LA ERRADICADA VIRUELA INCREMENTA EL NEGOCIO DE LAS FARMACÉUTICAS E INVERSIONISTAS

La sanidad se ha convertido en un tema ideológico, económico y político

La sanidad se ha convertido en un tema ideológico, económico y político

No nos cansaremos de repetir que la ONU es uno de los organismos más corruptos del mundo y, por extensión, sus organismos internacionales. La OMS, en concreto, debería ser disuelta o, como poco, fumigada de arriba abajo. No es un secreto que ataviada con el disfraz de centinela de la salud de la humanidad, de facto, es la portavoz de las élites y cómplice de nuestros desastres. Financiada por las grandes farmacéuticas, es un nido de corrupción de dimensiones descomunales que afecta directamente no solo a nuestra salud –para mal—, sino al nuevo modelo de vida que las élites megalómanas están implantando a través de la Agenda 2030, el programa que contiene los planes para controlar a la humanidad que plácidamente duerme mientras secuestran su esencia y su tendencia evolutiva natural. Hay que recordar una vez más que la Agenda 2030 viene impuesta desde las altísimas cúpulas, pero eso no disculpa a los políticos, que si ejerciesen realmente una labor de servicio, exigirían que se debatiese en el Parlamento. Pero no es así. La mayoría se limita a lucir el pin de colorines en la solapa sin conocer el significado y la intención de sus postulados maquillados con eufemismos y mantras extraídos del atanor de la ingeniería verbal/social.

Las élites globalistas y sus líderes marionetas se desprenden de sus máscaras y ya no se esconden. Parece que quieren mostrarnos su morfología reptiliana. Sin embargo, el sueño es tan profundo que, a pesar de las señales, el ciudadano adolece de la capacidad de deducción para activar ciertos resortes despertadores.

Veamos algunas sospechosas coincidencias: el Foro de Davos, del inefable psicópata Klaus Schwab reúne estos días a los seres con menos empatía del planeta. El guateque tiene como fin debatir sobre el gran engaño que debería ser nuestra preocupación número uno, la famosa Agenda diabólica del “no tendrás nada –porque te lo quitaremos todo— y serás feliz”, aparte de otras medidas de domesticación.

Es escalofriante que hayan hecho coincidir la reunión con la reavivada explosión de la monkeypox o viruela del mono. Y dado que la dictadura del gran reinicio/nueva gobernanza/NOM, con todo su racimo de mentiras y teatro en sesión continua, se impuso con el pretexto de la pandemia de diseño llamada Covid, se puede deducir que la reunión de Davos tiene como fin la preparación del segundo ciclo, la nueva crisis sanitaria, con todos sus componentes y nuevos pasos, entre ellos, la aceptación urbi et orbi de la citada ley de pandemias de la Organización Mundial de la Salud –léase los amos del mundo—que deben asumir todos los gobiernos, so pena de ser excluidos de los fondos del FMI –una de las patas del monstruo mafioso de presión—. La ley no puede ser más antidemocrática, antihumana, antivida, disparatada,  injusta, ilícita e inmoral, con la cual el resquicio que quedaba de soberanía de los estados queda diluido en la nada. Un nuevo avance a la dictadura mundial. Los países no decidirán sobre cuestiones relevantes de salud. Todo  vendrá determinado por boca del mandamás de turno de la OMS, en general, un corrupto como lo fue Kofi Annan o un genocida como el actual Tedros Adhanon, colocado en la poltrona por el gobierno comunista chino y el no menos corrupto Bill Gates que pasea su arrogancia con el disfraz de filántropo. Pero esto no lo cuentan los medios de comunicación al servicio del sistema.

No nos extrañaría que, tras la clausura del Foro de Davos, Pedro Sánchez o alguno de sus acólitos, más pronto que tarde, castigara nuestros oídos con algunas palabras sobre la transición tecnológica, con referencias al chip que tienen programado implantar, bien solo, a través de vacunas o de cualquier otra vía. Recordemos los discursos del primer ministro británico, Boris Johnson y del presidente de Chile, Sebastián Piñera, sobre lo fantásticos que íbamos a ser con nuestro sistema neuronal modulado desde el exterior, gracias a la red 5G. ¡Ni siquiera tendríamos que pensar; otros lo harían por nosotros! Si a esto le añadimos las nanopartículas de óxido de grafeno que ingerimos a diario, aparte del contenido en los viales de las vacunas, tenemos el fresco completo y varias incógnitas despejadas. El programa Futura, de reciente estreno en Cuatro –tampoco es casualidad— es un apoyo descarado a la Agenda 2030, un babeo ante la inteligencia artificial y una apuesta por el transhumanismo. Trataremos de esto en un próximo artículo.

