OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «¿Pucherazo electoral como en el 36…?»

Pedro Manuel Hernández López: "¿Pucherazo electoral como en el 36…?"

“Las elecciones de febrero de 1936 fue un auténtico pucherazo del Frente Popular(FP) con actas plagadas de raspaduras y dígitos cambiados para añadir más votos que los reales a la candidatura del FP en Jaén, donde hubo urnas con más votos que votantes; recuentos adulterados en la Coruña; fraude en Cáceres, Valencia –con escrutinios a puerta cerrada, sin testigos ni luz ni taquígrafos– Granada, Cuenca o Santa Cruz de Tenerife, donde “la victoria oficiosa” del centro-derecha se convirtió en un corto triunfo del FP al anotarse los cuatro escaños de las mayorías; desvíos de votos en los municipios pacenses de Berlanga, Don Benito y Llerena para perjudicar a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)…Al menos el 10% del total de los escaños repartidos (lo que suponía más de 50) no fue fruto de una competencia electoral en libertad, según sostienen Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, los autores de “1936: Fraude y Violencia”. Tras consultar todas las actas, los resultados oficiales de ese inolvidable 16 de febrero del 36 que han pasado –gracias a la Memoria histórica– como las de la gran victoria del FP y que situaron a Manuel Azaña al frente del Gobierno de la II República, confirman, no solo que la derecha se impuso por 700.000 votos en el conjunto de España sino que además explican los escandalosos fraudes en la votación.

Aunque las elecciones –según algunos historiadores–fueron limpias, la campaña fue muy sucia pues se cerró con al menos 41 muertos y más de 80 heridos de gravedad. La violencia se instaló en las calles y los comicios adquirieron un carácter plebiscitario en un ambiente casi prebélico, viciado, radicalizado y cainita. Fueron unos comicios “en pie de guerra” en los que parecía ventilarse el futuro de la República. Como así fue. Todo se redujo a increíbles vuelcos y recuento interrumpido de papeletas que aparecían a última hora, en bloque y a veces en sobres abiertos, otras con tachones, borrones y raspaduras para decantar el resultado de las mesas. El nuevo Gobierno de Azaña integrado en su mayoría –por personajes secundarios de la Izquierda y Unión Republicanas–condicionó las horas decisivas del escrutinio final.

Lo que sucedió durante los días siguientes a la votación no fueron manifestaciones de entusiasmo, celebración y alborozo de simpatizantes del FP, sino auténticos actos coercitivos e intimidatorios –organizados e instigados por las autoridades interinas provinciales del FP que aprovecharon el cambio de Gobierno–que se extendieron por todo el país generando un clima de inseguridad jurídica en torno al recuento e influyendo en los resultados finalmente admitidos mediante el fraude, el falseamiento y la manipulación de votos. Las izquierdas nunca han estado ni están dispuestas a admitir un escrutinio que no le otorgue la victoria y, por ende, el Gobierno. ¿Quién dice que la historia no se repite? Recordemos que aunque Hegel decía “que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal, aparecen dos veces”, fue Karl Marx –al comienzo de “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”– quien complementó su famosa frase añadiendo que “La historia ocurre primero como una gran tragedia y después como una miserable farsa”.

Desde aquel famoso pucherazo del FP –preámbulo y catalizador de la Guerra Civil– ya han transcurrido 87 largos años y sin embargo poco o nada parece haber cambiado en el ADN de la izquierda española. La frase de Hegel, complementada por la de Marx, se ha cumplido. Las elecciones del 36 ocurrieron como un “gran tragedia”, y, las de ahora, como una “miserable farsa”. En el 36 La corrupción socialista con la compra de votos a cambio de dinero, de promesas de un “puestecico” bien remunerado en la Administración o incluso de dosis de hachís (en el caso de Albudeite) vuelve a estar de moda y a la orden del día, con tal que el mayor partido de la oposición –el PP del sagaz y templado galego de Peares, Alberto Núñez Feijoó–no gobierne ni en los Ayuntamientos ni en las Comunidades Autónomas y mucho menos en el Gobierno de España. Para evitarlo –además de mentir prometiendo el oro y el moro– como ven peligrar el chupe político, la mamandurria económica y el status social, han vuelto a recurrir al mercadeo del rastro –que bajo el título de “Una, dos y tres” nos cantaba Patxi Andión, allá por la década de los 80– diciéndonos, entre otras mentiras:

