OPINIÓN

Rafael López Charques: «Enfermedad oportuna»

Rafael López Charques: "Enfermedad oportuna"

Es triste o doloroso estar enfermo, nosotros lo afirmamos, máxime cuando pueden quedar secuelas por un tiempo o por vida. Por esta razón deseamos sinceramente que, si es cierto que “cum fraude” está afectado por el covid-19, se recupere plenamente lo antes posible. Pero no se equivoquen, este deseo no implica una debilidad, puesto que “lo cortés no quita lo valiente”

Desde luego no vamos a caer en la bajeza ética y moral de un alcalde socialista albaceteño que ha tildado a sus enemigos políticos, los populares, de “retrasados”. Una persona que, por desgracia para él, no tiene todas sus capacidades intelectuales normales es un disminuido, no un retrasado. A quien emplea tal palabra solo se la puede calificar de rastrero.

Hemos dicho que “si es cierta” la enfermedad del jefe del descontrol gubernamental, y lo mantenemos. Sabemos que los gallegos tenemos fama de desconfiados, quizás seguidores del dicho de Maquiavelo “piensa mal y acertarás”, razones por las cuales nos preguntamos, ¿y si lo de la enfermedad no es cierto?,
¿si solo es un bulo conveniente políticamente en estos momentos?

Razones para mantener la sospecha no faltan. La enfermedad ha sido muy oportuna. Ahora que “cum fraude” no puede salir a la calle, vaya a donde vaya, sin que sea abucheado, que bien le viene tener que estar recluido en su palacio, mejor dicho, en el de todos los españoles del que disfruta en exclusividad. Claro está que tiene que dar una explicación a él que tanto le gusta lucirse. ¿Qué mejor que una enfermedad infecciosa?

Por otra parte, estos días el desgobierno está internamente a la greña. Lógicamente estando enfermo lo primero es curarse, y no intervenir en trifulcas de otros. Lo mejor es dejar que se peleen, que se desgasten, y cuando esté claro que grupo tiene más poder, será el momento de recuperarse y contemplarlo para mantenerse en el sillón.

Igualmente estará al acecho con lo que pasa en su propio partido. La oposición propone alguna medida y les falta el tiempo para descalificarla, pero en cuanto constatan que es del agrado de la gente, se vuelven abanderados de la misma. ¿Qué mejor estar enfermo, y por lo tanto callado para justificar su silencio, sin exponerse a columpiarse?

Quizás también esté disgustado, porque parece que según el tráiler de su docudrama, el mismo va a ser un desastre que ninguna cadena de televisión comprará.

Mientras tanto sus segundones campean a sus anchas, dando ejemplo.

Se detecta amianto en el Ministerio de Cultura, y lo primero que hace el titular es trasladar su despacho a una zona sin esa amenaza. ¿Los trabajadores? Que esperen, pues para algo son subordinados. Todo un ejemplo de decencia.

La ministra de la Desigualdad opina que “la okupación es un problema inventado por la derecha” Es muy fácil decir eso, cuando tiene la seguridad de que a ella no le va a ocurrir. Le damos una solución. Renuncie a los veinte mil millones que le han soltado, y que gastará en sin sentidos, pues con ellos se podrán construir unas doscientas mil viviendas, modestas pero dignas, para la gente que no tiene hogar. ¿Qué le parece la idea? Creemos que aún sobraría dinero para que mujeres que quieren ser madres, y no pueden económicamente, no caigan en el negocio de las clínicas abortistas.

Como está enfermo, “cum fraude” no opina sobre esas incongruencias y otras muchas que podríamos señalar, aunque casi es mejor que no lo haga, pues solo liaría más los temas. Tranquilo y a recuperarse.

¿Tenemos razón con nuestra sospecha?

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