OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «La mitomanía como norma de vida»

Pedro Manuel Hernández López: "La mitomanía como norma de vida"

La democracia española, mediante un instrumento legítimo y constitucional como fue la moción de censura, puso fin a un Gobierno, sentenciado política y judicialmente, que usó las instituciones y organismos públicos para tapar sus vergüenzas y sus escándalos de corrupción” (sic).

No, no se confundan. Las frases con las que se inicia este, aparentemente, improvisado discurso político, no pertenecen a ningún conocido político del PP, aunque por lo que se dice y se intuye, muy bien podrían serlo, excepto por lo de la moción de censura. Esa es la pista clave. Si son, por el contrario, del mitómano presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el mismo que ha hecho de la mentira su código y de la felonía su propia vida y, que llegado el momento –aparte de creerse sus propias mentiras– es capaz de crear ante los demás una neo-imagen para ser aceptado, llegando incluso, a convertirse en una persona histriónica y narcisista que manipulará todo y a todos para acaparar su atención en su propio y exclusivo beneficio, nunca en el de España.

“La democracia española…” son las palabras con la que Sánchez se dirigió el pasado miércoles a los senadores y diputados “sanchistas” (que no socialistas) en el Congreso, coincidiendo con el cuarto aniversario de la aprobación de la moción de censura contra el Gobierno de Rajoy, tras la sentencia de la “Trama Gürtel”. Una vez más y haciendo uso del viejo refranero español –con lo de “consejos vendo, que para mí no tengo”—vuelve a valerse de sus cicateras y partidistas leyes de la memoria histórica y democrática para tergiversar el devenir político en su propio lucro. Miente de principio a fin. No ganó España y, desde entonces, la democracia y las instituciones han sufrido tan magno deterioro, que el Estado de Derecho agoniza brillando por su ausencia.

No solo desde aquel mes de junio de 2018, sino desde su primer arribismo al poder con Felipe González en1983, el PSOE siempre ha sido el partido que ha usado y abusado de las instituciones del Estado español para tapar sus desvergüenzas políticas, disimular sus carencias e ineptitudes en el arte de la “res pública y, además, para disfrazar sus múltiples escándalos de corrupción al más alto nivel. A falta de una objetiva y real memoria histórica, buenas son las hemerotecas. Estas, al menos, suelen tener buena memoria, aunque no sea ni histórica ni democrática.

Gracias a ellas podemos rememorar el “caso de los ERE” de la Junta de Andalucía. Entre los 21 ex altos cargos (consejeros directores y secretarios generales) que se sentaron en el banquillo como acusados, figuraban los dos expresidentes de la Junta: Manuel Chaves y Antonio Griñán. No hemos olvidado que aquella partida presupuestaria de los ERE –también denominada “fondo de reptiles”, usada para conceder ayudas, de forma discrecional y arbitraria, a empresas en crisis– nos supuso a todos los españoles la friolera cantidad de 854.838.243 millones de euros, sin que hubiera ningún control sobre ellos. Esta astronómica cifra multimillonaria la posicionó, en el ranking de las corrupciones, como la más copiosa en cantidad, y la más importante en calidad, de todas las acaecidas en España, desde el primer Gobierno democrático de Adolfo Suárez en 1976, hasta el actual de Sánchez. Recuerden que el 80% del dinero defraudado fue desviado y destinado a financiar las pre-jubilaciones de 5.982 trabajadores andaluces.

No me gustan las comparaciones, pues aunque son necesarias, suelen ser odiosas y mucho más en política. Sin entrar en comparaciones y sin restarle importancia, pues la tienen, la diferencia de los ERE con la “trama Gürtel”, aparte de palmaria, es doble: judicial y económica. Judicial, porque en el caso de los ERE, no se investigaba la financiación ilegal de un partido político –el PSOE– pese a que algunos procesados estaban acusados de beneficiar con fondos públicos a particulares y empresas muy próximas, “políticamente”, a los socialistas; y económica, porque a diferencia de los 854.838.243 millones de euros de los ERE, sin que hubiera ningún control sobre ellos, la cantidad defraudada por la Trama Gürtel ascendió a unos 120 millones de euros en pagos –a cambio de contratos otorgados por las distintas administraciones—que acababan en las arcas privadas de diferentes responsables políticos y en financiar actos electorales del PP.