Y mientras en Davos se ponen de acuerdo para controlar a los humanos en su “metamorfosis invertida” al hombre máquina, los medios de comunicación arrancan motores y ejercen de agitadores mete miedo con la viruela del mono.  Los médicos oficiales ya pontifican sobre esta enfermedad extinguida, y Defensa prepara el Gómez Ulla por si la OMS declara el estado de pandemia, que lo hará a no mucho tardar.

Ante todo este complejo escenario, hay que hacerse algunas preguntas: ¿Por qué despierta la viruela de su sueño? ¿Es viruela realmente, o se trata de “enfocar” a un culpable equivocado como se hizo con el Sars-CoV-2? ¿Por qué antes de empezar los primeros casos de la supuesta viruela, la “consultora ReportLinker publicaba un exhaustivo estudio sobre el mercado de los tratamientos farmacológicos contra la viruela”, como divulga hoy Jorge Alcalde en el diario La Razón? El informe indica que entre 2022 y 2026 se espera un crecimiento del 76 por ciento del volumen de negocio en la fabricación de vacunas y terapias contra ¡¡¡la viruela!!! Estamos hablando de un incremento de 66 millones de dólares, en relación a los cuatro años anteriores. Varias empresas farmacéuticas, entre ellas, Bavarian Nordic, están fabricando y colocando en el mercado sus vacunas antivariólicas. El gobierno de España también tiene previsto comprar miles de viales. A todo esto hay que añadir que en el 2021 la empresa SIGA Technologies, Inc, con sede en Nueva York, decía en un comunicado que habían decidido fabricar vacunas contra la viruela, no porque la enfermedad existiese, sino porque “un grupo de gobiernos muy selectos nos han manifestado su intención de aumentar las existencias de fármacos en su territorio ante el temor de futuros brotes naturales o provocados por un ataque bioterrorista”. El arúspice de cámara Bill Gates ya lo había vaticinado. Sospechosamente, el vendedor de fármacos siempre acierta. Y si tenemos en cuenta que los dos lugares donde se conservan restos del virus de la viruela son el CDC de Atlanta, EE.UU. y el Centro de Investigación de Virología y Biotecnología de Koltsovo, Rusia, está muy claro que la guerra de Ucrania es una parte de la ecuación. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿En qué manos estamos? ¿Qué están tramando? Aparentemente, no tiene ninguna lógica realizar un estudio sobre fármacos para combatir una enfermedad erradicada hace años, como tampoco empezar a fabricar vacunas como locos para combatirla.

Aún no hemos reflexionado en profundidad sobre esto, pero es llamativo que la nueva enfermedad se manifieste en la piel, con ampollas tan repulsivas que invitan a la distancia. Casi no me atrevo a decirlo, pero en plena crisis de la Covid pensé que la próxima sería físicamente visible, algo así como la lepra. Hay que tener en cuenta que se pretende la enemistad, la separación, la estigmatización, que tu vecino sea tu enemigo, que no te reúnas ni tengas ganas de ver a nadie, ni de dar y recibir abrazos. Fomentar el síndrome de la cabaña es el objetivo. Inanes y deprimidos somos menos peligrosos y mucho más manipulables.

Nos tocará vivir el drama nuevamente, nadie dirá la verdad y como en la Covid, no permitirán un debate público y que la verdad salga a la luz. Habrá confinamientos, restricción de libertades y prohibiciones de todo tipo. Tras el corto ínterin de diversión que acabamos de pasar, la tortura volverá con mayor intensidad, con mucha desinformación y persecución a la disidencia. Hay que estar preparados para la lucha, pero también para la aceptación. Debemos ser conscientes de que no somos responsables de lo que no está en nuestra mano. Es la única manera de poder vivir los acontecimientos adversos desde una situación de paz. En un próximo artículo daré algunas herramientas para que la situación nos afecte lo menos posible. Hay un montón de cosas buenas que podemos disfrutar. A pesar de todo, siempre podemos construir nuestro propio paraíso.

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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