OPINIÓN

Manuel del Rosal: «El mercader… de Moncloa»

Manuel del Rosal: "El mercader… de Moncloa"

Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo.” Francisco de Quevedo

En política hay muchos mercaderes, y los hay fundamentalmente de dos tipos: los mercaderes del miedo y los de la dádivas y subsidios. Ambos buscan su beneficio en forma de votos.

Gobernar a base de miedo es muy eficaz. El miedo te hace no reaccionar, no seguir adelante, no protestar, esconderte, callar, asentir, acomodarte a una situación ruin y mezquina. El miedo nos lo racionan diariamente a través de los medios de comunicación serviles al poder que siguen las órdenes del que ostenta el poder. Gobernar a base de subsidios también es eficaz, no debemos olvidar que hay un segmento de población nada desdeñable que, con tal de vivir sin trabajar se vende por un mísero plato de lentejas, aunque en ello le valla su dignidad – si es que la tienen. Luego tenemos a los mercaderes del miedo y del subsidio que alternan según conviene. Es en este apartado donde encaja Pedro Sánchez el político que mercadea sin el más mínimo escrúpulo con el miedo y con el subsidio.

Pedro ha dejado de mercadear a los ciudadanos con la amenaza de la ultraderecha y las consecuencias que tendría para España y los españoles un gobierno de Vox, de Vox Y PP. Tras los resultados de Andalucía Pedro ha dejado el mercado del miedo y, vistiendo el hábito de monja ursulina, se ha abrazado al mercado de las limosnas unas veces y, vistiendo de Robin Hood al mercado de robar a los ricos para dárselo a los pobres. A eso hay que añadir que – se lo ha debido apuntar alguien – ha cambiado el gesto distante y sin empatía por una sonrisa de oreja a oreja, pero es tan forzada la pose, el gesto y la sonrisa que a nadie convence. Es curioso que el mercader de las mentiras, las poses, el miedo, las limosnas y la fatuidad, sea el político más mercadeado por los mercaderes nacionalistas e independentistas, sabiendo estos que le tienen agarrado por los bemoles de forma inmisericorde.

Los mercaderes han existido siempre. Los brujos mercadeaban con la ignorancia de la tribu. Los sacerdotes de las religiones mercadeaban a las gentes con las amenazas al infierno si eras “malo” y con alcanzar la “gloria” si eras “bueno”. En estos años de progresismo son los sacerdotes de la religión conocida como consumismo, los que nos mercadean con la inflación, el ahorro, la subida de los intereses, las crisis etc. Todos los mercaderes saben que para dominar a un pueblo pueden utilizar con el mismo resultado tanto las limosnas, como el miedo y, en algunas ocasiones, alternar ambas cosas como ha hecho Pedro Sánchez que ha pasado del miedo a la ultraderecha a la limosna institucional con el fin de que, cuando en el año próximo se convoquen las elecciones autonómicas y municipales, sus nuevos ropajes de monja ursulina y Robin Hood hagan que el batacazo que se vaya a pegar sea lo menos doloroso posible. Y no olvidemos que, si pasando el tiempo, Pedro ve que las limosnas y las sonrisas no surten efecto, se vestirá con el ropaje de cualquier otro mercader que le permita mercadear a los ciudadanos desde la amenaza como el paradigma de los mercaderes – el de Venecia – hizo para cobrar el préstamo o, en su defecto, su importe en la carne del desgraciado que firmó las condiciones; exactamente una libra de carne…de cada uno de nosotros.

MAROGA

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