OPINIÓN

Rafael López Charques: «¿A dónde vamos?»

Rafael López Charques: "¿A dónde vamos?"

Esa es una pregunta que nos hacemos muchos españoles, nos atreveríamos decir que la mayor parte, aunque seguramente sería mucho más correcto preguntarnos ¿a dónde nos llevan?

Hay varias posibles respuestas, a la miseria, al caos, a la desintegración, etc., pero todas ellas se pueden resumir en una sola palabra, al desastre.

El proyecto de los próximos Presupuestos, ya cuestionado por Europa, recoge un aumento del gasto desorbitado. ¿De donde va a salir el dinero? No hace falta ser muy listo para saber que de nuestros bolsillos, a través de achicharrarnos a impuestos. ¿A donde va a ir ese gasto? En gran parte a auténticas chorradas que buscan los votos de los más desfavorecidos, pero engañándoles. Efectivamente, no tratan, como debería ser, de mejorar realmente la situación de las clases más desfavorecidas, sino que las mismas dependan del Estado, cuanto más mejor, para así asegurarse su voto.

El presupuesto del ministerio de la Desigualdad aumenta en casi un nueve y medio por cien, porcentaje superior al que tendrán algunos otros de por sí más trascendentales para la nación. Para no perder la costumbre, gran parte de ese dinero se gastará, como ha ocurrido hasta ahora, en estudios, que para no ofender, nos limitamos a calificar de ridículos.

Se contempla dar a los jóvenes de dieciocho años un bono cultural de cuatrocientos euros, pero como era de esperar, condicionado a la “cultura” en que los podrán gastar. Por ejemplo, los toros quedarán excluidos, a pesar de que grandes intelectuales, tanto de derechas como de izquierdas han mantenido que son parte importante de nuestra cultura, pero claro, como a algunos de nuestros mandamases no les gustan, fuera. Nosotros sospechamos que será un instrumento más para manipular a la gente, en este caso a los próximos votantes, una manera de comprarles su voto.

Una noticia de estos días nos ha extrañado. Siempre creímos que toda persona que se salta una ley incurre en una responsabilidad, tanto sea administrativa, civil o penal. El Pleno del Tribunal Constitucional ha dictaminado recientemente como inconstitucional, por ir en contra del artículo 23 de la Constitución, el acuerdo de interrumpir el funcionamiento del Congreso de Diputados. Para nuestra sorpresa no ha pasado nada. Nadie ha dimitido ni ha sido cesado. Ello nos lleva a sospechar que el citado acuerdo fue tomado por alienígenas, pues de lo contrario si lo tomaron personas, estas se habrían saltado la Carta Magna, e incurrido consecuentemente en una responsabilidad. Ante este hecho debemos darle la razón a un magistrado del Supremo que hace años dijo que en nuestro país la justicia era para los roba gallinas.

Como sufrimos un gobierno de contradicciones, ahora tiene en mente promocionar la lengua nacional mediante un proyecto denominado “En español, valle de la lengua” ¿De quienes quiere reírse? En las cámaras nacionales cada parlamentario va a poder expresarse en la lengua que quiera. Se permite que las universidades catalanas hagan listas negras de los profesores que, al amparo de la Constitución, imparten sus clases en español. En algunas comunidades para acceder al funcionariado, determinado nivel de conocimiento de su lengua se valora igual que un doctorado. El proyecto comentado no es más que una nueva muestra de la hipocresía del desgobierno.

Pretenden sancionar las miradas impúdicas en el trabajo. ¿Cómo se probará? Suponemos que bastará la palabra de una mujer por ser tal. ¿Y si la mirada la dirige una fémina a un hombre? , porque también ocurre.

Ya no vamos a ningún lado, estamos en el fango.

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