OPINIÓN

Manuel del Rosal: «¿Vuelven las temidas cartillas de racionamiento?»

Manuel del Rosal: "¿Vuelven las temidas cartillas de racionamiento?"

“Disfruta el día hasta que un imbécil te lo arruine” Woody Allen

Es lo que están intentando hacer estos imbéciles: arruinarnos la vida. No lo consientas.

Las cartillas de racionamiento las creó el franquismo. Empezaron a funcionar en el año 1939 y se suprimieron en 1952. Loa españoles tuvimos que soportar 13 años de racionamiento de los alimentos, de largas colas para llegar a conseguir lo que buscábamos – aceite, por ejemplo – 13 años echando imaginación a la cocina para aprovechar al máximo los escasos alimentos con los que se contaba, alimentos que se valoraban con puntos y que se abonaban con los puntos asignados en cada cartilla.

Estamos en 2022 y en el siglo XXI y aquí en España ya llevamos unos años con las colas del hambre por las mismas razones que había en el franquismo para que fueran una imagen diaria del pueblo español: el hambre y las dificultades para satisfacerla. Parece mentira que con un gobierno social comunista haya colas del hambre en España, pero esto no ha hecho más que empezar.

Pedro Sánchez, presidente de este gobierno social comunista se ha pasado la mitad de sus años de gobierno resucitando a Franco. Le ha dado vida de todas formas y maneras. Cuando todo el mundo lo tenía olvidado él, Pedro Sánchez, lo resucitó. Dicen los viejos del lugar que a los muertos se les debe dejar descansar porque si se les molesta pueden traernos desgracias similares a las que ellos sufrieron o provocaron. Al dictador Franco no se le ha dejado descansar en ningún momento y no puede extrañarnos que su memoria haga aflorar algunas cosas que sucedieron en sus días de caudillaje como, por ejemplo, las cartillas de racionamiento. Ustedes dirán que eso, además de ser una gilipollez, es imposible y seguro que llevan razón, pero de momento las colas del hambre ahí están y Bruselas lanza el aviso de racionar, por lo pronto, el gas. Y detrás del gas puede venir racionar el trigo, el girasol y como consecuencia, el aceite. ¡Que sí, que sí! que lo que estoy escribiendo es una estupidez, pero más estúpidos son estos gobernantes que nos han tocado tanto en Europa como en España que carecen de ideas, de determinación, de valor y de inteligencia para hacer frente a esta crisis, a cualquier crisis y con ese bagaje, a lo más que llegan es a crear las nuevas cartillas de racionamiento por puntos, que dependerán del número de miembros de la unidad familiar. Cuando Europa ha alcanzado las más altas cotas de inteligencia artificial, de riqueza, de tecnología, estos dignatarios, con menos pensamientos que un gorrino tan solo llegan a la conclusión de la implantación de unas cartillas que hace 83 años patentó Franco. Para este viaje no hacía falta tanta parafernalia democrática. Incapaces de dialogar, de hablar de acordar, de apaciguar, de argumentar, de exponer, de consensuar por estar obnubilados por la codicia y el ansia bárbara de poder, tanto los dignatarios que sestean en Bruselas como los que sestean aquí en esta España achicharrada en lo físico y en lo mental, recurren a las cartillas de racionamiento, medida a todas luces dictatorial cuando la implantó un dictador, pero medida absolutamente democrática ahora que la estupidez y falta de imaginación de unos políticos cegados por mantener sus sinecuras y privilegios, les impide articular los mecanismos necesarios para atajar esta crisis geopolítica, económica y de inteligencia que asola a una Europa cada día menos Europa y más reinos de taifas.

Los ciudadanos deberíamos de estar muy atentos a los movimientos de Sánchez, pues no nos debe de quedar la menos duda de que, si él lo ve necesario para mantenerse en el poder, lo hará: implantar por decreto ley aprobado en el consejo de ministros las cartillas de racionamiento.

MAROGA

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