Si no andan habitualmente ‘fumados’, lo parecen.
O ‘borrachos’, porque si se toma usted un minuto y ve el vídeo que acompaña esta nota, sacara seguro la conclusión de que Pablo Iglesias y compinches estaban más colocados que un piojo, cuando entonaban a coro La Internacional.
Los de Podemos quieren despenalizar legalizar la marihuana, pero maniobran para cargarse el vino.
Y lo hacen exigiendo que el etiquetado de cada botella incluya las mismas advertencias por peligro de cáncer que aparecen en los paquetes de tabaco.
En una «proposición no de ley relativa a la introducción de advertencias sanitarias en el etiquetado de las bebidas alcohólicas» reclama:
«realizar un estudio sobre la posibilidad de introducir advertencias sanitarias en el etiquetado de las bebidas alcohólicas, con énfasis en la asociación de su consumo abusivo con el riesgo de padecer cáncer, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y el Parlamento Europeo”.
Miente, porque el Parlamento europeo ya zanjó el debate, pero esta gente manipula burdamente informes de la OMS y mezcla todo para concluir que «la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el consumo de bebidas alcohólicas está detrás de más de 200 enfermedades y trastornos, y estima que cada año se producen hasta tres millones de muertes en el mundo debido al uso nocivo del alcohol».
Ahora bien, Podemos presentó en el Congreso una ley de regulación integral y consumo de cannabis en personas adultas para revertir el «enfoque prohibicionista» actual en España. Defiende despenalizar su tenencia y apuesta por un sistema de licencias para el autocultivo de esta droga para promover la «vertebración territorial y la correcta distribución de beneficios».
Tiene guasa la cosa: defienden que un vaso de vino es más peligroso que un porro. Los efectos psicoactivos de la droga están haciendo mella en esta gente, que ha perdido el sentido de la realidad.
Quieren cargarse el vino español y pretenden vincularlo con el cáncer, mientras se ponen morados -más aún- a canutos.
O sea, están a favor del autocultivo de cannabis porque promueve la «vertebración territorial», pero quieren destrozar al sector vinícola español.
