OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «Lo que nos estamos perdiendo»

Victor Entrialgo De Castro: "Lo que nos estamos perdiendo"

Estamos perdiendo el tiempo. No es que despues, o incluso antes, dejemos de atender nuestras obligaciones sino que en el afán de estar conectados, estamos matando el instante.

En realidad son varios los instantes que estamos matando, que sumados conformarían momentos que tenemos por delante. Llegada la Navidad y el fin de año muchos esperamos que unos momentos sucedan y otros no. Pero otros debemos crearlos.

De los momentos que tenemos por delante unos pertenecen a la Navidad, a la creencia, al rito, a la familia, la intimidad. Y otros a la vida pública. Y entre estos últimos hay uno que aguardamos este año «casi tanto» como la conmemoración que los critianos hacemos de la venida del Señor. Es la expulsión de los mercaderes del templo, que como moneda de cambio utilizan lo mismo la Soberanía que el Código penal para la que debido a la escasa dignidad de la Nación quizá tengamos que esperar al menos otro año.

Los españoles estamos esperando que alguien nos convoque para salir a la calle y confirmar el número de aquellos conformes no sólo con la evolución de la Nación sino con su desmebramiento y desnaturalización, la cantidad de gente que mira para otro lado, aquellos que permiten que un indigno personaje siga siendo presidente.

La permanencia de un gobernante en contra de una gran mayoria popular y todos los gastos y excesos que hace para agarrarse suele causar un retraso, una pérdida de tiempo en el desarrollo de España de diez o quince años en relación con las demás, y que según el gravísimo proceso de regresión histórico y territorial auspiciado por Sanchez para poder gobernar, esta vez puede ser muchos más.

Las nuevas tecnologías  profundamente discriminatorias para mucha gente, sobre todo mayores, y que vulneran el principio de igualdad constitucional, son útiles para muchas cosas y nos ayudan a vencer aislamientos y a mantener el contacto con mucha gente. Pero no, al menos hasta ahora, con todos los que sufren al impostor y el gravísimo proceso de autodeterminación y segregación de la Nación que está permitiendo, hasta que un partido con un par, nos cite en la calle a manifestarnos.

Solventada la cuestión penitenciaria de vascos y catalanes con los traslados de presos y la no aplicación del delito de rebelión durante el juicio y la derogación de la sedición despues, convirtiendo la proclamación de una República en un mero desorden público, una simple reyerta callejera, viene ahora el derecho de autodeterminación de los frentes populares de una y otra comunidad, auspiados por Sanchez a cambio de mantenerse en el poder. Es evidente que las declaraciones falaces de un mentiroso compulsivo repetidas por muñegotes no lo desmienten y son palabras huecas cuando él mismo ha impulsado el proceso, cambiándolo por su permanencia en el poder.

Asistimos a un proceso de autodestrucción de España por parte de un majadero.

Con la incertidumbre política y social y las redes, además, nos perdemos los matices, los detalles, la presencia del otro, sumergir la magdalena en el café, nos perdernos el instante, el distinto gusto del fondo y la superficie. Esos instantes de serenidad, que pueden ser años, son lo que las redes, las tecnologías y por supuesto tambien Sanchez y sus maniobras para permanecer en el poder nos están robando.

A ello contribuyen el idealismo, los políticos y los medios cómplices que nos privan de la razón vital, el hoy y ahora, porque vivir, ciertamente, es estar proyectados hacia el futuro con la esperanza. Pero desde un sitio de sólo dos dimensiones. El aquí y el ahora.

La esperanza no puede ser un aplazamiento, sino parte del aquí y ahora. Y las tecnologías y Sanchez y su proceso de autodestrucción de España y sus valores son los okupas de nuestro tiempo.Tratan de suplantar al hoy, al menos en parte. Esa parte es el instante.

Puede que ocupados en nuestros afanes no estemos perdiendo tiempo. Ni malgastándolo. Porque todo cumple una función. Pero gracias al habitat sanchista y separatista que nos roba el dinero y el tiempo y nos deja la bilis negra, aunque las tecnologías y redes facilitan algunas cosas, otras muchas las dificultan y lo que estamos perdiendo en ocasiones es el aire y el instante.

Y la suma de los instantes es la que hace los momentos que cada vez más nos cuesta construir. Instantes y momentos. Eso es lo que nos estamos perdiendo.

Victor Entrialgo

 

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