Ahora, la cuestión no es el acierto o el error, porque la decisión tendrá sin duda su fundamento y han cambiado los equilibrios internacionales, sino la explicación del volantazo de Sanchez. Lo importante es que lo explique.
Sin encomendarse a Dios ni a Roque, sin informar ni al Parlamento ni a la Oposición sobre un asunto clave donde los haya de nuestra política exterior que no se construye así, el mismo Sanchez que en mayo escondió en un hospital de Logroño a Brahim Ghali pensando que no se iba a enterar nadie, ahora, de un dia para otro, apoya el plan de Marruecos como «la iniciativa más seria creible y realista sobre el Sahara occidental».
Así reza el comunicado español apoyado por unos EEUU que no han podido ignorarle más, a él y a su gobierno comunista, en plena invasión rusa de Ucrania, con los argelinos aprovechando el conflicto para desplegar tropas y presionar con el gas guardado en la manga.
Si hay algo que debe destacarse por encima de todo es la discreta labor del embajador de España en Marruecos, Ricardo Diez Hochleitner, un hombre cabal y uno de los mejores y prestigiosos hombres y embajadores de nuestro país, que durante «la pifia de Sanchez» ha ido cosiendo con
manos de cirujano el roto que hicieron Sanchez y Laya pensando que no se iba a enterar nadie.
Si algo ha caracterizado el mandato del mastuerzo de Sanchez, que parece estar preparando la espantada, es la improvisación. Se lo han dado hecho y a él le da igual lo que pase porque él sale el lunes por Antequera y el martes por Villatraición. Lo que viene a ser un cobarde. Un cobarde sin principios. Y los comunistas otro tanto. Se oponen pero no dimiten, porque no quieren volver a la cola del Inem con Adriana Lastra, que hace frío.
Se supone que han primado los intereses de España y los españoles en la relación con Marruecos, y por tanto los de Ceuta, Melilla, Canarias, andaluces, aunque en el comunicado marroquí no se cita la integridad territorial, y con ello Ceuta y Melilla, especialmente en tiempos tan convulsos donde el orden europeo está siendo amenazado y se cita sin embargo el Sahara, en el ámbito Mediterráneo y Oriente Medio. Pero con Sanchez nunca se sabe.
Cuarenta y siete años de acuerdo de gobiernos de distinto signo y de pronto una carta. Por eso el pais debe saber el por qué. Y saberlo ahora. Con un importante porcentaje de dependencia española del gas argelino, España podría aumentar su demanda, y al tiempo pagarlo más caro, entre otras cosas por la demanda de una Alemania con mayor capacidad económica que ha girado respecto a gassprom y el gas ruso y buscará en Argelia el gas que le falte.
Son muchas las explicaciones que tiene que dar el presidente que empieza a abandonar el barco. O a prepararlo.
La politica interior y exterior de este gobierno, «ofensiva» de ofender, la ayuda con armas defensivas y luego ofensivas de Ucrania, el reparto de los fondos europeos o la cuestión de Marruecos, son cuestiones esenciales y delicadas que no se pueden tomar con el enemigo dentro del Gobierno, mientras el petimetre se dedica a hacer una serie de televisión. El arrogante imcompetente que no ha hecho nada desde que llegó salvo dedicarse a conservar el búnker de su poder debe dar cuenta de tan importante asunto.
Un giro semejante de política exterior, no se puede hacer a espaldas del parlamento, oposición y pueblo soberano. Y con una carta. Basta recordar que en España antes de existir Escuela Diplomática, existía y fue su origen, el Instituto Hispano-árabe de cultura. Pero este tonto fue el primero cuyo primer viaje no fue Marruecos, por culpa de sus improvisados socios comunistas para conseguir el poder.
¡Porque es la Historia, saltimbanqui, es la Historia! Cierto que contamos con que Argelia tiene que vender el gas a Europa por nuestro oleoducto, pero hay que tener presente que dejar a Sanchez en el poder es como dejar el gas abierto.
Victor Entrialgo
