OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «El enemigo está dentro»

Victor Entrialgo De Castro: "El enemigo está dentro"

Como tiene dicho un campeón español, asturiano como Pelayo, que ha tenido ocasión de viajar por todo el mundo, no existe país, ni en ninguno se vive, como en España.

España es sin duda genial, única en su variedad, aunque esté llena de facinerosos. No serían tan peligrosos si no siguieran en el poder gracias a maquinaciones, que no tienen que ver con el pueblo sino con su intención de dividirnos, para que ellos puedan gobernar.

España es el mejor país del mundo sí, puede ser, pero desidioso para los asuntos de gobierno, porque ni nos oponemos a los atropellos, ni queremos ejercerlo.

Hasta el punto de permitir, no sólo que unos insolventes desguacen la división de poderes, el imperio de la ley e instauren el desgobierno, sino que incluso toleran que esté aparcado en la Moncloa, el mismo caballo de Troya.

Con un treinta por ciento de población en riesgo de pobreza extrema y a punto de recesión, con tres millones de parados, Sanchez levanta fosas.

Y se va fuera para hablar, sin saber siquiera donde está, para huir del debate de presupuestos y no explicar que dilapida nuestro dinero en su campaña electoral, buscando lo que no desvela y tenemos derecho a saber, casualmente en África, donde previamente colocó a su mujer.

Un crucero todo incluído mientras deja  en el Parlamento a la consejera del latrocinio de Andalucía, la ordinariez personificada, pagando con su mentira y nuestro dinero a los enemigos de España.

Está más que acreditada la falta de capacidad y voluntad de Sanchez para convocar a la Nación a un proyecto común. Tampoco ofrece duda ninguna su voluntad de maniatar a las instituciones y comprar los medios. Sanchez es una fábrica electoral.

Para invertir las encuestas y ganar las elecciones sus ministros incitan a reclamar derechos que ellos inventan llamando comunismo a pasar, de apenas mudarse a mudarse de chalet, mientras las que hasta ayer mismo, para llegar a poder, presumían de «zarapastrojas» reciben hoy a la pelu en el Ministerio antes de ir al Congreso disfrazadas de Chanell.

El camino que ésta gente deliberadamente no quiere hacer es el de organizar de una vez la estructura del Estado y el del interés general. Primero, para la defensa de la sociedad frente a sus enemigos, exteriores o interiores. Y segundo, frente a los depredadores de sus Presupuestos.

El Estado no es más que una técnica de organización. Pero ¿qué puede ser esa técnica sin educación? En fin la educación es el camino. El de ahora y el primitivo.

Nuestros representantes no tienen que ser todos de Oxford ni de Harvard,
porque eso tampoco sería representativo de la Nación. Tienen que ser nuestros, que no lo son.

No lo son aquellos a los que da igual adonde vaya el barco, mientras hacen lo posible por saquearlo ante
un capitán necesitado de votos y borracho de poder, indiferente a todo con tal de ser el patrón.

Son paradójicamente los mismos que permitieron callados como ahogados, que un régimen que ellos quieren borrar de la Historia de los hechos, perdurara cuarenta años.

España lo aguanta todo. Es una maravilla. Pero tiene muy serias deficiencias en lo público y en su educación. Porque  mientras una flota de piratas se dedica al abordaje del Estado, es la desidia del pueblo, tanto o más que los viejos dogmas o su cerrazón, la que impide que la nave avance.

La desidia frente a los enemigos de España, empezando por el sanchismo, una minúscula minoría que permite que un barco infestado de piratas y a punto de encallar esté siendo saqueado, mientras la grumete reparte fajos de billetes y el jefe de los piratas esté de crucero electoral.

Esa desidia es lo que explica, que aunque hayamos visto los icebergs, sabiendo que el enemigo está dentro, sigamos todos tan anchos, silbando el sitio de Zaragoza siempre que haya wifi en el barco.

Victor Entrialgo

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