OPINIÓN

Rafael López Charques: «¿Para qué?»

Rafael López Charques: "¿Para qué?"

Una gran mayoría de los españoles nos hacemos la misma pregunta. ¿Para qué valdrá esa conferencia de los presidentes del gobierno español y del catalán? Si tuviésemos que apostar diríamos que para hundir más a España, o en el mejor de los casos para nada.

La tan cacareada reunión ya tuvo un mal planteamiento. Estimamos que debía de haberse celebrado en Madrid, sede del gobierno nacional, no en Barcelona, que es tan solo la sede de un gobierno de una parte de la nación, de una parte de un todo. Incluso creemos que simplemente una interpretación correcta de lo que es el protocolo así lo exigía.

A su llegada “cum fraude” hizo una reverencia ante la bandera catalana, y el pago que obtuvo fue que en su comparecencia pública, el catalán se apresuró a quitar la bandera española. No ya por respeto, sino por un mínimo de educación, no debía haberlo hecho. En cualquier caso sabía de antemano que quien debía intervenir no lo haría.

La explicación del hecho es muy sencilla. El catalán sabe muy bien que “cum fraude” estima, parafraseando a un pretendiente al trono francés, que La Moncloa bien vale no enterarse de cosas aunque sean ofensivas para los españoles.

De la verdad de lo que trataron en esa conferencia seguramente no nos enteraremos nunca; menos aún de lo que acuerden en próximas reuniones a nivel inferior. Nos dirán muy buenas palabras, sospechamos que acordadas por ambas partes, y a vivir. Con ese proceder no estamos de acuerdo, porque como decimos los gallegos “amiguiños sí, pero a vaquiña polo que vale”. En otras palabras, nos parece muy bien el diálogo, limar asperezas, tratar de llegar a acuerdos, pero las cosas claras, sin cuentos, con la verdad por delante.

De entrada los separatistas ya anunciaron que iban a tratar de la amnistía a los golpistas y de la autodeterminación. En cuanto a lo primero no les llega el indulto, concedido en nuestra opinión arbitrariamente, y más teniendo en cuenta que en vez de estar entre rejas parecía que estaban en un hotel. Por lo que se refiere a lo segundo, implica la “decisión de los ciudadanos de un territorio determinado sobre su futuro estatuto político”. En lenguaje simple, quiere decir poder decidir unilateralmente sobre su posible independencia.

Lo grave de un posible referéndum de autodeterminación es que los separatistas lo amañarán previamente. Son minoría, pero controlan todo el aparato del poder. Riegan a su antojo sin control alguno, con dinero público de todos los españoles, sus chiringuitos. Por ejemplo parece ser que están intentando pagar con ese dinero, las indemnizaciones impuestas a los golpistas. Es decir, los delitos los cometen ellos y las consecuencias se las pagamos todos.

¿Y el no gobierno? Da la impresión que como de costumbre no se entera de lo que no le conviene.

Ahora se ha vuelto a hablar, como gran novedad, de la trama rusa, de la posible conexión de los golpistas con fuerzas importantes de ese país. Nos sorprende la sorpresa. Hace años se habló del tema, y nosotros ya lo comentamos un par de veces en “Reclamo al Estado” (10-10-2017) e “Incongruencias” (3-11-2020). Que los golpistas puedan tener, llegado el momento, el apoyo de Rusia es una posibilidad real a tener en cuenta, pues a ambas partes les interesa.

Una Cataluña independiente sería una desgracia para todos. En primer lugar para la mayoría de los catalanes, que se encontrarían en un estado gobernado por una burguesía en su propio beneficio, que sería racista (no olvidemos que Barcelona fue la ciudad española que más se opuso y durante más tiempo a la desaparición de la esclavitud) y excluyente; todo el que no estuviese de acuerdo sería un ciudadano de segunda categoría; ya está pasando. También sería una desgracia para España, pues significaría su desaparición como tal.

¿Y nuestro desgobierno? Tranquilo, que aguante el pueblo que para eso está.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído