OPINIÓN

Rafael López Charques: «No le demos vueltas»

Rafael López Charques: "No le demos vueltas"

Conforme se acerca el día de las elecciones, van apareciendo noticias que aparte de ser casi seguro mentiras, podríamos darles otros calificativos, tales como ridículas, engañabobos, indecentes, cuentos, etc. Pueden ustedes elegir, pues la lista es interminable.

El caso es entretener al personal, que no piense, engatusarlo con chorradas y que no se preocupe por lo que de verdad debería interesarle. Encima nos lo presentan como iniciativas para nuestro bienestar, nuestra felicidad, cuando si de verdad quieren que la alcancemos tales estados lo primero que tenían que hacer “cum fraude” y sus secuaces es desaparecer de nuestras vidas, cuanto antes mejor.

Los que mandan actualmente van a intentar seguir haciéndolo por todos los medios, no nos engañemos.

Tenemos el ejemplo de lo que pasa con las candidaturas de cierto partido. Llevan en ellas a siete asesinos y treinta y siete colaboradores. De entrada, hay que decir que hay que tener cara para hacerlo, pero de eso les sobra.

Se arma un revuelo y nuestro admirable “cum fraude” se desentiende del tema diciendo «que es legal, pero no decente” ¿A quién quiere tomar el pelo? Debía de haber dicho que es un insulto a la ciudadanía, pero que como muy posiblemente necesitará los votos de ese partido, en caso de que pueda formar gobierno, “al mal tiempo buena cara”. Decir lo propuesto sería lo honesto y decente. Lo demás solo son cuentos cara a la galería en lo cual, hay que reconocérselo, es un maestro consumado.

Ya sabemos que los siete asesinos han renunciado a su posible puesto. Para ser más exactos, pues las listas ya están cerradas, dicen que no los ocuparan en caso de salir elegidos. ¿Nos lo creemos? Hasta que no lo comprobemos no.

Por otra parte, si dados los resultados el partido en cuestión puede poner a nuestro jefe en el dilema de aceptar a esas personas como concejales o no repetir en el cargo ¿qué creen que hará? No nos cabe dudas de que agachará la cabeza y aceptará todo lo que le digan con tal de repetir. Tratará de vendérnoslo diciendo que lo hace, por ejemplo, para seguridad de la democracia.

Lógicamente a quien le critique o desapruebe lo tachará de facha insidioso, enemigo de la coexistencia y del consenso, sin tener en cuenta que una cosa es eso y otra muy distinta bajarse los pantalones. Da igual mientras el pueblo aguante, lo que por cierto es nuestro gran fallo.

Por eso decimos que no le demos vueltas, mientras “cum fraude” tenga alguna posibilidad de gobernar, para logarlo le dará igual aliarse con Dios, con el diablo, con los dos al mismo tiempo si puede, o con quien haga falta, con tal de alcanzar su objetivo. Al pueblo nos contará una aventura y todo arreglado, cuatro años más chupando del bote.

En este contexto no nos puede extrañar que, en un ejemplo de transparencia, que exige a otros como al Jefe del Estado, se niegue a aclarar el total de sus ingresos por todos los conceptos. Retribuciones que también a él, se las pagamos todos los españoles, es nuestro dinero y creemos que tenemos perfecto derecho a saber a dónde va. No solo eso, sino también lo que nos cuestan sus viajes turísticos por el mundo. No es que seamos desconfiados de por sí, es que nos obligan a serlo. Por ejemplo, es mucha casualidad que viaje en medio oficial (es decir, pagándoselo nosotros) un día a visitar una empresa y resulta que ese mismo día hay en ciudad a la que va, un acto de su partido y naturalmente asiste al mismo.

No le demos más vueltas, abramos los ojos de una vez por todas, y plantémonos, por nuestro bien, ante todo lo que están haciendo “cum fraude” y sus aliados en provecho propio, a costa del pueblo español.

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