Sánchez vuelve a mentirnos a todos –a sus diputados, a sus senadores e incluso así mismo—cuando afirma falazmente que el Gobierno de Rajoy estaba “sentenciado política y judicialmente”. Quien estaba realmente sentenciado “políticamente” era él, con un pie, no ya fuera de las instituciones, sino fuera del PSOE y condenado al más puro ostracismo político por sus propios conmilitones. Le vuelve a fallar la memoria histórica, pero no importa. Las tragaderas políticas de sus votantes y militantes son tan inconmensurables que no admiten que quien realmente desbancó a Rajoy de la Moncloa, no fue el felón y megalómano Sánchez, ni los comunistas, ni los independentistas catalanes, ni los proetarras vascos –con quienes pactó su entrada en el gobierno si le apoyaban– sino la traición del PNV, que tras “afanarle la cartera” con el ya famoso “cheque vasco”, lo sentenció a muerte. Su chulería ha quedado registrada como una de las más grandes felonías de la historia democrática española y ha modificado el histórico lema carlista de “Dios, Patria, Fueros y Rey” por el de “Dios, País vasco y buena chequera” (Jainkoa, Euskal Herria eta txeke-liburua ona, que dirían los vascuences)

Porfía en sus mentiras, afirmando que es Europa quien va a solucionar la gravísima crisis económica, agravada por su nefasta gestión. Los 140.000 millones de los fondos europeos –mitad créditos y mitad a pagar a escote– no van a reindustrializar a España porque se están aplicando, de la peor forma posible y con una inadmisible lentitud burocrática. Y no hablemos de las ayudas públicas a la gasolina y a las tarifas eléctricas, pues el precio del petróleo y del gas ya se ha tragado el impacto de esas ayudas. La prórroga no va a servir para nada.
Fue bochornoso y hasta ofensivo, oírle decir en los distintos canales televisivos con su aterciopelada voz y pose de franciscano –mientras sacaba pecho ostentosamente– que España avanza pese a una oposición, a todas vistas, destructiva y corrupta que se pone de perfil ante los escándalos de corrupción, que solo hace poner palos en las ruedas del Gobierno y que genera ruido para así desanimar y desmovilizar a la España progresista; que ahí están esas 140 iniciativas legislativas, pese a haber afrontado tiempos muy duros –la pandemia del coronavirus, la tormenta Filomena, la erupción volcánica de Cumbre Vieja y la guerra de Ucrania–; que la cogestión y coalición con Unidas Podemos está dando magníficos resultados, ya que a pesar de los sombríos pronósticos de los agoreros de las derechas recalcitrantes(PP y VOX) está siendo capaz de sacar adelante el país y blablá ,blablá, blablá…

Todo ese alarde de megalomanía y prepotencia –aderezado con un generoso derroche de histriónico narcisismo—culminó, por si no lo sabíamos– con la cantinela de que nuestros enemigos se llaman desigualdad, corrupción e intolerancia (qué bien los conocen, parece que llevan toda la vida juntos) y, al mismo tiempo, ha hecho una feroz crítica al PP por votar siempre en contra de de cualquier urgencia, avance o mejora social, por evidente y beneficiosa que sea. Y “para más inri”, y, como ejemplo de avances y mejoras sociales, ha citado la ley de la eutanasia y del aborto. ¿Puede caber mayor cinismo y desvergüenza? Ahora me entero que quitarles la vida al “nasciturus” y al “moriturus” son avances y mejoras sociales. Parece mentira que sea capaz de manifestar pública e impúdicamente que España cuenta con un gobierno social y ejemplar(el sanchista) y que pueden reivindicar con orgullo el haber servido al país y el haber ayudado a mejorar, al menos un poco, la vida de la gente. ¿Cómo se atreve a mentirnos con tanto descaro? ¿Nos toma por bobos de solemnidad o a estas alturas –a lo largo y ancho de este mundo en su Falcon particular (el VC-1A)– sigue creyendo que todo el monte es orégano? No se preocupe, puede Ud. seguir “viviendo en los mundos de Yupi”, creyendo y afirmando –con todo el orgullo que su megalómana personalidad le permita—que España cuenta con un Gobierno ejemplar y progresista; pero con lo único que contamos, desde que gobierna, es con un “presidente–marioneta” incapaz de defender, frente a sus conmilitones, los derechos fundamentales avalados por nuestra Constitución y que son alienables, inviolables e irrenunciables.

Y si no, díganos ¿Qué ha sido del derecho a la libertad ideológica, a la seguridad ciudadana, a la dignidad humana, al honor y a la intimidad de las personas? ¿Dónde queda el derecho a la libertad de expresión del llamado cuarto poder, al secreto de las comunicaciones, a la información y a la libre circulación y residencia? ¿Dónde está el derecho a la libertad de cátedra, de reunión, de manifestación y de asociación? ¿Qué ha ocurrido con el derecho a la propiedad privada, a la protección social, económica y jurídica de las familias? ¿Qué pasa con el derecho a una educación y a una sanidad libre y gratuita?

Permítame que le diga, presidente Sánchez, que es Ud. la auténtica caricatura burlesca de un presidente mitómano, prisionero y esclavo, no solo, de sus continuas y múltiples falacias, sino también de sus hueras palabras, de sus inexplicables silencios y de sus desafortunadas actuaciones.

Pedro Manuel Hernández López, médico jubilado, periodista y ex senador por Murcia.

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