“Tenemos un sistema que cobra cada vez más impuestos al trabajo y subsidia el no trabajar” “La inflación es un impuesto sin legislación” Milton Friedman
Feijóo ha dicho a Sánchez: “Olvídese del efecto Feijóo y céntrese en el efecto de la inflación”
Algunos partidos defienden que una bajada de impuestos permite recaudar más, crear más riqueza y mantener el Estado de Bienestar. Es la curva de Laffer la que justifica esta afirmación al establecer la relación entre un impuesto y el nivel de recaudación total resultado del mismo.
En 1974 durante una comida en el restaurante Two Continents de Washimgton, el economista Arthur Laffer trataba de convencer a Dick Cheney y Donald Rumsfeld de como una bajada de impuestos genera un aumento de la recaudación. Viendo que las palabras solo engendraban dudas en sus compañeros, Laffer cogió una servilleta y dibujó en ella un diagrama que se convirtió en su famosa curva impositiva. En ese momento nadie imaginaba que esa curva iba a llevar a Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos y a Margaret Thatcher a la presidencia de Inglaterra. Hoy la servilleta donde Laffer plasmó su teoría en forma de diagrama, se encuentra en su propia vitrina en el Museo de Historia de América. Pero ¿qué nos dice la curva de Laffer?
El diagrama de la curva de Laffer dice clara y nítidamente que conforme se avanza en el sistema impositivo, es decir, se aumentan los impuestos, se recauda menos. Me dirán que esto es una paradoja y no digo que no lo sea; lo cierto es que la curva demuestra que, llegado a un porcentaje de impuestos, la recaudación va bajando paulatinamente. Raffel demostró que con impuestos 0% se recuda 0 y con impuestos del 100% se recauda 0. Y esto es así porque a partir de un porcentaje de impuestos que va dejando poca liquidez en el bolsillo de los ciudadanos, estos se plantean si merece la pena trabajar y se van inclinando por vivir de la subvención, añadamos que la economía sumergida aumenta exponencialmente incidiendo en el PIB y que los que poseen el dinero ven como sus inversiones son fagocitadas por unos desorbitantes impuesto; así que, al igual que los ciudadanos no ven motivación para trabajar, ellos no ven motivación para invertir. Resumiendo, la riqueza del Estado se reduce, la economía de los ciudadanos es un desastre, la inversión desaparece dando lugar a un país empobrecido y en el que se vive malamente de la subvención de un Estado dueño de la caja del dinero que se vacía paulatinamente día a día.
Efectivamente la clave para que una reducción de impuestos genere más recaudación está en encontrar el punto exacto en el que los impuestos permiten recaudar más al tiempo que permiten a los ciudadanos disponer de solvencia económica, a los inversores encontrar atractiva la inversión y a las empresas no ver como la economía sumergida les resulta atractiva. Es difícil encontrar ese punto, pero no imposible y merece la pena buscar el equilibrio. ¿Encontraron ese punto clave los asesores económicos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher? No lo sé, pero fíjense en este detalle: los ciudadanos norteamericanos dieron su confianza a Reagan durante dos legislaturas (1981 a 1989), las máximas que en EEUU puede gobernar un presidente y Thatcher fue la primera ministra del Reino Unido desde 1979 hasta 1990 siendo la persona que más tiempo ejerció ese mandato durante todo el siglo XX
La curva de Laffer llevó a Reagan y a Thatcher a la presidencia de sus respectivos países y les mantuvo en ella durante dos legislaturas a Reagan y durante once años a Thatcher. Forzosamente uno debe preguntarse si la clave para que un país, sus gobernantes, sus ciudadanos y sus empresarios vivan más holgadamente de lo que viven con la imposición de unos impuestos que enriquecen inútilmente al Estado y empobrecen cada vez más a la sociedad civil, está expresada como diagrama en una servilleta de tela que duerme el sueño de los justos en su vitrina del Museo de Historia de América.
MAROGA
