OPINIÓN

José Manuel García Albarrán: «El sindicalismo comprado y mantenido»

José Manuel García Albarrán: "El sindicalismo comprado y mantenido"

Sánchez, en una reciente reunión celebrada en la sede del sindicato UGT, ha afirmado que:  “Los sindicatos hacen una labor excelente” (sobre todo UGT y CCOO, añado yo) UGT cuyo ‘director de orquesta’ -Pepe López- convertido en Secretario General de UGT en 2016, lleva ‘sin pegar un palo al agua’ desde hace más de 45 años, en que empezó su andadura en el mundo sindical actuando hoy como un ‘excelente lacayo’ que no dudó en aplaudir a su jefe por este ‘merecido’ reconocimiento.

La verdad es que analizando la trayectoria, a lo largo de la historia de la España Constitucional, este Sindicato Socialista (UGT) y el otro Sindicato Comunista (CCOO) llamados ‘sindicatos de clase’ y que son mayoritarios en nuestro País, podemos constatar que SÍ tiene razón en su afirmación porque han hecho y siguen haciendo “una labor excelente”pero con un importante matiz…sólo y exclusivamente para favorecer y mantener al gobierno socialista y al social comunista que usted ahora ‘lidera’, aunque lo haga bajo coacción al dictado y antojo de sus socios.

Es una auténtica vergüenza como estos ‘estómagos agradecidos’ subvencionados principalmente con fondos públicos (más de 3 millones de euros al año que proceden de nuestros impuestos) se limitan a aparecer de vez en cuando en ‘sus’ medios audiovisuales para justificar lo injustificable, ya que llevan tres años sin plantear ni una sola protesta callejera o huelga laboral, lo que resulta increíble teniendo en cuenta la situación del País, la evolución del paro, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, el aumento desquiciado del IPC, la más alta inflación en muchos años, la creciente e inasumible deuda y el engaño admitido y consensuado por ustedes mismos, que valida esa nueva ‘figura inventada’ del trabajador ‘fijo discontinuo’ que es un ‘parado camuflado’ ya que por trabajar sólo 1 ó 2 meses al año  ya no computa como parado en las estadísticas, por lo que la tasa de paro que nos presentan está manipulada y es falsa… ¡Y ustedes, los Sindicatos de izquierdas, tragando… marisco claro!

Hace tiempo que existe un clamor popular pidiendo que los Sindicatos ya sean de izquierda, de derecha o de la tendencia política que quieran, se financien sólo y exclusivamente con el dinero que aporten sus afiliados, porque para la función que cumplen algunos de ellos, su existencia puede ser de dudosa utilidad y su mantenimiento un escarnio para el erario público.

El sindicalismo históricamente luchaba por los derechos de los trabajadores, por su seguridad en el trabajo, por su salud, por conseguir  unas instalaciones acordes con la actividad a realizar y por unos emolumentos dignos y en consonancia con la formación y categoría laboral del trabajador.

No señores, no puede ser que haya Sindicatos de izquierda que hagan la vista gorda ante los desmanes de este gobierno que tiene literalmente comprada “la Paz social” y seguro que en cuanto el gobierno cambie de signo político, ustedes pasarán a arengar a ‘los suyos’ para que se  echen a la calle ante la más mínima decisión ‘no compartida’ o incluso plantearle una huelga general por lo mismo que estaban callados mientras gobernaban ‘los suyos’, es decir los que mantenían sus sueldos, sus prebendas y sus ya famosas mariscadas a cambio de la inmovilidad, la inacción y el silencio de sus líderes sindicales, de sus delegados y de sus afiliados. ¡Intolerable!

Pero la mayor estafa sindical proviene de la consideración de aquellos ‘delegados sindicales’ que sin cumplir ninguna función, a su Sindicato se le seguía  pagando la cantidad que tiene asignada según el número de afiliados, habiéndose detectado que de los 280.000 Delegados inscritos, ha habido unos 82.000 (el 30%) llamados ‘delegados fantasma’ ya que seguían cobrando una vez cerradas sus empresas, al permanecer sin control inscritos en el Ministerio de Empleo, situación que se prolongaba hasta la celebración de nuevas elecciones sindicales, momento en el que se descubría ‘el fraude’ y recibían la baja automática. ¡Increíble!

Otro escándalo que rodea al sindicalismo actual es el de los llamados ‘liberados’ cuya misión en la empresa deja de ser productiva para constituirse, en teoría, en un mero vigilante de las condiciones laborales de sus propios compañeros y actuar de enlace con los directivos de la empresa.

Esta figura del ‘sindicalista liberado’, cuyo número no se conoce con exactitud, por ser ‘el secreto mejor guardado’, al pertenecer tanto al ámbito privado como al público siguen cobrando en el primer caso el sueldo íntegro de la empresa y en el segundo caso el sueldo íntegro de la Administración del Estado. Aunque circularon datos, ‘no contrastados’ y por tanto sólo pueden se pueden tomar como ‘aproximados’ que cifraban en casi 60.000 los sindicalistas liberados, lo que  supondrían a las empresas un gasto de más de 1.500 millones de euros al año ?

Llegado a este extremo me viene a la memoria aquellos ‘sanitarios’ que ejercían como sindicalistas ‘liberados’ en Centros de Salud y Hospitales durante la Pandemia del Covid y que, ante la llamada de sus Centros por la necesidad de personal, desoyeron la petición negándose a volver a sus puestos de trabajo, porque prefirieron seguir cobrando el sueldo íntegro como ‘liberados’, sin exponerse al riesgo inherente a su profesión…

¡Como miembro del colectivo sanitario sentí vergüenza ajena, por considerarlo reprobable y bochornoso!

Y para finalizar una reflexión, al hilo del comportamiento de estos dos Sindicatos de clase -UGT y CCOO- que aglutinan más de 1.800.000  afiliados.

No solo están defraudando a los trabajadores que representan

sino a gran parte de sus afiliados que se sienten desprotegidos y traicionados porque su sindicato está más preocupado por seguir cobrando las subvenciones del gobierno que silencia sus críticas y atan de pies y manos cualquier intento de movilización o de protesta y se sienten traicionados por su sindicato que se manifestó a favor del independentismo catalán cruzando esa línea roja que jamás había cruzado antes ningún sindicalista.

Los sindicatos son necesarios, SÍ, pero sufragados por sus afiliados para que así tengan la obligación moral de defenderlos a ellos y no ser mantenidos por el partido que gobierna y con nuestros impuestos, porque de esta otra manera se ven obligados a defender y obedecer al Estado pasando los trabajadores  a un segundo plano.

El secretario general del sindicato ‘Solidaridad’ dijo: “Aquellos que se llenan la boca hablando de derechos sociales son los que dilapidan nuestros impuestos en mantener sindicales mafiosas”.

¡Paz en Ucrania!

José Manuel García Albarrán

Médico jubilado

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