OPINIÓN

Francisco Iglesias Carreño: «“14´M”. Al Día de la Física (¡!Matilda & Mateo¿?)»

Francisco Iglesias Carreño: "“14´M”. Al Día de la Física (¡!Matilda & Mateo¿?)"

Estamos ahora, así es sí así parece ser, a día 14 de marzo, una fecha que, en el cercano pasado, se nos hacía más que afectiva, a largo de un periodo de tiempo (-.- en aquellos más que abundantes paseos interactivos/coloquiales/chacharisticos y cuasi sociables/ amigables/fraternales que hacíamos, en nuestro deambular del ir y venir, por el espacio multidisciplinar, entre los edificios de las facultades, de aquel interior modelo urbano del Campus Universitario de la Cesaraugusta urbe -.-), cómo enfocada y altamente trascendente e importante que nos era tanto a la vez en el mundo en general que de aquel entonces conocíamos como, ¡y en!, el de Física en particular.

Puede que para algunos el “día de la Física” podría ser tal vez el día “14´M”, en relevancia o no oficializada de la situación, pues no en vano en la muy cotejada data del 14-3-1879, en la ciudad de Ulm (Reino de Wurtemberg), y con ello volvemos, ¡y otra vez!, al centro de Europa {donde ahora nos estamos jugando, además de todo el continente europeo también el resto del mundo, el más que endeble presente y también puede, ¿y quién no alberga dudas?, que el futuro por la invasión de Ucrania por el régimen intromisor que domina en Rusia}, nació el hijo de Hermann Einstein (cuyos ascendientes conocidos se remontan a Judá de Nordstetten y Hoyna Moses Sontheimer en el Siglo XVIII) y Pauline Koch (con ascendientes en Julius Derzbacher -.- que cambió el apellido a Koch en 1842 -.- y Jette Bernheimer), de nombre Albert.

Del niño Albert, y en pasando su adolescencia, nos vamos a otras situaciones, una vez conformada su preparación académica, que nos informe de otras improntas, de todo tipo, que nos hablan de su devenir vital y experiencia integral (humana, social, cultural, económica, histórica, literaria, ambiental, política y, ¡claro está!, profesional), cuya trayectoria humana y científica sigue impactando.sea por (1º) reflejos de su comportamiento, (2º) enseñanzas del hacer imaginativo y (3º) la imitación de su indomable persistencia. Tales posicionamientos referenciales sobre un individuo del pasado nos lleva correlaciones sobre situaciones actuales que en los momentos del ahora, precisamente de este ahora, nos pueden ser atrayentes y hasta incluso vienen bien.

Obviamente estábamos, hasta anteayer, con la licencia instada a la temporalidad dilatada, de que el presente, ¡el más que efímero presente!, fuera el de “que nos fuera bien a todos” e incluso lo hacíamos superlativamente a mayores: ¡ y en todo el mundo!, con el apoyo a tal y tan concreto concepto: `estupendamente bien´, cuando ya hacíamos y con ese ´todo el mundo´, creyentes y no, el estar más posibilista de ir a la busca de ese ´Arca de Noé´ con la que hacer la conjunta `feliz singladura´ y ante el impacto brutal y muy grave de `la epidemia “COVID´19” ´ (“pandemia según la OMS”) que nos conturba y cerca por doquier, y que al unísono, cual acción convergente, mancomunadamente tratábamos, por la aplicación masiva de las vacunas, salir de un callejón sin apenas posible esperanza.

Lo precedente se ha aumentado, tras la invasión reciente contra la soberanía de Ucrania (iniciado por una potencia del este europeo) y ya tenemos que aquellas imágenes de la ´hora final´ (donde apocalípticamente Stanley Kramer nos dibujó un mundo perdido descrito por el ingeniero Nevil Shute Norway ) nos instan, desde nuestra hermandad humana, a elevar los pensamientos más sentidos y más fraternales, ya que aspiramos a que tal singladura poblacional -.- de todo nuestro completo mundo -.-, y no como la del submarino nuclear Scorpion de la ficción fílmica, no sólo sea del último restante cuarto poblacional (1/4) y sí, ¡ y siempre!, con el “carpe diem” más pleno y repleto, del absoluto completo y global de toda la humanidad.

Decía, entre sus muchas frases atribuidas, el ciudadano Dr. Einstein Koch (D. Albert), en un poster/cartel/imagen que presidió nuestras horas de trabajo/estudio y/o lectura/audición, aquella frase que, en nuestro deambular, siempre nos ha acompañado: “No hagas nada contra tu conciencia, ni aunque ella te lo pida”. En este mundo nuestro, tal cual es -.- ¡ y con lo que tenemos que apechar y no mirar para otro lado! -.- y con la convulsa cara que ahora se nos presenta, el proceder ambiental, tanto singular como grupal, en plena conciencia, con en rectitud y honestidad, debe ser la guía que alumbre a todos, en todos los caminos, hacia todos los lugares y en todo momento. Deseamos desde aquí, ¡ y fervorosamente!, que nadie, y por ningún motivo, lo haya olvidado.

