OPINIÓN

Anián Berto: «La mano tendida a la vacuna»

Anián Berto: "La mano tendida a la vacuna"

No somos negacionista, ustedes son tragacionistas

No es una vacuna, sino un tratamiento genético experimental, no aprobado cómo vacuna, que puede ser precisamente la causa de las distintas variantes del virus.

Es tiempo de profesionales, eficaces expertos comprometidos con la sociedad y de jueces que impidan fracturar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es necesario un ‘Cuarto Poder’ firme y de investigación, con ecuanimidad pero sin temores ni perjuicios. La prensa, radio y televisión no pueden confundir a la opinión pública dejándose llevar por resoluciones sectarias, inequívocamente trasladadas por politólogos arrastrados por intereses espurios. Es obligación de científicos y sector sanitario indagar, aportar y definir cada una de las incógnitas que encierra el Sars-Cov2, que produce la Covid-19. La población necesita urgentemente información veraz y no adulterada, sin sofisticar, a conveniencia de los políticos o gobiernos de turno. Si es imprescindible ser valientes, nos armaremos de valor, o simplemente nos sentiremos satisfechos con el servicio público que el oficio nos obliga.

‘Ser negacionista’ es una frase recurrente, que define a grupos que están disconforme con la realidad que se les presenta, muy propios de ideas izquierdistas. Aunque este no es el caso de quiénes son críticos ante infinidades contradicciones respecto a la pandemia que vivimos y se refieren a la incertidumbre sobre el virus y la llamada ‘vacuna’. Una frase utilizada por líderes comunistas del pasado para doblegar opiniones disidentes frente a dictaduras aplastantes y desastres humanos. Esta etiqueta engloba a todos los que exigimos información sobre el tratamiento experimental que se está inoculando a la población, aparentemente, contra el virus. No es negarse, es conocer de fuentes fidedignas la realidad de la infección, del virus y de la denominada vacuna. Sin olvidar las desafortunadas intervenciones, gestiones inoperantes e ineptitud de responsabilidad política, entre ellos los CNI’s, que tras varias visitas de trabajo al epicentro de Wuhan, aún no consiguen definir si el virus se propagó a los humanos desde los murciélagos, carne del mercado o se trata de un virus diseño y ‘escapado’ de un laboratorio, inconsciente o deliberadamente.

Respecto a los viales, ‘antídoto del virus’, los supuestos expertos, que son los propios técnicos que la recomiendan, dicen: ‘no protegen de nada’. Puedes contagiarte y contagiar, no sirve cómo protección ante el virus. Sin embargo se atreven a bombardear a la población con misivas de adoctrinamiento argumentando contradictoriamente que ‘a falta de pan buenas son tortas’. Se continúa inyectando y se pretende alcanzar la ‘inmunización de rebaño’ aborregando a la población. Y si con dos dosis no remite la enfermedad, pues la ocurrencia es introducir tres, o cuatro, sino cada corto periodo de tiempo volver a más de lo mismo. Da la impresión que disparan a todo lo que se menea. Y los laboratorios e industria farmacéutica encantados.

El tratamiento de ‘heroico’ hay que aplicarlo ahora a todos y cada uno de los valientes científicos biólogos y profesionales de la salud que manifiestan no ser ‘negacionistas’. Es decir, no inyectarse la denominada vacuna, no por capricho o aparentes motivos de fulminar la humanidad, que esa es otra – aún sin definirse-, sino por razones científicas contrastadas. Muchos están dispuestos a debatir científicamente sobre el asunto, pero se les acorrala y llaman al ‘orden’. Debates siempre con el mismo perfil, tertulianos asiduos y entendidos de todo. Faltan otras perspectivas de eminencias científicas que España posee.

Es el caso del profesor, doctor en biología, José E. de Tomás, quién pide públicamente en una carta abierta un debate científico y no ‘utilizar la población borreguil’ al antojo e intereses de los políticos, en España y en otros países. El citado científico no se muerde la lengua cuando dice, ‘no se trata de una vacuna, sino de un tratamiento genético experimental no aprobado cómo vacuna’.

Abajo muestra textual del argumento de una autoridad sanitaria, cómo es José E. de Tomás, en esta carta pública dirigida especialmente al presidente autonómico de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quién manifestó en televisión que se debía obligar a vacunarse a la gente. Una vez analizado por usted lector, su opinión será definitiva y la mejor cuándo disponga de la máxima información. Lea con atención y capacidad de análisis.

1. No existe ninguna necesidad de someter a la población a experimentos más propios del Dr. Mengele que de profesionales considerados e instruidos, cuando existen varios tratamientos eficaces y probados.

2. Ustedes, los políticos, han instaurado, seguramente influidos por la mente retorcida del señor Iván Redondo, el absolutamente inapropiado y deliberadamente descalificante y peyorativo término de «negacionistas» para quienes lo único que pedimos es un debate científico y la respuesta a preguntas que, como científicos, nos hacemos; y eso lo han extendido a una masa borreguil que los seguirá dócilmente al matadero al que ustedes, LOS POLITICOS, quieran llevarlos.

3. Usted, como todos los políticos, quiere ignorar que los «vacunados» no solo no se inmunizan frente a nada, sino que, además, son ellos los que, con toda probabilidad están generando y contagiando esas «variantes» debido a los mecanismos de fuga, y que, por otra parte, ellos mismos se hipersensibilizan debido a una intervención externa y directa sobre sus sistemas inmunes, que los debilita y que son, precisamente, los que se deberían reforzar: NO HAY QUE ENCERRAR A LA GENTE EN CASA, ¡HAY QUE ANIMARLOS A TOMAR EL SOL, QUE ES FUENTE INDISPENSABLE DE VITAMINA D!

4. Usted, como todo el resto de los políticos, de España y de fuera de España, ignora alegre y convenientemente la gran cantidad de efectos secundarios que este experimento puede provocar, algunos de ellos graves o muy graves, entre los que se incluyen desde una alta probabilidad de esterilidad y afecciones del aparato reproductor, hasta cardiotoxicidad y daños neurológicos derivados de la penetración de tóxicos a través de la barrera hematoencefálica.
Pero todo eso a ustedes les importa un bledo porque, es obvio, solo miran por permanecer en sus poltronas el mayor tiempo posible; y, faltaría más, por ese dinero sucio que les viene llovidito de las organizaciones pro-Agenda 2030, ese atentado orwelliano contra las libertades que ustedes a gusto implantarán a cambio de dinero y más dinero. Porque son ustedes unos mercenarios sin pudor ni vergüenza que propenden a un totalitarismo que cada vez resulta más patente.

A nosotros, a los que tenemos dudas más que razonables con respecto a lo que ustedes falsa, parcial y capciosamente predican, los que no estamos negando, los que, en cambio, estamos pidiendo debate y explicaciones, esos a los que ustedes tan gratuitamente nos llaman «negacionistas», lo único que no somos es tragacionistas de lo que ustedes quieran hacernos creer.

¡Documéntese, si quiere seguir pasando por honrado, y promueva un debate científico, si es que de verdad quiere saber lo que hay!

Saludos.

Prof. José E. de Tomás
Doctor en Biología
 

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