OPINIÓN

Anián Berto: «Un país amnésico y un gobierno de trileros»

Anián Berto: "Un país amnésico y un gobierno de trileros"

El sujeto deja de ser persona y se convierte en la pieza clientelar más preciada, así como el objetivo comercial de los proyectos del poder

Aquí, en la que era España, la sociedad política va por un lado y la otra por el suyo. Ambos caminos son divergentes e imposible de coincidir. La población, sin los agentes sindicales de la mano, andan como caballo desbocado al ritmo del látigo del poder, siente impotencia y en cada madrugón se nos advierte que el precipicio cada día está más cerca. Algunos ya han caído. A la voz de; ¡Sálvese quién pueda!, es probable que nadie quede atrás, pero tampoco en pie.

Una sola coincidencia tienen los dos caminos; Vivir. Eso sí, unos con el sudor de la frente y los otros de la olla de los primeros. Paguitas van y Decretos vienen, virus por doquier y remedios planeados por dueños de industrias de las pcr’s, mascarillas y vacunas. Expertos pastores de rebaños, doctores en marketing, investigadores del neuromarketing y politólogos recién diplomados. Vamos, lo que venía siendo ‘trileros de la bolita’ de andar por calles. Eso sí, estos son estudiados, bien adiestrados y con borla de graduación universitaria, aunque el  currículum vítae de muchos vuelve a ser engañoso.

Fíjese el nivel de maña que derrochan que, sin haber pegado un palo al agua, ya son ministros, diputados y administradores de la vida de 47 millones de personas, con patrimonios de bienes que superan a aquellos que estuvieron a pie de cañón bajo la mina, colocando ladrillos, cultivando el campo, en alta mar pescando o conduciendo un tráiler durante más de 45 años. Toda una proeza de prestidigitación.

– El cerebro no procesa, todo sucede muy a prisa

Son capaces de enredar de tal manera que los que caminan con dirección a abrir la persiana mañanera no recuerdan la algarabía pública que protagonizaron los del gobierno ayer, mientras se sorprenden de la de hoy y siguen con la esperanza que, los presuntos servidores del pueblo, se tomen en serio, aprendan y trabajen para una sociedad más sostenible, justa e igual, no igualitaria, sino equitativa y humana.

Pero, el cerebro no digiere la brutalidad de información que este gobierno genera, y a la mente no le da tiempo a procesar a tutiplén. La memoria es selectiva, y ya ni recordamos los decisivos y mortales errores de la gestión de la pandemia, ni las maletas de la vicepresidenta chavista Delcy Rodríguez en Barajas con el ministro José Luis Ábalos, tampoco la dejación e ineptitud del vicepresidente Pablo Iglesias con nuestros mayores en las residencias o los millones de euros tirados a la basura como consecuencia de las pésimas gestiones del ministro de Sanidad Salvador Illa. Asimismo, tampoco es fácil recordar la situación de trabajo precario que tuvieron que soportar nuestros sanitarios durante los primeros meses de pandemia, sin protección ni material y exponiendo sus vidas, que muchos no pudieron soportar y fallecieron.

– Un presidente a la fuerza

Por otra parte, aunque retrotraerse en el tiempo al español le incómoda, pero de tantos capítulos nefastos a destacar, permitame no olvidar nunca el egocentrismo y diagnósticos múltiples de Pedro Sánchez. Un presidente a la fuerza, que estuvo, está y estará, aunque sacrifique a todo un país amnésico, que olvida a sus socios de gobierno, los enemigos de España, HB (Herri Batasuna) y separatistas catalanes.

– Somos personas y el objetivo es comercial

Es decir, partiendo de la base de personas, y no de números, sin marcas a fuego en el lomo, ni por raza, ni religión ni ideas políticas, tendencias de vida o sexo. Pero, sin embargo, nos hemos convertidos en consumidores, clientes y devoradores de sus proyectos. Este objetivo es lo suficiente para que se libre una batalla sin cuartel entre la avaricia y codicia de magnates junto al poder político. Todos van a la caza del sujeto. Una pieza bien preciada, en período de extinción, acorralada y que entra en la trampa. Miedo, mucho miedo, este es el principio y final de una victoria en cualquier guerra.

La persona deja de serlo y se convierte en la presa a batir, en disputa y clave para la ambición de unos pocos. Unos dicen que somos muchos, mientras hay quién señala baja natalidad, nacen pocos niños. Seguramente no somos los suficientes para extraer el jugo que necesitan o demasiados para el reparto.

– ¿Para que nos necesitan?.

Según consigna la Agenda Globalista 20-30, de Soros, Billy Gate, la banca, con la colaboración necesaria de periodistas, tertulianos y prensa corrupta en general, televisiones y radios, así como todos los que permitimos la degradación del ser humano en el mundo, es necesaria la población humana para el desarrollo de barbaries, peones de batalla y zombis de la crueldad de estos personajes que no son personas, sino hienas devoradoras ansiosas con la mordida más fuerte de todos los mamíferos.

Si construir empieza por no destruir, evitar demoler y aprovechar lo ya levantado con cimientos firmes, queda claro que estos gobernantes no están por la labor. Lo arrasan todo, a modo de Othar, el caballo de Atila. Pero también el conjunto de la población es impávida e impertérrita. Somos animales de compañía y seguimos junto a la manada al son del jefe. Lo bueno es que podemos reflexionar y estamos a tiempo de cambiar de rumbo.
Anián Berto
Periodista – escritor

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