OPINIÓN

Manuel del Rosal: «España: Teatro donde se desarrolla una comedia de figurón»

Manuel del Rosal: "España: Teatro donde se desarrolla una comedia de figurón"

La comedia de figurón gira siempre en torno a un personaje grotesco, fanfarrón y narcisista que al final de la obra queda en ridículo. Se generó en el Siglo de Oro español y es un tipo de comedia humorístico-satírica cuya principal característica está en el protagonista, un personaje ridículo por su psicología y su falta de ingenio, a través del cual el autor critica defectos humanos más o menos graves y comportamientos sociales negativos, algunos de ellos llegando a lo grotesco.

España se ha convertido en un gran teatro en el que, desde la llegada al poder de Pedro Sánchez, se representa de continuo una comedia de figurón cuyo principal protagonista es él. Esta representación está alcanzando sus mayores éxitos desde que Isabel Díaz Ayuso ganó en la comunidad de Madrid, pues esta victoria puso de los nervios al protagonista que ha pasado de aparentar seguridad a la pose grotesca, esperpéntica, fantasiosa, engreida y figurona. No está solo Pedro Sánchez en esta comedia de figurón, aunque él sea el principal figurante. Tenemos a Bolaños, ministro que más parece marioneta de caseta de feria. Y de Irene Montero ¿qué podemos decir? Es la figurona por excelencia, aunque por su gesticulación y mala baba semeja más un personaje lleno de resentimiento que un personaje festivo de comedia. La señora Llop es la figurona perfecta, pues solo hace de figurante sin aportar nada de nada. Pero entre el elenco femenino brilla con luz propia Yolanda Díaz. Yolanda es la dama que busca la notoriedad figurando como la figurona con más glamur, la más señora de las figuronas, la más figurona de las señoras. Está Garzón figurón de ministro que, mientras se zampa un escalope que se sale del plato, dice que la culpa del cambio climático la tienen las pacíficas vacas. Hay más figurones en el gobierno, pero el figurón esencial, el que dirige la cáfila de figurones, el que esperpénticamente luce su palmito en todo evento nacional e internacional, el que hace figuras, poses, promesas a paladas; el que carece de la más mínima empatía, el que, a falta de ingenio, lo suple con gilipolleces de manual, es Pedro Sánchez.

Esta comedia de figurón que, como dije antes, empezó cuando Isabel Díaz Ayuso ganó en la comunidad de Madrid, terminará, más o menos a finales de noviembre y está dividida en dos actos. El primero bajará el telón el próximo día 28, día en el que los ciudadanos que asistimos al teatro España demos nuestro parecer en forma de votos a la representación que de la comedia han hecho todos los partidos en los que – no lo olvidemos – también hay figurones en buen número. El día 29, un nuevo escenario aparecerá ante nuestros ojos y será un escenario que se corresponderá con la opinión que nosotros los espectadores, nosotros los ciudadanos, hayamos expresado en las urnas del primer acto, el acto de las elecciones municipales y autonómicas.

En esa segunda parte, el figurón Pedro Sánchez se mantendrá en su papel de protagonista, pero los registros de su interpretación van a depender de cómo haya sido juzgado por el público en el primer acto, de cómo haya quedado de tocado. El figurón Sánchez tiene una baza que, según él y sus asesores, puede ayudarle a salir bien de un papel – el de figurón – que generalmente termina en el más absoluto ridículo: La presidencia del Consejo de la Unión Europea entre el 1 de julio y el 31 de diciembre será el mascarón de proa de la nave socialista, que intentará hacer creer a los ciudadanos que esa presidencia se debe a que las gestiones de Pedro Sánchez han gustado a Europa y no a las presidencia rotativas de todos y cada uno de los países del Consejo de Europa.

El telón de esta comedia de figurón caerá definitivamente a final de noviembre más o menos. Y en esos momentos y tras contabilizar las opiniones en forma de votos de los ciudadanos que asistimos a su representación, veremos si el figurón Sánchez ha terminado tal como todos los protagonistas de una comedia de figurón: como un personaje, narcisista, grotesco, fanfarrón, engreído y falto de ingenio que, tras años de creerse un dios, termina en el más absoluto de los ridículos. Ya veremos…votamos los españoles.

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