OPINIÓN

Carmen de Soto: «Una mujer que supo amar»

Carmen de Soto: "Una mujer que supo amar"

Queda poco más de un mes para llegar al centenario del fallecimiento de quién dejó detrás de sí una huella imborrable de ayuda a los demás y bienes de todo tipo. Lo alcanzaremos D m el miércoles 12 de julio.
Sabía poco de su vida, hasta que leí: Una Dama según el Corazón de Dios, libro editado en 1934, con aprobación eclesiástica en la Diócesis de Madrid. Percibí que se trataba de una breve biografía para poder llegar a abrir su proceso de Canonización, y no quise dar carpetazo.

Nos situamos en Jerez de la Frontera, y posguerra de la I Mundial. Escasez de casi todo, falta de escuelas y de formación básica, epidemias mortales, etc. En esos años vivió Carmen Núñez de Villavicencio y Olaguer Feliú. Se enamoró de ella un apuesto francés afincado en Jerez. Su madre falleció inesperadamente y Carmen se volcó en la atención a su padre y a sus dos hermanos, ambos varones. Tanto es así, que en lugar de dejarlos, puso como condición para su matrimonio llevárselos a vivir con ellos; de buen agrado lo aceptó Pedro Domecq Lostau, de sobra cabían en la casa que se estaban construyendo. Ese mismo detalle denota la calidad humana, y caridad de ambos. Cuando se casó uno de sus hermanos, le buscaron una casa colindante.

Otro detalle es que al terminar de construir lo que sería su hogar, y verlo ya listo, quisieron edificar otro para ancianos sin recursos y, se lo encomendaron a las Hermanitas de los Pobres, corriendo con su mantenimiento.

Recuerdo haber ido desde muy pequeña a ver el precioso Nacimiento que ponían en Navidad, sin saber el origen del asilo, ni tampoco de mayor.

Una mañana, estaba ella tranquilamente haciendo punto en una salita, cuando llegó a la casa, un hombre muy apurado queriendo verla, se lo dijeron y pidió que lo acompañaran. Entró casi llorando, le preguntó al buen hombre qué le pasaba, y respondió que se le había muerto un caballo, entonces le dijo que eso no era para tanto. Él respondió: sí, cuándo es el medio para sostener a mi familia. Entonces, llamó para que lo acompañaran a la cuadra y eligiera el caballo que quisiera. Enseguida subió el cochero de la casa, preocupado, y dijo: señora mire Ud., es que quiere llevarse el mejor caballo que tenemos, y ella le respondió: pues, claro, si le dije que eligiera, no iba a llevarse el peor. Así era su generosidad con el prójimo, y por algo, aún sin conocerla, ese padre de familia, había recurrido a su ayuda.

No pretendo hacer hoy un elenco de sus buenas acciones, más bien deseo compartir la alegría, de que el 15 de julio habrá una Misa solemne en la Catedral, presidida por Mons. Don José Rico Pavés, Obispo de Asidonia Jerez, para conmemorar el comienzo del centenario “de quién pasó por esta vida haciendo el bien”, y se fue al cielo en olor de santidad. Esperamos poder darle en este mundo el lugar que se merece, sus restos hará ya un siglo que reposan, al pie del altar del Santísimo, en la Catedral de Jerez de la Fra. ¡Desde el cielo seguirá ayudando a quienes queramos recurrir a ella!

Otro día, más…

Carmen de Soto Díez

Una de sus múltiples bisnietas, y Carmen, por ella. 24-5-2023

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