OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: » Los Presupuestos del “chantaje” pactado»

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Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) son la ley más importante que un gobierno promulga en un año y determinan su política en la mayor parte de todos los ámbitos, además de ser la base sobre la que se moverá la economía del Estado en ese año. Quedaron definidos en el Art. 134 de la Constitución de 1978. Tienen carácter anual e incluyen la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal (administración central, sin incluir la administración de la Seguridad Social, ni de las Administraciones Territoriales). Corresponde al Gobierno la elaboración y la presentación ante el Congreso de los Diputados, al menos, tres meses antes de la expiración de los del año anterior y a las Cortes Generales su examen, enmienda y aprobación.

El objetivo es que el presupuesto esté aprobado antes del 31 de diciembre de cada año. Si la Ley de Presupuestos no se aprueba antes del primer día del ejercicio económico correspondiente, los Presupuestos del ejercicio anterior se consideran automáticamente prorrogados hasta la aprobación de los nuevos.

Esta prórroga no afecta a los créditos aprobados para actividades que finalizaron en el ejercicio cuyo presupuesto se prórroga. En la práctica, cuando un gobierno no consigue el apoyo parlamentario para aprobarlos, lo más habitual es la celebración de elecciones anticipadas, puesto que es muy difícil gobernar y tomar decisiones de política económica con un presupuesto prorrogado y no actualizado.

No se olviden de este último párrafo, su importancia es vital para que el Gobierno se ponga o no, de rodillas y, trague o no, con cualquier chantaje que venga de los grupos políticos que lo sustentan, salvo que este sea pactado y consensuado. La elección es bien clara: ¡O chantaje con concesiones económicas a esos grupúsculos sanguijuelas o elecciones anticipadas! Y claro, Pedro Sánchez, no es inmune a ese dilema. Su respuesta, ya la sabemos: ¡Chantaje a troche y moche y, café, no para todos, sino para los que voten a favor y los aprueben! Todo vale, con tal de seguir durmiendo en el nuevo colchón de Moncloa, viajando en el Falcon 900 (o T.18, según el argot militar) a los conciertos y veraneando en los palacetes de “la Mareta” (Tenerife) y “de las Marismillas” (Coto de Doñana). Todo esto y más, sin contar con los múltiples y frecuentes viajes a lo largo y ancho de este mundo, emulando al famoso “capitán Tan”, del no menos famoso y recordado programa infantil de TVE, “Los Ciripitifláuticos” (1970).

Se veía venir. Se esperaba. Era un “dejá vu” anunciado a bombo y platillo. ¿Qué se puede esperar de un presidente de gobierno que tras jurar, perjurar y repetir, hasta la saciedad, que jamás pactaría con Pablo Iglesias y sus perroflautas de Unidas Podemos? En su momento, dijo en el santuario de la política –el Congreso de los Diputados– que de hacerlo, “ni él ni España podrían volver a dormir tranquilos”(sic), acto seguido y a la primera de cambio, para sellar su codicioso pacto político, se dio con el un abrazo de oso –de esos de “rompecostillas”– que ya lo hubieran querido para sí el general isabelino, Espartero y los trece representantes del general carlista, Maroto, en Oñate, el 31 de agosto de 1839, como fin a la Primera Guerra carlista en el norte de España. Podría seguir enumerando las múltiples mentiras farfulladas, las promesas incumplidas y los derechos vulnerados por Pedro Sánchez, pero no voy a hacerlo.

Supondría un esfuerzo sobrehumano y tiempo, muchísimo tiempo. No serviría para nada. Ya sabemos que: “Esos son sus principios y, si no nos gustan, tiene otros”

De este Gobierno, se puede esperar todo lo más nocivo y catastrófico imaginable para España y, además, con la certeza de que en esto no nos va a fallar nunca. Como estamos en España –en esa que ya casi no la “conoce ni la madre que la parió” (Alfonso Guerra, 28 de octubre de 1982) y, como quien dice, a las puertas del “Día de los difuntos”– da la impresión que nuestro presidente Sánchez –imbuido por ese espíritu neologista de “Halloween”, de origen celta-irlandés—no va a necesitar ningún disfraz especial ni tenebroso para estas fechas.

Él siempre va disfrazado, todos los días del año, de sí mismo. Su disfraz se compone de los más variopintos y tétricos disfraces que suele cambiar según le marquen las circunstancias y le convenga. Por eso, en estas fechas, Sánchez –con su varita mágica y bajo un vaporoso disfraz de “hada madrina, pues la ocasión lo merece y además, “la pintan calva”– va a jugar con los líderes del PNV, EH-Bildu y ERC al archiconocido juego –inherente y característico de los halloweenófilos—de “Truco o Trato”. En esta especial ocasión, como se trata de la votación de los PGE, van a ser las dos cosas a la vez: “Truco”, porque ya se ha cuidado muy mucho, de hacernos creer a todos, con los embrollos y chanchullos políticos a los que cree tenernos acostumbrados, que éstos PGE son los mejores y los más sociables que nunca hubiéramos imaginado; y “Trato”, porque están siendo pactados cicatera y previamente –no precisamente con los partidos constitucionalistas y demócratas—sino con los que tienen siempre algo o mucho que ganar y, muy poco o nada que perder.

