Están despidiéndose ya. El barco se hunde, el trilero mueve los cubiletes y los palmeros, que no saben música y se inventan la letra, siguen aplaudiendo.
Ahora que ya no sabe cómo sobrevivir al naufragio inminente, Sanchez desplaza el cubilete a la izquierda con su mano derecha, dejando la bolita donde está, sin que la izquierda se entere.
Nada en el trilero es creíble y nunca mira a nadie a la cara. Sólo eso bastaría para preocuparse. Pero él sigue moviendo los cubiletes y los ganchos siguen escogiendo exhumar cuerpos, levantar tumbas, la desmemoria, lo que el trilero mueve debajo de sus cubiletes. Éso y el reparto de billetes. De tren y del monopoly. Es lo que dice que hay que hacer mientras el Titanic se hunde. La pregunta no es lo que vais a hacer. Es lo que habéis hecho y lo que estáis haciendo.
Ademas de cubiletes, el trilero remueve el fango del pasado mientras en pleno naufragio, desde el puente de mando Sanchez okupa tambien la cubierta de Podemos. Allí atropella la igualdad arrebatando un bote salvavidas a mujeres y niñas, mientras los palmeros «diezmileuristas», aplauden sin enterarse. Menos la comunista prêt a porter, que sale a estreno diario, a la que despues del quite a Rufián, Squettino sube a la proa donde no corre el aire. Y si ella aplaudió sólo al final y sin mirarle, es para que de su relación no hablen.
Ya se ve que Sanchez va a sustituir a Esquerra por Yoli Rose, que espera vestirse de largo, para intentar enderezar un barco con más icebergs delante que la peli del Titanic. Ahora que ya no quedan, los construye él en su nevera.
Los ganchos doblan su apuesta en el casino del barco. Más subsidios y más deuda que pagarán los que vengan. Pero detrás siempre venimos los demás y Sanchez contesta con el eufemismo del año: «En España no hay gastos superfluos. Son ineficencias.» Sólo esta frase es por sí sola un iceberg, capaz de hundir un barco y descalifica al Squettino que la pronuncia para vergüenza de la Nación. Se va a dejar la piel, porque la cara la tiene más dura que una estatua del barco, pero de las de mármol.
¿Cuando sacó Sanchez las fotos que enseña de España? Porque la que viven los españoles, resultado de su gestión no la revela y en la que muestra, los españoles no se reconocen.
Ya se sabía. Han vuelto a traer la ruina. Para ello Sanchez levanta el cubilete de la derecha con puro y chistera, cuando el que está angustiado y hasta el sombrero es el pueblo soberano.
Están despidiéndose ya. Igual que Zapatero, Squettino llega tarde y sigue poniendo rumbo al iceberg. El barco se hunde. El trilero mueve los cubos y la bolita pero debajo no hay bolita. Descubierto su juego se lleva a la Yoli a la proa para poner rumbo a Europa y mientras se hunde el barco los palmeros, que no saben música y se inventan la letra, siguen aplaudiendo aún debajo del agua.
Victor Entrialgo