OPINIÓN

José Manuel García Albarrán: «La ley del ‘bienestar animal’ y el malestar humano»

José Manuel García Albarrán: "La ley del ‘bienestar animal’ y el malestar humano"

El escritor y poeta Juan Ramón Jiménez (1881-1958) nacido en Moguer (Huelva) y Premio Nobel de Literatura en 1956, escribió su obra maestra en el año 1914 titulada “Platero y yo”, en la que narra las vivencias y la gran amistad de un muchacho de pueblo con su burro ‘Platero’, al que trataba y cuidaba como a su mejor amigo, en lo que se podría considerar el preludio de un  magnífico ejemplo de cómo a principios del siglo XX ya existía preocupación por el buen trato a los animales. El ‘burro’ es un mamífero doméstico que por su resistencia y docilidad se usaba y se usa, aunque cada vez menos, para carga y trabajo en el campo. Como sinónimos de ‘burro’ la RAE admite: asno, borrico, jumento, pollino y rucio.

Pero refiriéndose al ser humano, y de manera despectiva, se llama ‘Burro’ a un individuo corto, ignorante, necio, torpe y rudo.

La verdad es que mientras el primer tipo de ‘burros’, al parecer, corre peligro de extinción, sin embargo los ‘Burros’ de la última acepción a los que se les da el matiz despectivo, crecen de manera exponencial, llegando a invadir gran parte de los ‘cargos políticos’ en todos y cada uno de los Estamentos del Gobierno: Congreso, Senado, Ministerios, Presidencias de CC. AA, Consejerías , Portavocías y Ayuntamientos,  en donde se les permite sin trabas ‘verter su ignorancia’ mediante ‘exabruptos’ u opiniones de legos o incoherentes, además de improperios con salidas de tono o groserías que guardan un gran parecido a los ‘rebuznos’.

Pues verán ustedes…

En este contexto el pasado mes de agosto, en el Consejo de Ministros se aprobó el Anteproyecto de ‘Ley de Derechos,  Bienestar y  Protección Animal’,  idea impulsada por el ‘Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030’ con su ministra -Ione Belarra- al frente y que se hará realidad, ‘si alguien no lo remedia’, el próximo año 2023.

Esta ley, al parecer, pretende poner fin al ‘maltrato’, ‘abandono’ y ‘sacrificio’ de animales en España’ lo que se puede considerar muy loable, pero con algunos matices importantes.

La verdad es que si se refieren a el trato que reciben los ‘animales de compañía’ cuyo principal exponente pueden ser perros, gatos, hámster, pájaros, peces…

no creo que nos puedan señalar como ejemplo de un país maltratador. Basta darse una vuelta por cualquier paseo, calle o parque de la ciudad, para ver cómo, en líneas generales, ‘los canes’ gozan de todo tipo de cuidados y de ‘libertad’, incluso con permisividad para hacer sus ‘necesidades menores’ en farolas, semáforos, postes de anuncios e incluso en las esquinas de las calles y hacer las ‘necesidades mayores’ en medio de las aceras o jardines, por lo que en determinados barrios éstos espacios parecen un ‘campo de minas’ que tenemos que ir sorteando los sufridos peatones.

Me pregunto si estos ‘sesudos’ legisladores han pensado también en el ’bienestar del peatón’.

Ya,  ya sé…me dirán que hay una ley para multar a los dueños de ‘las mascotas’, si éstas depositan sus excrementos en las aceras y sus dueños no lo recogen en el acto, pero… ¿Cuántas multas se imponen al día por incumplir esta ley higiénica urbana?

Y es que para ello se  precisaría un gran despliegue de agentes o vigilantes municipales para poder ‘pillar in fraganti’, a estos desaprensivos paseantes o dueños de perros y multarles.

No hace mucho leí una noticia en la que se informaba que en una ciudad marítima del sureste de España, el Ayuntamiento había gastado más de 65.000 euros del erario público para tratar con anticorrosivos, limpiar y pintar las bases de las farolas situadas en la vía pública que estaban en estado lamentable y despedían muy mal olor con el calor por los orines de los perros. ¿Deberían pagar un impuesto especial sus dueños para resarcir este gasto?

Al parecer en 2019 había 6,7 millones de perros en España y 3,8 millones de gatos. Un perro por cada tres hogares y un gato por cada cinco. Estas cifras se quedaron cortas durante 2020 ya que por la Pandemia se desbordaron las compras de estos animales de compañía (recuerden que durante ‘el ilegal estado de alarma’ se podía salir de casa a pasear el perro)

Y es que de un tiempo a esta parte se está confundiendo, en mi opinión, el tema de las mascotas en las casas porque ¡Una mascota no se puede regalar a un hijo/a como si fuese un juguete! Porque es un animal que necesita una higiene, visitas al veterinario, vacunas, comida especial, paseos diarios y una serie de atenciones que exceden de la responsabilidad de los niños y terminan por recaer en los padres, suponiendo una carga y un impedimento para ‘viajar’ o ‘irse de vacaciones’ lo que hace que lo abandonen.

¡Esto sí que es deplorable!

A continuación esbozaré solo unas pinceladas de la futura “Ley de Bienestar Animal” con diferencias sustanciales respecto a las anteriores:

* Código Penal: Endurecer las penas por maltrato animal, incluyendo ‘penas de cárcel’ de 18 meses hasta los 24 meses si ‘el ser vivo’ fallece debido al maltrato y multas de 100 mil a 600 mil euros.

*Tener un perro como animal de compañía obligará a realizar un ‘curso de formación’.

*Será necesario el DNI-Animal documento de identidad, -compatible con el ‘microchip’-con información básica: nombre de la mascota, fecha de nacimiento, vacunas que tiene y todos los ‘datos de los dueños’.

*Las tiendas solamente podrán vender ‘peces’ como animales de compañía.

*Se prohibirá la cría y venta de mascotas a particulares.

*El ‘número máximo’ de animales en una ‘casa’ será de ¡cinco!. ¿Presupuesto?

*Los animales dejarán de ser ‘cosas’ y serán ‘seres sintientes’. *Tendrán los mismos derechos, en los casos de divorcio que las personas, siendo un juez el que decida cuál de los dos reúne las condiciones apropiadas para quedarse con su custodia.

Esta ley curiosamente ‘excluye’ a los ‘perros de caza’ (enmienda del PSOE) así como a ‘los toros’ y los animales que se sacrifican para el consumo humano.

Si el fondo de esta ley no es malo, las formas, su redacción y las consecuencias de su ejecución pueden ser una vez más nefastas por «acabar con la Avicultura, la Acuariofilia y la Terrariofilia» y provocando el cierre y la ruina de un millón de ciudadanos y Pymes que se dedican a la cría, reproducción y venta de estos animales.

Y dicho esto cabe preguntarse:

¿Como un gobierno que promulga leyes como la del ‘aborto’ y la ‘eutanasia’ puede condenar hasta 2 años de prisión a un ciudadano por maltratar a un animal?

¿Como un gobierno que está llevando a la exclusión social a

casi el 30% de la población (más de 13,5 mill. de españoles) puede gastar 800 mill. de euros en subvencionar a animalistas y partidos afines que no han conseguido un solo escaño en las elecciones generales?

¡Preocúpense más por ‘el bienestar humano’ sin que ello, por supuesto, implique permitir el maltrato animal!

¡Paz en Ucrania!

José Manuel García Albarrán

Médico jubilado

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