OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «La España vaciada del interés general»

Victor Entrialgo De Castro: "La España vaciada del interés general"

Se han pasado tantos pueblos y han vaciado tanto la Nación y las aldeas que en lugar del interés general los que van a llegar cualquier día son los extraterrestres. En realidad ya están.

Un frenesí de maniobras electoralistas con exclusivo interés partidista, un cúmulo de ineficacias e inepcias, las cabilas de siempre que impiden llegar siquiera a unos pocos acuerdos razonables, y un montón de palmeros. Han vaciado España del interés general.

Los españoles arrojamos el vómito de nuestra idiosincrasia en el café o en la plazuela, pero el Congreso exige algo más. Amén de representar, obliga a dar un cierto ejemplo.

El gobierno, por su parte, sigue esforzándose en perder la confianza que nunca tuvo, porque el «narcisismo secundario» de Sánchez vuelve siempre a él, después de haberse puesto, no durante mucho tiempo, en cualquier otro objeto. Su nivel afectivo es superficial, frío y carente de empatía, no asume ninguna responsabilidad en su gestión y en ocasiones da muestras de crueldad. La cosa es de libro.

Falta una gran política española que es la España del interés general. Como tantas veces y desde hace ya demasiado tiempo. Y mal pueden unir a todos los españoles quienes no logran vencer las diferencias de partido. Ni en la derecha, ni en izquierda, ni en ciudadanos se percibe apenas el interés general, ni siquiera frente a los enemigos de la Nación. Menos aún en el más obligado de todos, el Gobierno.

Seguimos viviendo una política de minifundismo autonómico, de almorávides y almohades, de taifas y cabilas, de entre las que a Sanchez interesan sólo las que le permiten gobernar.

Falta una gran política española que no sea la de divide y vencerás, en la que tienen sin duda responsabilidad  los medios, sus dependencias y el excesivo impacto de la conmoción en la lucha por las audiencias. ¿Porque así quien vence? Unos cuantos. ¿Y quien pierde? Pierde siempre la Nación, mientras se entretienen las ilusiones de este pueblo que merece cada día un afán nuevo y no un atropello más.

Sin embargo, entre el afán de imperar dividiendo y las extravagancias surrealistas de Podemos que se resiste a abandonar la política, como el pueblo en elecciones le tiene ya más que sugerido, el Gobierno, en su particular Numancia muerde donde ve sangre, como en Castilla y León, y lanza señuelos y «bolaños» de piedra que disparan sus bombardas y pedreros un mayordomo con aspecto de ave fría y falsa solemnidad, agarrándose groseramente a un prospecto.

El Pp, esperando heredar, pretende orillar a Vox, resultado de su desidia, partido sin cuya contribución difícilmente se echará a Sánchez, objetivo inequívoco del pueblo, si exceptuamos el covachuelismo y la presbicie militante, ciega en sus subvenciones y regalías al interés general.

Sanchez sufre el mal de altura porque está próximo el de bajura. Eso es que hay marejada y estamos en campaña. El gobierno se marea y las ministras suben todas a cubierta a arrojar. Lo que sea. Un síesi, uno noesno, una maceta, undejavu, un yaveremos o un folleto que les sentó mal.

Total, vamos camino de 200 reducciones de condenas de peligrosos criminales sexuales y otros 23 peligrosos sueltos, chapuza normativa que fue advertida, lo que provoca chanzas y risotadas en el Ministerio, sin que se sepa todavía qué es lo gracioso y, peor aún, sin que todavía haya dimitido nadie.

Por fin, «el próximo Sábado 21 de enero», aún con todas las dificultades y contra todos los elementos, el pueblo tiene ocasión de expresarse y hacerse cargo, aunque sea por unas horas, de su destino.

España, un país con 600.000 personas mayores que viven solas, 7 millones de parados y 2 millones de puestos sin cubrir. Un pais con dos billones de deuda pública. Algo no cuadra, pero nadie habla de ésto.

Así pues, mientras España continúa lastrada por un gobierno de extraterrestres que desde el principio puso sus intereses por encima de la Nación, la cuestión fundamental, de aquí a Mayo, será encontrar ese interés general escondido debajo de los intereses de los partidos. Es la España vaciada del interés general.

Víctor Entrialgo

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