OPINIÓN

Manuel del Rosal: «Ni perro sin pulgas, ni pueblo sin putas»

Manuel del Rosal: "Ni perro sin pulgas, ni pueblo sin putas"

La política es una casa de putas con una encargada que responde al nombre de Hipocresía y tres pupilas llamadas Verdad, Justicia y Honestidad que son prostituidas y pervertidas inmisericordemente”

En el año 1.100, en plenas cruzadas, los caballeros cristianos eran mordidos por las serpientes que inundaban los desiertos de Tierra Santa. Los sacerdotes, para evitar las preocupantes pérdidas que ocasionaban en las tropas, encontraron un remedio que consistía en expulsar el veneno a través del semen; solo una condición era necesaria para que así fuera: yacer con una virgen. Desgraciadamente no encontraron ni una sola ni entre las cristianas ni entre las infieles. Así qué los caballeros caían como mocas entre los afilados colmillos de las serpientes. Y es que, señor Sicilia, desde que el mundo es mundo el asunto de la jodienda no tiene enmienda y usted, en un arrebato místico, lo va a erradicar ¡milagro!

Felipe Sicilia, portavoz de la Ejecutiva federal del PSOE, en un momento de misticismo y levitando sobre su escaño a prometido acabar con la prostitución en Andalucía. ¿Por qué solo en Andalucía? Debe de ser porque es en esa región donde sus compañeros socialistas han gastado un pastizal procedente de los fondos europeos para los parados en putas y putos de toda índole y condición. Felipe Sicilia ha dicho en ese momento de misticismo, lo siguiente: “Quiero que en Andalucía se acabe la prostitución.

Donde las despedidas de soltero no terminen yéndose de putas – yo añado o de putos, porque también las mujeres hacen despedidas de solteras – En la que un trato no termine cerrándose en un puticlub. Una Andalucía que no tenga puticlub en las carreteras”

Como verán la proclama es maravillosa, tan maravillosa que es irrealizable porque ni siquiera el señor Sicilia le puede poner puertas al campo por muy místico que sea. Este diputado socialista no conoce a los hombres, mucho menos a las mujeres y, ¡por supuesto! jamás ha ido de putas, por tanto, desconoce que el putiferio, la prostitución y las putas y putos forman parte de la condición natural del ser humano. Desde que el hombre y la mujer pusieron el pie sobre este sufrido planeta, ha habido prostitución, putas y putos, y no solo las y los oficiales, sino muchos y muchas más. Si en verdad salieran a la luz todas y todos los que ejercen la prostitución nos quedaríamos asombrados, estupefactos y estuporizados. El título de este artículo lo dice claro:

“No hay perro sin pulgas ni pueblo, por pequeño que sea, sin putas.” Pero no hay que estigmatizar a las putas, sino todo lo contrario porque ellas de siempre han realizado una labor social inestimable: encauzar la lujuria que, de otra forma, se desbordaría de mala manera. San Agustín decía; “Apartad a las prostitutas de la vida humana y llenareis el mundo de lujuria” No debemos estigmatizar la prostitución, debemos eliminar sin ningún reparo quienes viven explotando la prostitución.

Señor Sicilia ¿sabía usted que las putas también tienen su día internacional? Se celebra el 2 de junio de cada año ininterrumpidamente desde el año 1976. Es una celebración que conmemora y recuerda la discriminación de las prostitutas, su vida y sus condiciones de trabajo. El 2 de junio de 1975 más de 100 prostitutas ocuparon la iglesia de Saint-Nizier de Lyon (Francia) declarándose en huelga. Durante 8 días permanecieron allí y durante 8 días aumentaron los ataques a mujeres con dos asesinatos y una alta inseguridad en las calles. El gobierno se vio obligado a regular los derechos de las trabajadoras del sexo.

En una parte del barrio rojo de Ámsterdam, frente al Oude Kerk existe una estatua de bronce dedicada a Belle (imagen de arriba) en representación de todas las trabajadoras del sexo del mundo. Fue inaugurada en marzo de 2007 y tiene la siguiente inscripción: “Respetemos a las trabajadoras sexuales en todo el mundo”

¿O cual es más de culpar, /aunque cualquiera mal haga: /la que peca por la paga /o el que paga por pecar? Decía Sor Juana Inés de la Cruz. Los que pagaron por pecar fueron sus conmilitones socialistas

Apuntado todo lo anterior, usted, señor Sicilia, debería reflexionar sobre su místico proyecto. Si reflexiona verá que lo primero que debe hacer, ciñéndonos a Andalucía, es llamar al orden a sus compañeros de partido que no tuvieron empacho en frecuentar gratis los putiferios donde daban salida a sus lujurias. Siguiendo en la reflexión usted llegará a la conclusión de que, ya antes de que se inventarán los oficios existís uno, el más viejo de todos, llamado prostitución y que, tras miles de años, ni las putas ni sus clientes creen necesario eliminarlo del catálogo de oficios…ni siquiera por un repente místico.

MAROGA

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