Ayer asistimos en Madrid, a la manifestación en defensa del mundo rural, un éxito rotundo que congregó a más de 400.000 personas, que protestamos por el abandono en que el Gobierno tiene sumido al campo español.
Una manifestación pacífica, sin altercados ni agresiones, en la que las organizaciones agrarias y ganaderas, mostraron su fortaleza y su capacidad de convocatoria contra un gobierno, radical que ha tratado de criminalizar a los participantes acusándoles de pertenecer a la “ultraderecha”, el mismo calificativo que usaron con los miles de policías que se manifestaron en noviembre contra la reforma de la Ley de Seguridad ciudadana.
El campo español no aguanta más: no es solo la subida de los piensos, los fertilizantes, los carburantes y la electricidad.
La escalada de precios es tal, que convierte en inviables la gran mayoría de las actuales explotaciones agrícolas y ganaderas de nuestro país.
Además, la subida de impuestos castiga durísimamente a un sector con apenas margen de maniobra, y menos margen de beneficios. Un sector que se enfrenta a unos precios injustos, que no cubren ni de lejos sus costes de producción, a lo que tienen que añadir la inoperancia de un gobierno que permite la competencia desleal de otros países ajenos a la UE.
A ello se suma que un gobierno que se hace llamar socialista, amenaza a los regadíos en las zonas más fértiles de España o diseña una disparatada legislación animalista, en contra de los verdaderos intereses del campo español.
La economía del mundo rural mueve 6.500 millones de euros, pero más allá de su importancia económica, el Gobierno de España olvida que las pequeñas empresas del mundo rural son las únicas capaces de fijar a la población en las zonas más deprimidas y convertirlas en fuente de prosperidad para todos.
Desgraciadamente, sin la pujanza de la economía agrícola y ganadera, la España vaciada dejará de ser un lema electoral para convertirse en una triste realidad.
Por eso ayer, salieron a la calle, las víctimas de un gobierno que, con su agenda radical ecologista y animalista, está sentando las bases para la destrucción del campo español.
Un gobierno que es irresponsable, que está colapsado, incapaz de gestionar la crisis en la que él mismo nos ha sumido, que cada minuto que permanece en el poder nos empobrece un poco más, y que juega con la alimentación y el trabajo de más de 200.000 personas que viven del sector.
Pedro Sánchez es el principal responsable de este gobierno deshabitado de responsabilidad, narcisista, sin talento, sin ideas, sin crédito y sin la más mínima inteligencia colectiva.
En definitiva, un presidente y su gobierno incapaz de reconocer que España solo se recuperará con el campo, no sin el campo, y mucho menos contra el campo.
PALOMA TEJERO, DIPUTADA DEL GPP DE LA ASAMBLEA DE MADRID