La Física, y en principio, asimilada como la ocupación/actividad/interpretación y/o dedicación/impulso/ vectorización de los físicos, tiene en y por sí misma, como acontece con todas y cada una de las materias/emprendimientos/singladuras del conocimiento/saber /intencionalidad y/o de la conformación/ creación/disponibilidad humana, sus instrumentales adherentes aparatajes compositivos y propaladores que, y dicho sea de paso, son interactivos con todas sus significativas figuras y que están, como en cualesquier otro evento interactivo existente, sujetos a la propia situación y/o experimentación del proceder singular y/o grupal en todas y cada una de las manifestaciones del hacer de los individuos.

Ya sabemos que estamos al “14´M”, como igualmente hemos oído/leído/auscultado sobre Mateo (de aquello tan bíblico de los talentos), sí el “efecto Mateo”, que según algunas exposiciones de significación sociológica,, se atribuyen a la utilización de tal terminología, y por primer vez, por King Merton (D. Robert) que, en una aproximación no profesionalizada, nos hablaría del como y la forma en que, así lo indican, los científicos famosos a menudo reciben un crédito incremental, que se pudiera asimilar como un tanto desproporcionado por sus aportaciones/contribuciones/ publicaciones ( “el a más tanto más”), mientras que los otros científicos que son menos conocidos reciben menor o en todo caso inferior consideración ( “el a menos tanto menos”) de crédito por sus análogos méritos.

La historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter, acuñó el ya bastante conocido término de Matilda, si el “efecto Matilda”, para visualizar aquello que acontecía sobre la supresión sistemática de información y/o presenciabilidad sobre las mujeres en (la historia de) la ciencia y la negación y/o anulación de las contribuciones de las mujeres científicas en el área de la investigación, que sucedía, ¡y como cierto y seguro escarnio!, con evidenciales formas y situaciones dolosas, en todo lo que se asociaba al expreso y constatable marco referencial de su actividad y, hasta por ende, de su efectividad científica.

Lo señalado precedentemente, parece que implicaba en el área de la investigación científica y, por ende, del conocimiento humano, que tal vez se estuviera llevando a efecto, puede que posiblemente por individuos y/o puede que posiblemente por grupos, con el máximo descaro en unos casos y en otros con simulaciones de ocurrencias ocasionales, de la cual se hiciera una absoluta, vergonzante y obscena ocultación, una sistematización orquestada sobre el humano género femenino tal que, y con tal envergadura, cuyo escenificación desdecia de la valía y ponderación de su propio trabajo (fuera tanto en liderazgo o fuera colaborativo), por el sesgo de ser llevado a efecto por seres humanos que eran mujeres, muy a menudo se les atribuía, puede que incitadamente, con obvia dejación de su constatable autoría, a sus colegas masculinos y ya, en tal situación, serían una aplicación, una más, de la Ley de Stiger.

Para Evans Harris Walker, físico, fundador del Instituto Walker del cáncer, están tres asertos, que aparecen en la publicación Mileva Einstein-Maric: La Madre «Olvidada» de la Teoría de la Relatividad de González Moreno (Dª- Mercedes) donde, y de forma literal se expone lo siguiente:

1º La teoría de la relatividad es más obra de Mileva que de Einstein.

2º Hay docenas de ejemplos que demuestran que tuvieron una relación científica muy cercana y que discutieron con mucho detalle el trabajo de físicos y de matemáticos como Lenard, Helmholtz, Hertz, Drude, Boltzmann, Kirchhoff, y Planck.

3º Encuentro que en 13 de las 43 cartas de Albert a Mileva hay referencias a la investigación de ella o al trabajo en colaboración en ese momento. Por ejemplo, en el documento 74 Einstein dice: «encuentro la colaboración muy buena […] Comenzaremos inmediatamente […] He recurrido otra vez a otro método para estudiar el efecto Thomson. Éste tiene semejanzas con el tuyo para determinar la interdependencia de K y T […] Si una ley de la naturaleza emerge de esto, lo enviaremos a Annalen der Physik […]»

En tales aportaciones de Harris Walker (D. Evans), que han sido divulgadas, tenemos que la explicita referencia a Marić Ruzić (Dª. Mileva) cuando era estudiante posterior compañera/novia/mujer de Einstein Koch (D. Albert), tienen que ver, parece que mucho con los logros científicos alcanzados (¿por ambos?), por lo cual ha motivado que ahora, en la actualidad, adquiera amplio eco las discusiones sobre si a tal investigadora, con total plenitud fue o no cierta y/u ocasional víctima del “efecto Matilda” y, ante tal interrogación, si Einstein Koch (D. Albert) pudo tomar o no posibles “ideas matemáticas”, entre otras consideraciones, de una refutada matemática con y/o sin darle reconocimiento (¿anterior, en o sobrevenido?) a la misma, lo cual situaría el {“14´M”}´1879 en amplio compartimiento con el {19´D}´1875 que es cuando nació la niña Marić Ruzić (Dª. Mileva).

Los derechos humanos deben ser de todos, con todos y para todos los seres humanos sea en un {“14´M”}´1879 o sea en un {19´D}´1875, e incluso siendo en ambos.

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