OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «Ni siquiera los tontos arrojan piedras sobre su propio tejado»

Garzon

La inteligencia, es un proceso cíclico. Cuando uno se pasa de listo, vuelve a empezar a ser tonto y todos se dan cuenta. Esto es lo que le ha sucedido a nuestro ministro lucroniense de Consumo, Alberto Garzón. Tras sus polémicas declaraciones, hace seis meses, recomendándonos reducir el consumo de carne de vacuno porque afecta gravemente a la salud y al planeta, ahora, en plenas fiestas navideñas, vuelve a dejarse caer con otra de sus desacertadas estulticias dignas de ser descritas por Erasmo de Róterdam en su famoso ensayo “Elogio de la locura” (Encomium morae). En esta ocasión, su egolatría no se ha conformado con airearlas al viento dentro del territorio nacional, sino que ni corto ni perezoso, lo ha hecho en una entrevista internacional para el diario izquierdista británico The Guardian, criticando impunemente el impacto negativo de la ganadería extensiva de “las mega-granjas” de vacuno sobre el medioambiente por la gran cantidad de GEIs (gases de efecto invernadero que emiten), apostillando, además, que “España exporta una carne de mala calidad porque procede de animales maltratados en dichas granjas”.

Garzón, lo ha soltado tal cual y se ha quedado tan pancho, fundamentando sus inconsistentes y polémicas opiniones en un informe publicado, reciente y casualmente, por activistas medioambientales en el que resaltan las 20 empresas cárnicas mundiales que emiten más GEIs que Alemania, Francia o Gran Bretaña, pero sin publicar ninguna lista y sin saber si entre ellas hay alguna empresa española. Se trata de otra “garzonada” más, como la del precio de la luz y la huelga de juguetes, pues sigue persistiendo en arrojar piedras sobre su propio tejado, aunque en este caso, el tejado sea “nuestro” sector ganadero-cárnico. Ante tan inconcebibles disparates, la patronal cárnica ha salido al paso recordándole que este sector, cuarto en España, representa una cifra de negocio de 27.000millones de euros, lo que supone más del 22% de todo el sector alimentario español y que se traduce en el 2,4% del PIB total nacional. Pero, si todo esto no fuera suficiente para que el ministro rectifique públicamente, dimita o sea fulminado de su cargo por bocazas, ignorante y megalómano, le recuerdo que el empleo directo del sector de las industrias cárnicas es de más de 100.000 trabajadores y que representa el 24% de la ocupación total de la industria alimentaria de España.

Los ganaderos españoles han recibido las imprudentes declaraciones del ministro de Consumo como un ataque directo a los intereses del sector. ASAJA, con Pedro Barato Triguero, su presidente nacional a la cabeza, le ha respondido que “hablar de exportación de carne de mala calidad y de animales maltratados va a repercutir nefastamente en las exportaciones de todos los tipos de ganadería española”. Lo que le faltaba al sector ganadero español o como dirían los antiguos: ¡Éramos pocos y parió la abuela! Con estas declaraciones, ese ministro “fantasma” e inútil que aparece y desaparece de la actividad pública cada seis meses como el Guadiana, vuelve a poner en peligro a miles de explotaciones ganaderas que cumplen taxativamente la normativa comunitaria y nacional. Este sector no necesita más ataques y menos del ministro de Consumo que debe apoyar y defender legislativa y económicamente a todo el sector industrial español; lo que si necesita son más ayudas, ayudas de verdad, no declaraciones irresponsables y desafortunadas. Con su actitud, casi mesiánica de hombre “iluminado”, pretende, con el apoyo de sus adocenados perro-flautas de “Izquierda Hundida”, resolver todos los problemas relacionados con el cambio climático medioambiental, la ecosostenibilidad, la emisión de GEIs y con el excesivo consumo de agua de las “extensivas cabañas” de vacuno, ovino, caprino, porcino y hasta el “sumsum corda”, si fuera preciso, aunque esto conlleve atacar a troche y moche y arruinar a las industrias ganaderas y cárnicas.

Por todas sus bufonadas y aseveraciones pseudocientíficas su cabeza está a punto de rodar a petición, no solo de los partidos de la oposición y sindicatos del sector, como ASAJA y UPA, sino incluso por sus propios compañeros de Gobierno que han acogido sus disquisiciones entre chanzas y burlas. Notoria ha sido la petición del presidente aragonés y significado “barón” socialista, Javier Lambán. Este ha exigido a Pedro Sánchez que lo destituya de inmediato por desprestigiar a la industria cárnica española, argumentando su petición en que este señor “no puede ni debe seguir siendo ministro de España ni un día más”. Coincido con él cuando afirma que Alberto Garzón “es en sí mismo un insulto a la inteligencia”. Esta vez, “un buen chuletón al punto”, no nos vale como respuesta, señor Sánchez.
Obviamente, cuando un tonto “arroja piedras sobre su propio tejado”, siempre aparece la “boba de solemnidad” de turno y, en este caso, ha sido Isabel Rodríguez, nueva ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, quien, intentando distanciar al Ejecutivo de las polémicas y disparatadas declaraciones de Garzón a The Guardian, lo ha cubierto de gloria al afirmar “oficialmente” que en dicha entrevista: “Hablaba a título personal, no como ministro”. Alguien debería recordarle que un ministro del Gobierno de España lo es, las 24 horas al día y los 365 días del año. Ningún tonto, “públicamente” reconocido, arroja piedras sobre su propio tejado, salvo que quiera figurar en el Libro Guinness de la estulticia, de la necedad y de la incoherencia.

Pedro Manuel Hernández López es médico jubilado, periodista y ex senador por Murcia.

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