OPINIÓN

Rafael López Charques: «Fascismo rojo»

Rafael López Charques: "Fascismo rojo"

No se crean que jugamos a un trabalenguas o que tratamos de confundirles. Hablamos de una realidad, triste realidad, pero no por ello menos cierta.

Estamos hartos de que nos restrieguen, un día sí y otro también, esos dos términos, sobre todo el primero en boca de quienes indudablemente encajan en el segundo.

Ya sabemos que “los polos opuestos se atraen”, por eso la verdad es que no nos extraña lo que pasa.

Si analizamos el mundo que nos está tocando vivir, llegamos a la conclusión de que en muchos países hay gobiernos que se declaran de izquierdas, rojos hablando en lenguaje corriente, pero que sin embargo su manera de actuar es totalmente similar, una burda copia, de cómo operan los jefes de los que los últimos han calificado y califican de fascistas, mejor dicho, de fachas, con la connotación despreciativa que dicho término conlleva.

En nuestro país, como “todo se pega menos la hermosura” está ocurriendo lo mismo. Muchos paniaguados de esos que nos gobiernan, dicho con más precisión, de esos que se aprovechan del pueblo mientras lo destruyen, en cuanto alguien dice algo que no les gusta lo califican de facha, con lo que, a nuestro modo de ver, solo ponen de manifiesto su fanatismo y su maldad.

Veamos. En una democracia la soberanía reside en el pueblo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley, y participan en la toma de decisiones.

En los países a los que nos referimos, incluido el nuestro, ¿se cumple lo anterior? La respuesta es inmediata e indudable, no.

Según el artículo 1.2 de nuestra Constitución “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” ¿Alguien se cree que en nuestro país el pueblo es soberano? No nos engañemos, no pinta nada. Tiene que soportar mentiras, engaños, falsas promesas, un día sí y otro también.

¿Se respeta la libertad e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley? Dados los cambios de legislación para favorecer descaradamente a algunos, el hecho de que ciertos personajes no entren en prisión estando condenados en firme, alegando circunstancia que no les han valido a otros, nos permite afirmar que no.

Los españoles no participamos en la toma de decisiones, puesto que el desgobierno hace lo que quiere, muchas veces en contra de lo que opina la mayoría de la población. Una vez ganadas las elecciones e instalados en el poder, actúan con un solo objetivo, mantenerse en el mismo.

Para más inri, ante cualquier crítica reaccionan tildando de fachas a quienes se las hacen. Ellos son los buenos buenísimos y quienes no estén de acuerdo son los malos malísimos, son fachas.

Esta es la situación de lo que realmente acontece en nuestro país, y nos preguntamos, ¿qué diferencia hay con un régimen declaradamente fascista? Creemos que ninguna.

Ello nos permite hablar de fascismo rojo. Los denominados vulgarmente rojos han instaurado en nuestro país un régimen fascista, digamos las cosas claras. Gobiernan para ellos. Poco a poco, unas veces directamente y otras indirectamente se han apoderado de todos los resortes del Estado y los utilizan a su conveniencia. ¿No es eso fascismo?

Queridos conciudadanos, lo descrito es la situación real en que nos encontramos. Nos tratan como una masa aborregada que debe estar contenta con las limosnas que nos dan, mientras ellos gozan de todo lo que quieren, pagándoselo nosotros.

Tengan cuidado con levantar la voz y protestar, enseguida serán tildados de fachas, cuando sin duda alguna, son ellos los que han instaurado un verdadero régimen fascista, un fascismo rojo, en su exclusivo provecho.

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