OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «Calígula»

Victor Entrialgo De Castro: "Calígula"

Despues de Augusto, primer emperador, llegó Tiberio, año I de nuestra era, que fue cuando con la crucifixión de Jesús se armó la de Dios es Cristo, y luego Calígula, que tenía parentelas consanguineas y políticas como para ponerse en lo peor.

El Calígula que nosotros padecemos,  ya ha colocao a las suyas, incluidos cargos y vacaciones de amiguetes, no viaja en litera sino en Falcon pero, visto lo visto, parece como su antecesor capaz de traicionar a su propia madre.

El romano terminó, luego de cinco años, a manos de los propios oficiales de la Guardia Pretoriana. Aquí entre los palmeros escogidos uno a uno para aplaudir hasta que salga humo no parece ninguno capaz de dictar un edicto pretoriano.

Las acciones despóticas del Calígula hispano desde que llegó al poder han incluído tambien el miedo y la  paranoia para defenestrar a sus más estrechos colaboradores  y situarse siempre por encima de la ley.

Pero acongojado ahora con los idus de mayo y las vísceras de gallina de Cayo Tezanus, el Calígula hispano, subido en el Falcon en lugar de Incitatus, ha decidido llevar a cabo dos golpes de estado al mismo tiempo:

El primero consiste en dividir a la Nación, distraer a la sociedad, maniatar las instituciones y destruir el Estado.

Y el segundo, dejar al Estado sin las armas para poder evitarlo, subastando el código penal a su conveniencia eliminando la sedición o la malversación y llenando de okupas un Ministerio desde el que unas listillas indocumentadas han logrado excarcelar a violadores condenados y con ello la indefensión de las víctimas y de todas las mujeres en general. Finalmente, el Calígula hispano trata de autoprotegerse y echar una instancia de tonto útil en la Otan, para cuando tenga que huir y reunirse con Puigdemont en Waterloo.

Los dos golpes continuados, junto a otras muchas provocaciones diarias, no sólo pretenden aprobar los presupuestos sino, además, incitar a un pueblo jurídicamente desarmado y ahogado por la pavorosa gestión económica de su propio gobierno, para que se levante con otro golpe de signo contrario.

Este otro golpe provocado por el propio Calígula hispano persigue la desestabilización de la Nación y montar otro Tiberio con episodios violentos para responsabilizar a la oposición y recuperar así la dramática situación de sus encuestas, continuando la destrucción del Estado y su forma constitucional, la Monarquía parlamentaria, encontrando a sus amigos instalados con sus referendum, cuando vuelvan de su exilio tras perder las elecciones.

De ahí que su ignominia supere los límites de lo imaginable. Ni siquiera con una camisa balinesa a juego con el contenedor amarillo de su mujer  cesan las provocaciones a los españoles de su emperador.

Por eso aquel que, ni aún teniendo la historia de España nítida, transparente y repetida delante de sí, no llegue a comprender la historia y en particular  el siglo XX español es que lleva una venda en los ojos o piensa sólo con un hemisferio.

Que los más jóvenes no lleguen hasta los Reyes Católicos es un drama. Pero el que, ante los actos despóticos de éste Calígula y teniendo uso de razón, no quiera tener presentes los casi mil asesinatos del terrorismo de ETA, la utilización durante décadas del tiro en la nuca para aterrorizar y chantajear a toda una Nación, no sólo es un traidor, es un mal nacido.

Así que lo que vemos degradarse diariamente no es casual sino deliberado y sólo puede acabar mal.
Y como no inhabilitemos con el derecho que nos queda a este individuo peligrosísimo de pensamiento débil, superficial y plano, que se mantiene a base de moverse mucho sin hacer nada, lo vamos a pasar mal.

Este individuo cuyos actos despóticos rayan lo absurdo y su pensamiento el encefalograma plano presume de decir «nonsenses» vacías en inglés. Pero alguien que no es capaz de elaborar un pensamiento complejo en español dificilmente podrá hacerlo en inglés ni en ningún otro idioma. Como en Kenia, un suponer. Éste gobierno líquido del gen egoista, apuntalado por separatistas, pelotas y mangantes, el gobierno soñado de delincuentes y delincuentas, nos conducirá a cualquier holocausto.

Ahora que se aprueban los Presupuestos no podemos dejar de reparar, por cierto, en que la manera de aplaudir Farruquito los Presupuestos muy ministerial no es. Pero desde que descubrió el vestido lencero y el fondo de armario se ha venido arriba. Basta verla aplaudirse a sí misma y dar saltos por el hemiciclo para concluir que su actitud, muy normal tampoco. Siendo Consejera de los Eres recibió una patada hacia arriba para tratar de parar todo aquello donde ella estaba, por cierto. Para churrera desde luego no serviría, porque a todo el mundo le saldría el chocolate por la nariz.

Para lograr aprobar los presupuestos Calígula ha elegido a los cosecheros de ETA como socios preferentes. Elimina el delito de sedición, traslada más presos de los que las cárceles pueden absorber, retira de Navarra a la guardia civil. Desarrollo autonómico lo llama. Como al acercamiento precipitado de más presos. El último, el asesino de su compañero de partido Fernando Buesa en el año 2000. Haréis cosas que nos helarán la sangre. Y las haréis, como todas las demás, sin el coraje que hay que tener para, al menos, explicarlas.

Seguramente en todo este sindios de leyes locas, cuando Caligula y su lira van tocando a su fin, no hay más explicación que su conveniencia. Se ha dicho que la particular maldad y crueldad del Calígula romano se podía deber a posibles causas médicas. La de  «Bamboleus Ridiculus»  están por determinar, pero muy normal, muy normal, no parece.

Domiciano definió la demencia de Calígula con una palabra  inventada: «adiatrepsia,» y la describió como «la desfachatez que nos permite imponer por la fuerza hasta el más salvaje de nuestros deseos».

Aunque yo me quedo con el diagnóstico de Rosa Diaz, que le conoce bien y se va confirmando punto por punto. Este payaso es un psicópata, que se ríe de su maldad y disfruta cuando el pueblo se subleva, igual que Calígula.

Porque no se trata de contradecir al pueblo en una decisión puntual fundada en la supuesta responsabilidad ante la pretendida mayor información.

Se trata de contravenir dolosamente al pueblo Soberano. Se trata de que éste otro Calígula ataca de raiz, nada más y nada menos, que la Constitución española en su artículos y principios fundamentales. La unidad indisoluble de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y la soberanía del pueblo español.

Victor Entrialgo

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