OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: La muñeca hinchable»

muñeca hinchable

Con todo lo que les ha costado a muchas llegar a ser las que son, ahora resulta que puede ser mujer cualquiera.

He tenido que repasar la acepción de majadero porque no puedo quitarme la expresión de la boca. ¡Es que se han metido todos en mi televisor, están por todos lados!

Ministras que no saben ni hablar, no por las preposiciones para, por, según sin, sobre, tras, ni siquiera por la pronunciación, sino por su pensamiento fluído sobre las pensiones, por qué Eres quien eres, de entre todas las mujeres, por qué será será. Pero no hay cosa más atrevida que la ignorancia, ni animal más peligroso que un piojo resucitao.

Vivimos tiempos en que la mujer no chiripitofláutica, la mujer sensata, la no ministra, la no traumatizada por ser mujer, es la más atacada, la más perjudicada, la más indefensa, y sus problemas los más desatendidos, los más devaluados por «el Paministerio» y algunos medios donde unos feriantes venden muñecas hinchables como en una verbena de pueblo.

La Yoli habla de cuestiones nacionales en galego. La Jesus Maria y José Montero confiesa que los pensionistas, como en todos los paises subdesarrollados, hacen lo que deshace el Gobierno, mientras Mari Geli y los médicos en Cataluña, en lugar de cuidar, obligan a los pacientes a que si se quieren curar ha de ser en catalán, cuando el TSJ de Cataluña ya dijo que el usuario es el que elige la lengua de comunicación con el sanitario. ¿Cómo vas a curar prohibiéndole contar lo que le pasa en su lengua, que tú entiendes? En este país ya no cabe un tonto más.

Decía Balzac que «un imbécil que no tiene más que una idea en la cabeza es más fuerte que un hombre de talento que tiene millares»»

Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia. Pero lo que abunda y mete ruido en este país es la ristra de latas atadas con un cordel que lleva como mascota de paseo las tontas del Ministerio, gente que el diccionario refiere como de  conducta poco pertinente.

Estamos gobernados por gente así, gente que puede hacer mucho daño a la Nación. Cantan !!Coronavirus oé, coronavirus oé!!..y otras danzas infantiles y ridículas propias de rebaño. Esta gente que vende muñecas hinchables es muy peligrosa. Sobre todo si las ponen de ministras o Pamsecretarias obsesionadas. Será su falta. Su falta de seso.

El populismo no resuelve nunca un problema, vive de él. Y ahora asistimos todos los días a la más burda instrumentalización de la mujer mientras las que están a sueldo, que son muchas, pasean la muñeca hinchable para seguir en Galapagar.

Víctor Entrialgo

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