¿Ha actuado Pedro Sánchez a sangre fría poniendo alfombra a los asesinos de ETA?
En las listas electorales de Bildu para el 28M hay varios asesinos convictos y confesos. Son estos:
Agustín Muñoz Días número 6 en la lista a la alcaldía de Legutiano, en Álava, y condenado en 1985 a 29 años de prisión por el asesinato a sangre fría en 1983 de José Antonio Julián Bayano. Begoña Uzcudun Etxenagusia, número 3 en la lista para la alcaldía de Régil y condenada a 18 años de prisión por el asesinato de José Larrañaga Arenas en 1984. Juan Ramón Rojo González número 21 en la lista a la alcaldía de Irún y condenado en 1996 a 30 años de prisión por el asesinato de Francisco Gil Mendoza en 1991; y Asier Uribarri Benito, número 4 en la lista para la alcaldía de Maruri-Jatabe y condenado a 16 años de prisión por ser cómplice en el asesinato en 1997 del guardia civil José Manuel García Fernández.
A ellos hemos de sumar por colaboración en asesinatos a José Antonio Torre Altonaga (dos asesinatos) Lander Maruri Basagoti y Juan Carlos Arriaga Martínez. Todos los asesinatos fueron a sangre fría.
A sangre fría es una novela testimonio del escritor y periodista estadounidense Truman Capote. A sangre fría explica como una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún motivo y cómo los asesinos fueron capturados y sentenciados a pena de muerte. Eran otros tiempos en los que la justicia hacía de justicia. Hoy y aquí en España, hubieran sido condenados a 20 años de los que cumplirían unos cuantos por “buen comportamiento”
Los asesinos que Bildu presenta en sus listas asesinaron a sangre fría sin ningún motivo y sin sentir la más mínima empatía por sus víctimas. Es más, se jactaban y se jactan de ello. Pero no solo ellos actuaron a sangre fría, también actuó una sociedad vasca enferma de rencor y odio, unos políticos que, a sangre fría, buscaban réditos electorales, una sociedad en general anestesiada y cobarde que miraba hacia otro lado, así como jueces tibios que cerraban sus ojos y se tapaban sus narices para no ver ni oler. Y hoy, estos asesinos repugnantes tal como la fueron los que asesinaron a toda una familia en la Norteamérica rural, no solo gozan de libertad, sino que ocuparan cargos públicos en los mismos pueblos donde asesinaron a sus víctimas. Una aberración de lo que aquí llamamos democracia, justicia y derechos humanos.
¿Y Pedro Sánchez? ¿Ha actuado Pedro Sánchez con sangre fría a la hora de poner alfombra a los pies de los asesinos de ETA?. Si, ha actuado con sangre fría y con cálculos electorales sin importarle nada, sin tener escrúpulos, sin sentir la más mínima empatía por las víctimas y sus familias. Pedro Sánchez es colaborador necesario para que los asesinos de ETA ocupen en unos días cargos públicos. Y lo es porque es él el que, ante la necesidad de los votos de Bildu para mantenerse en el poder, no le ha causado repugnancia ni ha tenido escrúpulos en allanar el camino de estos asesinos con el único y miserable motivo de dormir en La Moncloa unas cuantas noches más, dormir a pierna suelta y a sangre fría.
MAROGA