Señor Sánchez: no busque poderes oscuros y ocultos entre los que usted considera sus enemigos, sino en los que usted considera sus amigos como PNV, Bildu y ERC. Es ahí donde está la oscuridad que nos rodea y usted la comparte amigablemente con ellos.
La paranoia de Sánchez que ha salido a la luz tras el fiasco de las andaluzas del 19J, me recuerda a la de Jack Torrance el escritor que se recluye en el hotel para poder escribir a sus anchas. Ya saben, el Resplandor, la mítica película de Kubrick.
Al poco tiempo de acomodarse en el hotel, Torrance se ve dominado por unas ideas muy oscuras que le hacen ver en su mujer y en su hijo el enemigo oscuro y poderoso que hay que eliminar. Nada podré hacer, ni escribir si no elimina la causa oscura que provoca su falta de ideas. No está dentro de mí el problema, se dice, y lo externaliza personificándolo en dos inocentes a los que debe eliminar. No reconoce que sufre un trastorno de personalidad que le está llevando a una espiral de violencia agravado por el insomnio, la falta de comunicación y sus propios fantasmas interiores.
Pedro Sánchez vive en la Moncloa una fase de paranoia parecida a la de Torrance que le está causando un trastorno de la personalidad sin admitir que el problema está dentro de él, que la oscuridad de la que habla debe mirársela él mismo y comprobar que la comparte con quienes le mantienen en el poder que, en definitiva, la oscuridad es él mismo, que él forma parte de esa oscuridad. Y de no poder dormir con Iglesias a su lado, ha pasado al insomnio provocado por las encuestas, de la capacidad de comunicación ha pasado a no comunicar nada porque carece de la más mínima empatía, de mentir hasta en los pocos momentos en que duerme a que nadie le crea incluso cuando dice la verdad – momentos muy escasos – de seducir a sufrir rechazo etc. Y, al igual que el zumbao de Torrance, que cree que los poderes oscuros que le impiden vivir son su mujer y su hijo. Pedro cree que son los poderes oscuros de señores gordos y fumando puros los que se está cebando en él. Su paranoia le impide ver que no son poderes oscuros gordos y con puro los que le está arrinconando, sino las amas de casa que ven como ya no llenan la cesta de la compra, que para poner la lavadora debe desconectar el microondas, que han pasado del aceite de oliva al de girasol, aunque este también esté por las nubes. Y son también los que cada vez que llenan el depósito de su coche han de presentar las tres últimas nóminas y un certificado de empadronamiento. Jóvenes que para alquilar un piso han de juntarse 6 o 7 para entre todos poder sufragar su coste. No, señor Sánchez no son los señores gordos y que fuman puros los poderes que usted llama oscuros y que están conspirando contra su inimitable persona; son los ciudadanos los que, hartos de estar hartos de tanta mentira y manipulación, de ser los chivos expiatorios de sus políticas de apaciguamiento a las fieras independentistas a las que está entregado genuflexo, de vivir en un sinvivir; los que le están abandonándolo porque usted los abandonó antes.
Señor Sánchez, para poderes oscuros Bildu, PNV, ERC y demás compañeros que usted eligió para mantenerse en el poder, que no gobernar y los medios de comunicación que le soban todos los días, le dan brillo y esmalte a todo lo que dice y a todo lo que hace. Esos sí que son poderes oscuros de hombres y mujeres gordos y no gordos y que fuman o no fuman puros y que en los albañales y letrinas de sus despachos políticos y sus despachos mediáticos conspiran contra la sociedad, contra los ciudadanos que la forman, contra la verdad para mantenerle a usted en el poder.
MAROGA