OPINIÓN

Rafael López Charques: «Presupuestos sangrientos»

Rafael López Charques: "Presupuestos sangrientos"

Efectivamente los próximos presupuestos es muy posible que podamos denominarlos así, porque intuimos, y nos gustaría equivocarnos, que con el pretexto de lo importante que es para la nación que se aprueben, lo cual es cierto, pretenderán que no solo nos olvidemos de la sangre derramada, sino que en el fondo premiemos a los autores materiales de tales hechos.

Recientemente el más conocido dirigente abertzale, ha dicho refiriéndose a las victimas da la banda terrorista de la cual su formación es heredera “sentimos su dolor, nunca debió producirse”. Pura palabrería barata. Si fuese cierto que sienten algo, aclararían los trescientos setenta y siete asesinatos sin resolver. Apostamos a que saben muy bien su autoría. ¿Por qué no ponen las cartas sobre la mesa? La respuesta posiblemente sea que muchos de los autores tengan actualmente la consideración de “personas respetables”, o que ocupen cargos políticos. Les sería muy difícil explicar sus actuaciones de años atrás.

El mismo dirigente ha dicho “Tenemos doscientos presos y tienen que salir de la cárcel. Si para ello hay que votar los presupuestos, los votaremos sin ningún problema”. La cosa está muy clara, presupuestos a cambio de libertad de asesinos, o dicho más claramente, presupuestos a cambio de sangre.

Suponemos que alegarán razones humanitarias. Que el mal ya está hecho, que sus familias no tienen culpa y no tienen que verse alejadas de sus seres queridos, etc.
Desde aquí les recordamos que sus allegados tienen suerte, pues pueden verlos, cosa que las de sus víctimas no pueden, pues los tienen bajo tierra.

¿Qué va a pasar? Sospechamos que de una manera u otra conseguirán su propósito, al igual que ya han conseguido que muchos encarcelados hayan sido trasladados a prisiones de su tierra.

Ya sabemos que “cum fraude“, ante la pregunta de un parlamentario, ha repetido un par de veces que no los liberará. ¿Se lo cree alguien? Solo quien sea totalmente inocente puede confiar en lo que dice esa persona. Acuérdense cuando repitió varias veces que ni él ni los españoles dormirían tranquilos con los morados en el gobierno. El que luego el jefe de estos últimos fuese vicepresidente y estuviese en el CNI, debió de ser por arte de magia.

“Cum fraude”, como de costumbre, acabará cediendo ante los deseos de los abertzales, pues se juega su puesto y eso es sagrado. Lo disimulará y justificará de distintas maneras, al tiempo que nos ofrecerá nueva carnaza para que desviemos nuestra atención. En esto le ayudan muy bien todos su secuaces, pues les va en ello sus garbanzos, y difícilmente muchos de ellos podrían vivir como viven si saltan de su asiento.

Por ejemplo la ministra de la Desigualdad vuelve a intentar marearnos con sus ocurrencias. Esta vez ha tenido la gran idea de plantear en una comisión del Congreso que “un país feminista debe tener también una constitución feminista” Por lo que parece en este aspecto, aparte de otros muchos, no le gusta la nuestra a pesar de que en su artículo 14 consagra la no discriminación de las personas por la razón que sea, citando explícitamente la sexo. ¿La habrá leído alguna vez? Nos preguntamos cuando propondrá que la Carta Magna establezca que los hombres somos seres de segunda categoría, que debemos estar sometidos a una casuística feminazi. Así no es de extrañar que una mujer de gran valía, ingenio y sentido común como Nati Mistral afirmase que esas últimas nos estaban amariconando.

Para que nos entretengamos protestando el desgobierno se sube el sueldo, a pesar de que a los que gozan de vivienda oficial, ya les pagamos todo; mientras que el FMI rebaja nuestras previsiones de crecimiento.

Salvo un milagro, los presupuestos saldrán, aún cambiándolos por sangre.

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