LA IMPORTANCIA DEL 19 DE JUNIO DE 2022

Andalucía es España y todo apunta a debacle del PSOE y compinches y a triunfo del centroderecha

Los socialistas y sus compinches solo ofrecen miedo, fórmulas injustas y agotadas

Elecciones Autonómicas en Andalucía (19 de junio de 2022)
Elecciones Autonómicas en Andalucía (19 de junio de 2022). PD

Han empezado a votar y todo el mundo contiene el aliento, porque lo que ocurra este 19 de junio de 2022 en Andalucía, marcará de forma definitiva el devenir político de toda España.

Todo apunta este domingo, en el que han bajado las temperaturas de los termómetros y subido las de los partidos políticos, a una debacle del PSOE y sus compinches.

Merecida, profunda, extendida y significativa.

El desastre de la izquierda, la que se forró mangando millones con el dinero de los EREs y la inepta que abraza a los proetarras, se abraza a los golpistas y sólo propone memeces, dejará muy tocado a Pedro Sánchez y tendrá reflejo en las elecciones autonómicas y municipales de mediados de 2023, así como en las generales que llegarán después.

Son las de este domingo, unas elecciones cruciales.

Y abren tres dilemas.

En clave regional, si consolidaran -como todo parece indicar- un Gobierno de centro-derecha que ha conseguido durante cuatro años hacer caer en el olvido casi cuatro décadas de poder ininterrumpido del PSOE, con sus altas dosis de nepotismo partidista y corrupción.

En clave nacional, si realmente ‘pasan por la piedra’ al sanchismo porque estos comicios no dejan de ser también un plebiscito sobre la gestión del Gobierno, y un primer avance electoral serio sobre el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo en el PP.

Y en clave de alianzas, la de conocer el grado de crecimiento de VOX, si será imprescindible para la gobernabilidad en Andalucía.

PP y VOX son dos partidos condenados a entenderse, si la derecha quiere ser una alternativa realista a Sánchez en las elecciones generales.

DE LOS GENERAL A LO CONCRETO

Este 19 de junio, 6.378.398 electores podrán acudir a depositar su papeleta en la urna.

Algo más de 263.000 viven en el extranjero y han podido hacerlo por correo.

De esos más de 6 millones y medio, alrededor de 350.000 son chavales que votan por primera vez.

El eco electoral de Andalucía puede empezar a enmendar la degradación en todos los órdenes que representa el Gobierno Sánchez.

Que nadie espere de Sánchez que se coloque el primero en la foto de la derrota (que los socialistas se temen histórica), ni que se dé golpes en el pecho.

Tampoco que asuma la más mínima responsabilidad, pese a que Juan Espadas ha sido una apuesta enteramente suya para fumigar el PSOE-A y eliminar cualquier resto de susanismo.

Pero Sánchez pagará un precio y muy alto.

LOS EFECTOS DE LA GESTIÓN

Andalucía ha progresado como nunca en menos de cuatro años, en circunstancias de epidemia y de crisis extrema, hasta el punto de poder mirar de frente a las comunidades de Madrid o de Cataluña, tradicionalmente las más pujantes.

El popular Juanma Moreno y su equipo han logrado invertir el desempleo, atraer inversiones extranjeras como nunca y situar la agenda del Gobierno en el terreno que necesita el ciudadano: unos servicios públicos fortalecidos, una menor presión fiscal y un deseo sincero por generar espacios de progreso que aprovechen el inmenso potencial de la región.

Frente a eso, el PSOE solo ofrece miedo, fórmulas injustas y agotadas como la de recuperar los impuestos de Sucesiones y de Patrimonio, y unas terribles alianzas con partidos radicales que harían del Gobierno una copia de la «fórmula Frankenstein» que ya asola a España.

El contraste entre la oferta de Moreno y la de Espadas, convertido en un mero delegado de Sánchez, es abrumadora, y solo el exceso de confianza parece capaz de empequeñecer la magnitud de una victoria del primero más que merecida: que nadie se lamente el lunes si, por pereza o cualquier razón, optó por no acudir al colegio electoral pensando que no afectaría el resultado.

En todo caso, si se cumplen los pronósticos y el PP de Moreno gana y puede gobernar, en solitario o con VOX; el efecto nacional será abrumador: no solo se salvará a Andalucía de adentrarse en la misma deriva que encarnan Sánchez y sus socios; sino que se dará un impulso casi definitivo a Feijóo para que releve, en cuanto haya Elecciones Generales, al peor presidente de la democracia española.

Porque si los andaluces defienden el proyecto cuyos beneficios han podido constatar en esta legislatura, también acabarán con el antagónico que encabeza Sánchez, que puede ser el gran derrotado aunque no se presente de manera directa.
Pero su política de enfrentamiento, ineficacia, deuda y amoralidad, sustentada en pactos perversos y decisiones infames; si se mide este domingo en las urnas.

El eco de Andalucía, siempre poderoso, será más amplio que nunca: puede estimular la reacción de otros barones del PSOE, hasta ahora seguidistas hasta extremos indignos, y desde luego empezar a enmendar la degradación que vive España desde 2018.

 

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