“Estamos en elecciones /vengan y anímense / somos los del PSOE /somos Papá Noel / Les compramos su voto / Si lo quieren vender / Pagamos al contado / O como decida usted /Somos todo lo honrados / que ustedes quieran creer / Les vendemos mentiras / con el precio en inglés /Una, dos y tres /Una, dos y tres…”
Aunque en estas elecciones municipales y autonómicas no ha habido ni muertos ni heridos graves, sin embargo, un secuestro y varias detenciones han empañado el final de la campaña en la que Pedro Sánchez guarda un ruidoso silencio ante los escándalos que están salpicando al PSOE. La Policía Nacional detuvo al menos a diez personas en Melilla –dentro de la investigación judicial que se abrió ante la sospecha de un intento de fraude electoral– tras dispararse el voto por correo desde 4.200 en las elecciones de 2019 a los actuales 11.700. No muy lejos de ahí, en Mojácar (Almería) se produjo la detención de siete personas en el marco de una operación contra la compra de votos (entre 150 y 250 euros por voto). Dos de los detenidos forman parte de las listas del PSOE en esa localidad. El modus operandi era muy similar al de Melilla. El objetivo es siempre el mismo y se repite: personas con escasos recursos y principalmente inmigrantes a las que se les ofrece dinero, ayudas o mejoras laborales a cambio del sobre con el voto por correo .Era la trama la que después lo llevaba y lo entregaba en las oficinas de Correos.

Anticorrupción anda en estos días de “aquí para allá” –como nos cantaba Julio Iglesias en 1980 en su romántica canción “Un sentimental”– y apenas da abasto pues se ha centrado en la tramitación por parte del Cabildo de la Gomera de al menos una veintena de certificados digitales para la supuesta emisión desde sus dependencias del voto por correo de otros tantos particulares .En Albudeite –un pequeño municipio de Murcia de apenas1.400 habitantes y a cuyo alcalde del PP conozco personalmente por haber trabajado conmigo en la Gerencia del 061 cuando era yo era su Gerente– la Guardia Civil ha detenido a 13 personas y se investigan a otras dos por una su a la alcaldía puesta compra de votos, entre ellas a la candidata del PSOE a la alcaldía y a otro miembro del PSOE integrante de la candidatura socialista a la Asamblea de Murcia. Mientras finalizaba el artículo me ha llegado la noticia de que la Policía Nacional ha identificado a una mujer con 102 sobres con votos del PSOE junto a un colegio electoral de Dos Hermanas, en Sevilla para supuestamente inducirle ilegalmente al voto. ¡Con tal de “falconear” y “monclonear” ya no respetan ni el día del escrutinio!

El PSOE sigue siendo el mismo aunque con presidentes distintos. Algo así como eso que dicen de los “perros pero con distinto collar”. Salvando esos 87 años –que no separan de aquel gran “pucherazo” que acabó desencadenado nuestra cainita y fratricida Guerra Civil– y de las víctimas que conllevó, poca diferencia hay con este “neoprogresista” pucherazo del sanchista Pedro Sánchez. Su objetivo sigue siendo mantenerse en el poder una vez que casi ha conseguido someter a su control a los tres poderes del Estado y a la mayoría de medios –públicos y privados– de comunicación e información. Me da la impresión, que en esta ocasión, a Sánchez le ha salido el tiro por la culata. Ha intentado montar un supercirco “ad maiorem gloriam suam” pero los enanos se le han rebelado y han crecido. La historia nos ha enseñado hasta la saciedad que “jugar con fuego puede desatar devastadores incendios e incluso quemarse”. Lo siento por Oscar Wilde. El solía decir que “la única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse”, pero claro se trata de una frase literaria.

Pedro Manuel Hernández López, médico jubilado, periodista y ex senador por Murcia.

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