OPINIÓN

Manuel del Rosal: «Noche de paz»

Manuel del Rosal: "Noche de paz"

Noche de paz es un villancico de origen austriaco compuesto por el maestro de escuela Franz Xaver Gruber y con letra del sacerdote Joseph Mohr. En 2018 fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad al cumplirse 200 años de la primera vez que fue cantado. Lo fue en 1818 en la iglesia de San Nicolás de Oberndorf en Austria. Es el villancico más famoso del mundo y se canta en todas las lenguas en los días entrañables de la Navidad. Su maravillosa melodía y su letra sencilla hacen que uno se sienta envuelto en la paz que este villancico emana y que nos hace sentir como los hombres somos mejores cuando llevamos la paz en nuestros corazones. Noche de paz es precisamente un símbolo de paz que espontáneamente penetró en los corazones de los soldados que luchaban en el frente occidental en la primera guerra mundial. Sucedió así: “La noche del 24 de diciembre de 1914 las tropas alemanas estacionadas frente a las británicas en el frente occidental comenzaron a cantar Noche de paz – Stille Nacht en alemán – tras haber engalanado y decorado sus trincheras con motivos navideños. Los británicos, al escuchar el villancico, imitaron a los alemanes y sus gargantas emitieron el villancico – Silent Night en inglés – Las voces alemanas e inglesas se unieron en un momento de paz nacido espontáneamente del corazón de unos hombres que olvidaron sus diferencias. Continuó ese maravilloso momento uniéndose en tierra de nadie donde intercambiaron regalos, se abrazaron y terminaron todos juntos cantando el salmo 23 del Libro de los Salmos. Un humilde y sencillo villancico hizo el milagro de que los hombres, enemigos hasta ese momento, dejaran brotar de sus corazones ese anhelo de paz que la mayoría de los seres humanos anhelamos, pero que otros seres con figura de humanos se encargan de pervertir para lograr sus fines inconfesables.

Esto sucedía en 1914, cuando aún la Navidad se llevaba en los corazones; hoy y desde hace años, la Navidad, pervertida por quienes ven en ella tan solo unos días de consumismo, gasto y fiestas paganas; ha pasado de ser llevada en los corazones a ser encapsulada en los luminosos escaparates de los centros comerciales y en los anuncios interminables de televisión que te animan a gastar, gastar y gastar. Si preguntáramos hoy a las gentes si conocen Noche de paz, lo más probables es que te contesten “Sí, es la noche en la que El Corte Inglés ofrece las mayores rebajas”

El mensaje de la Navidad es bien sencillo: ser generoso, amar a los demás y buscar la paz. Pero el mensaje dura poco; tan solo unos días y hoy, esos pocos días, han sido pervertidos para hacer de ellos la excusa perfecta para adorar más que ningún otro momento del año al consumo, el nuevo dios al que se rinde culto y practicar el consumismo, su religión.

Y así el espíritu navideño ha devenido en una desaforada ansia de gasto y de vanidad

MAROGA

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