfico de la D. G. T. permite pernoctar y convivir en su interior, siempre que el vehículo se encuentre estacionado en lugar adecuado.

Siguiendo con el progreso de la Caravana, más tarde se proyectó incorporar un motor y apareció la Autocaravana, que no es otra cosa que un camión o Caravana autónoma con tracción propia. Ambas, junto a la camperizada, pertenecen a la trilogía del viaje con casa y ruedas en ruta. En relación a la Caravana, la Autocaravana cuenta con ventajas, pero algunos inconvenientes. En primer lugar el precio de una y otra es significativamente llamativo. Es mucho más barata la Caravana, y también permite desenganchar del vehículo de tiro, hacer gestiones y visitar los alrededores solo con el coche. Por su parte la Autocaravana es más fácil su manejo, sobre todo en el momento de maniobrar en parking. Por lo demás, solo es cuestión de adaptación.

Caravana, Autocaravana y Camper. Todas ellas deben ser homologadas, cumplir con los requisitos tributarios y respetar la convivencia con el resto de usuarios. La Caravana menor de 750 kilogramos de peso es considerada remolque ligero, y no es necesario más que la Tarjeta Técnica de su primera inspección, mientras las de más pesaje si están obligadas a otras condiciones técnicas y seguro independiente. La Autocaravana y Camper, deberán cumplir con todos las obligaciones que marca la normativa actual, igual a un vehículo de su categoría.

Hay que dejar claro que vivir emociones junto a la ‘Caravana’ está en dependencia de los placeres elegidos por cada persona. Queda claro que, como en todas las aficiones, el caravanista debe poseer unas cualidades innatas, mientras otras aptitudes se hacen. El buen ‘Caravanero’ ama la vida al aire libre, la independencia, la libertad y el respeto a la naturaleza.

Son muchos los que descubren este mundo, reparador para el sistema nervioso y equilibrio mental, descubrir paisajes y respirar aire puro. También hay que destacar que el verdadero amante del campismo con la casa a cuestas aprecia ‘la ruta, no importa el destino’, hay que disfrutar del camino, que más da la meta. ¡¡Buen viaje y felices vacaciones!!.

Anián Berto
Periodista – escritor

 

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