Por si alguien lo duda o no se lo cree, que se lo pregunten al señor D. Arnaldo Otegui Mondragón, ese –ex miembro de la banda terrorista ETA político-militar, cinco veces ex presidiario, y coordinador general de EH-Bildu—que le ha dicho a Sánchez: que sí, que sí, que votará a favor de los PGE, pero no sin antes recordarle –alto y claro, en público y en privado—que siguen habiendo 200 presos etarras en las cárceles pendientes de ser excarcelados y acercados al País Vasco, para así poder celebrar todos juntos el “Aberri Eguna”(el Día de la Patria). Pueden, así mismo, solicitar al respetable nacionalista y desinteresado portavoz del PNV en el Congreso—el señor D. Aitor Esteban Bravo – el porqué su grupo va a votar a favor y, sobretodo, a cambio de qué.

Como estos políticos del PNV “no necesitan comer sardinas (saladas) para beber agua” –según reza el proverbial y costumbrista aforismo manchego—de entrada, ya han sacado, entre otros pingües privilegios, que les transfieran el importe del Ingreso Mínimo Vital (IMV) al gobierno del País Vasco.

Además en el “Trato” se incluyen: la enajenación de unos terrenos pertenecientes a Defensa en favor del Ayto. de Donostia, la producción de energía eólica marina en los puertos, modificar la legislación que lastra a los centros tecnológicos y diversas inversiones (¿?) en infraestructuras en las tres provincias Vascongadas.¡ Esto sí que es un buen cuponazo y, no el de la ONCE.!

Para terminar con esta ronda de preguntas capciosas, no estaría de más, que el señor D. Juan Gabriel Rufián Romero—portavoz y líder de ERC—nos explicara qué más va a conseguir de este Gobierno felón y de trileros, aparte de devolver la autonomía de gastos a la Generalidad de Cataluña, la ampliación de la moratoria del pago de los autónomos a la Seguridad Social, la reforma fiscal para acabar con el “dumping fiscal” de facto, articulado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, la liquidación de la deuda existente en las becas de Educación (2015 a 2020), la concesión de la industria audiovisual que incorpore “el català” al contenido de las plataformas televisivas digitales, como Netflix, que será recogida en la Ley Audiovisual. Todo esto, sin echar en saco roto, la autonomía del control financiero de Cataluña. ¿Hay quién de más…? Hay un refrán – que aún hoy día, se sigue diciendo en la huerta y pedanías de Murcia– y nos recuerda que “con buena azada, bien se cava”. Visto lo visto y oído lo oído, ¿son o no son los Presupuestos del “Chantaje” consentido y pactado?

Un año más y, como ya viene siendo costumbre, Pedro Sánchez –con su gobierno de coalición socialcomunista –ha vuelto a vender, no su primogenitura como hizo Esaú con su hermano Jacob, sino sus principios éticos, su credibilidad, su legalidad, su independencia y su libertad por un plato frio de lentejas y mal guisadas, como son los votos de los partidos radicales y de extrema izquierda que solo desean la destrucción de España, como Nación, para convertirla en una República de repúblicas independientes. No olvidemos que –aparte de que “esos son sus principios y si no nos guastan, ya saben, tienen otros”– necesita sus votos para seguir gobernando y manipulando la voluntad de todos los españoles a golpes de confinamiento, estados de alarma y decretazos y, todo “por un puñado de votos”(no confundir con el magnífico western, “Por un puñado de dólares” de Sergio Leone, estrenada en1965 y cuya banda sonora de Ennio Morricone sigue deleitando nuestros oídos)

Un país, con un Gobierno acostumbrado a cometer todo tipo de tropelías, desmanes e ilegalidades, donde, Francisco Javier Almeida López Castro–un pederasta, asesino convicto y condenado a 30 años de cárcel por asesinato y violación, puede practicar sexo en prisión con una desconocida y que incluso se le facilite Viagra y, además, puede ser puesto en libertad condicional –en contra del criterio de la misma Junta de Tratamiento Penitenciario– por su señoría, D. Ángel Luís Ortiz González, juez amigo del ministro Marlaska (sin Grande), nombrado por él a dedo, Secretario General de Instituciones Penitenciarias— y así, poder asesinar a un niño de 9 años en Lardero (Logroño). Un país, donde todo esto es posible y ocurre, necesita urgentemente un cambio radical, absoluto y drástico de Gobierno.

Lo dicho: Si un asesino pedófilo, condenado a 30 años de cárcel por asesinato y violación, puede practicar todo lo dicho; si cualquiera puede okupar una vivienda sin pagar alquiler ni comprarla; si se puede aprobar sin estudiar y cobrar sin trabajar y si la ministra –nada más y nada menos que del ministerio de “lgual-da” (ya saben lo que sigue)– puede nombrar impunemente, como asesores, a una condenada y a dos imputados por agresión a la policía y por prevaricación y malversación de fondos…No, no lo dudes, entonces estás en la España socialcomunista de Sánchez y de su banda de conmilitones. En esa España que dejó, hace muchos años, de ser Una, Grande y Libre para convertirse en la escoria de los países de la UE a semejanza de las repúblicas bananeras y bolivarianas: la Cuba de los Castros, la Venezuela de Maduro, y la Bolivia de Morales

Lo dicho, los PGE para el año 2022 son los Presupuestos fruto de un chantaje político buscado, admitido y consensuado y, propios de un Gobierno desnortado, sin principios éticos, ni morales, y que se “cisca” plácidamente en la soberanía nacional, en la división de poderes y en la monarquía parlamentaria, los tres pilares básicos de un Estado libre y democrático.

Pedro Manuel Hernández López es médico jubilado y periodista.

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