Menos mal que de la guerra de Putin no llegan, de momento, más que sus dramáticos efectos, porque sería terrible que un escenario bélico encontrase en el cargo a algunos de nuestros sufridos dirigentes.
Empezando por un Gobierno que vive presa del pánico ante las elecciones andaluzas. No hay más que oir el rugido de sus «Aberraciones», cubos con los que Sanchez trata de achicar el Tsunami que desde el chiringuito de Moncloa avizoran por San Telmo. La Farruquito, Yoli y su peluquera y Nada Calviño, saltan como leonas a la orden de un domador amanerado y arrogante. Un Gobierno de circo y arena que, como ha dicho Feijoo, resiste, pero no gobierna.
El primer debate de las andaluzas empezó con una de tirantes, que vendría de la playa digo yo, diciendo «otros territorios del Estado», otro intento fallido de los inventólogos separatistas y los de «Podemos ser los siguientes en comprarnos el chalet», de no decir España.
En el mismo salía un señor que lleva colocado con Chaves y Griñán casi los años de Franco y coloca a su mujer con un curriculum falso, cosa harto frecuente en el partido desde su cúspide, para dirigir algo que su ignorancia abarca. El mismo que, con las encuestas en contra, se hace «un Viva la gente» pidiendo el voto a la mujer, al hombre, al joven, al pensionista y al policía saludé porque con más gente a favor de gente en cada pueblo y Nación, habría menos gente dificil y más de los nuestros con colocación.
Todo este sarao, para que al final vaya a salir presidente otro buen chico de partido, que frisando su edad los cincuenta, lleva sesenta en el Partido popular. Contando por supuesto con el cada vez mayor numero de votos y la cada vez menor sorpresa de Vox, que pretende recuperar parte de lo que la banda de Sanchez se ha cargado del Estado y la Nación, sin que los del maniquí hueco quieran ver la causa. La causa son ellos.
Lo peor es que entre los platos rotos de Putin, la escasez que viene y lo que han dejado de hacer esta gente durante todos estos años, la política va a limitarse en adelante a decidir la ciudad o comunidad donde se va a poner o llevar la sede de los organismos oficiales. Los que se han inventao o los que en adelante se inventen. Mover funcionarios de un lado a otro como ganado trashumante. Y con ello, las terrazas de los bares y restaurantes.
Así que Válgame la Macarena y su arrojo aunque solo sea para echar cuanto antes a aquel que ha cometido la peor felonía que pueda cometer un dirigente político, poner su interés por encima de la Nación, lo cual traería consigo no ver a los mismos insolentes de siempre y de regalo, librarnos del insufrible gracejo inverso de Maria Jesús Montero.
Ningún político en la España de hoy pide a los votantes el esfuerzo que necesariamente habrá de ser de todos. Y mala señal si los políticos no convocan a los votantes a una tarea conjunta. Porque una cosa es gritar Viva la gente y otra muy distinta convocarla a un proyecto común, que debiera ser de todos los andaluces y de los españoles todos.
¡Agua! es lo que pide Andalucía.
¿Habrán oido hablar los pretendientes de hogaño de los pantanos de antaño?
Los que se defienden con uñas, medios y dientes, siguen sin comprender la causa de lo que viene. La causa son ellos.
Víctor Entrialgo
