Conoce como nadie el paño catalán.
Arcadi Espada, uno de los fundadores de Ciudadanos, conoce al dedillo a los responsables de haber forzado a diario la máquina del independentismo.
Y aunque tiene claro quiénes fueron los autores materiales de perpetrar la intentona golpista, también sabe quién fue el ‘padre intelectual’ del secesionismo, el Partido Socialista.
De ahí que este 2 de junio de 2022 se marque en su tribuna en El Mundo un artículo en el que deja bien a las claras que la formación del puño y la rosa no puede eludir su parte de culpa en el proceso separatista.
Espada alucina escuchando al ministro Bolaños en Onda Cero tratando de endilgarle la responsabilidad del 1-O al Partido Popular:
Al decir de los expertos, el ministro Félix Bolaños tiene una característica interesante: es el PSOE. Así lo explicaron cuando el presidente liquidó al Redondo charlatán en su beneficio. Vuelve el PSOE, titularon. Por tanto fue instructivo oírle ayer donde Alsina sabiendo que en sus respuestas sectarias, trabadas en bullshit y mentiras, no hay nada personal, aparte de una pintoresca jactancia.
Como ya es lugar común en el reciente discurso del PSOE, Bolaños comprendió y perdonó a los delincuentes nacionalistas que en 2017, tras una preparación que duró años, intentaron acabar con la democracia en Cataluña. Todo lo que hicieron fue el resultado de la gestión «catastrófica» –así lo repetía Bolaños con la ampulosidad propia de su condición– del Partido Popular. Obviamente, de la supuesta catástrofe no dio un solo ejemplo, porque no puede darlo.
Por el contrario, de la participación del Partido Socialista en la maceración del golpe hay bastantes ejemplos concretos. El primero corresponde a la incoherente y vanidosa decisión de Pasqual Maragall de promover en 1999 un nuevo Estatuto que nadie reclamaba en Cataluña.
El segundo, a la vociferación del presidente Rodríguez Zapatero cuando en un mitin en Barcelona de 2003 dijo que si gobernaba –hipótesis que no podía pasar ni por su adolescente cabeza– aceptaría tal cual el Estatuto que surgiera del Parlamento.
Y el tercero, a la semilla de desobediencia que plantó don José Montilla, cuando en 2010 convocó una manifestación contra el Tribunal Constitucional diciendo, y aguántenlo: «No hay tribunal que pueda juzgar nuestros sentimientos ni nuestra voluntad. Somos una nación».
Espada no duda en subrayar que la participación activa en el golpe hay que imputársela a nacionalistas y separatistas, pero todo ello con el aliento del PSOE:
Los primeros responsables del golpe de 2017 fueron los nacionalistas catalanes y por eso pagaron con la cárcel en la que debían seguir pagando para tranquilidad de las noches de la gente honrada. Pero la ampliación de campo y la ilusión de legitimidad con que actuaron se las proporcionó el Partido Socialista. ¿Qué hizo de más el movimiento sedicioso que no estuviera explícitamente en las palabras de Montilla? De la frase ha quedado su alusión a los sentimientos; pero también está en ella la fría voluntad.
E insiste en recordarle a ciertos ‘despistados’ que los socialistas no es que estén a un paso de justificar el 1-O, sino que pusieron la semilla para que tal episodio se produjera:
Se dice que los socialistas de hoy están a un pequeño paso de justificar el levantamiento contra la democracia de 2017. Son personas benevolentes, aunque desatentas, las que hablan así. Como demuestra la sucesión de los hechos, el levantamiento lo justificaron los socialistas antes de que se produjera. Es decir: lo alentaron.
