OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «¡No nos pisen lo fregao!»

Victor Entrialgo De Castro: "¡No nos pisen lo fregao!"

Con el país por fin en pie, Sanchez y sus medios siguen empeñados en destrozar la Transición y en no dejarnos pensar de cada vez. De igual forma que los esqueletos biomecánicos han sido diseñados para ayudar a caminar a los tetrapléjicos, el gobierno y sus medios diseñan diariamente a los españoles un exo-esqueleto ideológico para lo contrario.

A punto de contemplar la nueva erupción del volcán de la agricultura, la ganadería, los transportes, el metal, la hostelería, el turismo, las peluquerías, la deuda y el déficit, con el empleo hecho cenizas y el país desmoralizado, Sanchez echa nuevas coladas desde sus medios para seguir ensuciando el país.

Mientras los palmeros siguen durmiendo en casas de amigos, este fantoche va y viene con su falcon para construir gestos oportunistas, desenterrar a los muertos o manipular bulos, mientras siguen llenando el BOE de memeces.

Así, buscando una película que me sacase de este Gulag televisivo, tropecé  con un programa de lavado de cerebros donde preparaban uno de estos exo-esqueletos ideológicos. Entrevistando a supuestas víctimas de un policía de hace cincuenta años perseguían justificar la gravísima violación de la ley de amnistía y el principio constitucional de irretroactividad de la ley penal, parte esencial de la mundialmente admirada Transición española.

Una violación constitucional gubernamental diseñada para contentar a los reavivadores del odio y a los reventadores del mayor logro en cinco siglos del primer Estado moderno de la Historia.

De paso que levantan tumbas o remueven miserias de la Historia, siguen sin esclarecer más de 700 crimenes mucho más recientes con los que una banda de asesinos  terroristas nos dañó las vísceras e intentó infructuosamente aterrorizarnos a todos para subvertir el orden constitucional. Para que lleguen estos memos a utilizarlos en su beneficio.

Comprobamos así, día tras día, que la mayor parte de las televisiones no son independientes, ni siquiera en apariencia. Por eso Pinocho no es un insulto. Es la definición por excelencia de un títere, una marioneta, un mentiroso compulsivo. No un muñeco que quería ser persona, sino una persona que se ha convertido en muñeco. Y pelotas y muñecos son los que, con tal de llegar arriba, se ofrecen al Poder para hacer el trabajo sucio, y tragar con eso y con todo lo que haga falta.

Aunque ha tardado, cuando el pueblo comienza a liberarse del exoesqueleto ideológico del Gobierno, Sanchez y sus malhechores, que lo ven venir, revuelven en la basura de la Historia y en el logro histórico de la Transición.

Y el pueblo que ya tiene listos el cubo y la fregona para limpiar toda la suciedad que va dejando a su paso este gobierno, se lo está repitiendo de mil formas diferentes: ¡No nos pisen lo fregao!

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