Sanchez y sus sicarios en el PSOE, a los que controla con puño de hierro, ha decidido otorgar a Petro-Hitler, alias El Cacas, en reconocimiento a su trayectoria en la creación de campos de exterminio, su habilidad en la ejecución de asesinatos y su capacidad para ocultar el genocidio a generaciones de conciudadanos, la gran cruz de Isabel la Católica bajo cuya estatua hará un llamamiento a la nación española apelando a la conquista que esclavizó a los indios caníbales. Nada que decir de Simón Bolivar que ingresó en las arcas de la corona británica el capital de la nación, la Gran Colombia. La miseria moral del gran impostor, que con tanta contumacia y tenacidad se cisca en los ciudadanos españoles, rebasa cualquier medida inimaginable, porque sabe, como Goebbels, que haciendo lo inimaginable, todos, al igual esbirros y cobardes, alegarán que tanta ignominia no puede ser sino falsa. El sobrenombre de el Cacas procede del tratamiento de cuantos caían bajo su control en la guerrilla, aquellos presos que confinaba en un zulo que veían caer desde un agujero a Petro-Hitler depositandos sus heces, mientras agonizaban.
¿Y que diferencia hay entre Hitler y Otegui si ninguno ejecutó muerte alguna, y qué diferencia hay entre Petro y Otegui si éste no mató por propia mano, y Petro sí. ¿El número de cadáveres que pisan sus pies, el número de condenados sobre los que se jiña?. Una alfombra de osarios sobre la que caminan hasta la toma del poder. Otegui desea la República española mientras gobiernan sus sicarios del PNV, al igual que Petro en Colombia ha conquistado el trono bajo una lluvia de balas. Es el horror el que conduce a las masas a votar a sus verdugos, pensando de forma inocente que no accionarán la palanca de la horca si antes les rinden pleitesia. La homonimia de Otegui y Petro solo se descubre bajo el yugo de sus flechas y no por la disposición de sus caracteres, sino por su carácter basado en la sangre derramada. Sánchez invita a gritar ¡Gloria al terrorismo!
No se trata de que Sánchez compre una vez mas la leyenda negra de Guillermo de Orange, cuando fueron las Cortes de Cádiz quienes consagraron que eran ciudadanos españoles los españoles de ambos continentes, el primer pais del mundo que dictó y aplicó la abolición de la esclavitud, y ahora este personaje canallesco de la cohorte de Chaves, Griñán y Tito Berni, el esclavo chantajeado del dictador marroquí se dá la mano con el terrorista con manos manchadas de sangre, y alardeando de su ignorancia culpable, inviste a un asesino, a un émulo que supera a Maduro, con un reconocimiento que mancha definitivamente la trayectoria de cuantos recibieron o reciban la Gran Cruz de Isabel la Católica, comprando una doctrina averiada. Los clientes prostibularios y caciques del congreso, aguantando impertérritos, la falsedad e impertinencia de un narcoterrorista.
Sanchez mete la pezuña en todos los charcos, sea con Israel, pontificando sobre la intromisión del Gobierno en el Poder Judicial, criticando lo que hace él mismo que ha intervenido, maniatado y destruido el Poder Judicial con la imposición de su programa de esterilización de nombramientos y con la bendición de su esbirro político, Conde Pumpido, quien legalizó de facto los vientres de alquiler apelando a la superior protección del menor. ¡Sánchez que ha secuestrado a los ciudadanos con leyes que se hurtan al debate político y jurídico dando lecciones de separación de poderes!. ¿Para que crear Tribunales de Orden Público, o tribunales de excepción, cuando se bendice a los delincuentes y se expropia a los ciudadanos pudiendo hacerlo a través de los resortes de la democracia formal?.
Sánchez acumula tal suerte de delitos que su caída dejará al ciudadano con el desasosiego de llevar ante la justicia su política criminal y esto si no usurpa las elecciones y maquilla los resultados, como hiciera en otro tiempo, el delincuente Largo Caballero, de tan feliz memoria. Conoceremos mas pronto que tarde todas las formas de latrocinio, de fechorías, de delincuencia organizada, del que ahora encabeza el partido del GAL. Se quedan cortos quienes piensan y publican de Sánchez como el cínico que inventa su biografía académica, falsifica sus acreditaciones y su tesis doctoral, y quiere pasar a la historia con la ignominia de un dictador que se dice demócrata. Ahora toca premiar a cuantos destruyen el honor de la nación española conculcando la Constitución y revirtiendo la promesa que le obligaba a su respeto. De la mano de narcotraficantes y terroristas.
Sánchez, puede proceder como quiera, no le va a detener Patxi López, porque, como en la película de Wim Wenders «El amigo americano», sólo el primer asesinato resulta costoso. Hay que matar tantas veces como para olvidar el rostro de las víctimas, y violar tanta veces como se requiera para que cualquier violación se ejecute sobre una víctima desconocida. Como se arrojarían bombas desde un Falcon. Un homicidio o un asesinato pueden ser punibles pero si se cometen muchos, cuantiosos, la responsabilidad penal se extingue y se acredita como una guerra de liberación, un ejército popular de liberación, la obra de un héroe etarra digna de homenaje. Ahí tenemos al narcoterrorista instalado en el Estado que emulando a Sánchez se pone de parte de ciudadanos armados contra la nación, convocando a la calle y destruyendo la propia coalición que le llevó al poder. Tontos útiles decía el sabio Lenin. Sánchez desfila por sus ministros al frente de los sindicatos subvencionados, al frente de quienes, en nómina, cada día pierden lo que restaba de su careta. Se vive bien sin haber dado un palo al agua, en representación de los pobres a cuya expansión contribuyen. Sánchez va a necesitar muchos bolaños para contener a las masas que cansados de insultarle a su paso, pasarán a convertirse en pedreros si la democracia en extinción no les detiene. ¿Cuantos mas desmanes tendremos que soportar hasta su desaparición?
Sánchez nos deja la miseria. Ha robado un partido, ha robado una nación, ha robado la historia, ha robado la memoria, ha robado nuestros hábitos y nuestra alimentación, y desde su moral calvinista, la fe que inculca como descreido, cree que bastará para salvarle. No hay nadie mas convincente que quien se cree sus propias mentiras. Pisos y empleos para todo quisque. Peor que nunca. Como Zapatero, necesita el caos y crea el desorden porque sólo la miseria peronista puede perpetuar su control del Estado. Su propósito se viene cumpliendo. Solo la miseria colectiva, la ignorancia y la pobreza, puede atraer a su causa. Sánchez apuesta a favor de la guerra civil. ¿Cómo es posible que exista todavía quien no beneficiándose de esa política de exterminio no anticipe lo que se viene encima?. Sánchez invita a gritar ¡Gloria al terrorismo!