OPINIÓN

Manuel del Rosal: «La caída de Podemos en versos de Sabina»

Manuel del Rosal: "La caída de Podemos en versos de Sabina"

Era un grupo de esos de perro y flauta. Cresta de mohicano, chupa de clavos. Sexo, birras y coca. Eran cuatro mendas de intensidad provocadora que aprovechando la crisis de las hipotecas fake, dijeron: ¡ha llegado nuestra hora! Y se presentaron, y apostaron desde la Puerta del Sol sabiendo que muchos ingenuos ciudadanos les votarían desde su desencanto y su estupidez de creer que, con rocanrol, birras y coca cambiarían a la España de los toros y el fútbol. Y les presentaron a uno de la casta para que les iniciara en eso de la pasta. Y crearon un partido aconsejado por un listillo que tenía un socio con mucha vista para hacer negocio con las tarjetas Visa. Y desde ahí dejaron los bares de mierda por los restaurantes de cinco estrellas. Y cambiaron sus zapatos zarrapastrosos po zapatos de cuero, para pisar moqueta de terciopelo. Y ya no montan sus movidas en privado, lo hacen en la promenade de lo más alumbrado. Y no beben birras, sino Dom Perignon mientras se refocilan, mientras oyen cancioncillas de pijos y pijas. ¡Larga vida a lo progre! Se acabaron las tardes bajo los árboles. Y ya tenían de imagen un asesor que les presentó a la sobrina de un promotor que conoce a un politólogo de cojón. Y que contactó con un director de un diario relumbrón.

Ya no hablaban de necesidad, sino de calidad. Ya no pregonaban la pobreza, sino la riqueza, ya no viven en Vallecas, sino en Galapagar en un chalé de diseño. Mientras, olvidados los perros y las flautas vistieron de Armani y de Carolina a costa de los votos de los pamplinas que se los dieron en la creencia de que estos de Podemos les salvarían. De progres iban, amantes de los animales, defensores de todo lo que suena a femenino. Hasta en la sala de espera del dentista sonaba su melopea comunista. Y decían que iban a comerse la vida y el mundo porque ya andaban con zapatos de gamuza azul pisando moquetas de mierda aterciopelada y se tuteaban con otro que tal llamado Sánchez del que se diferencian tan solo en la estatura. Y enarbolaban la Visa, la de oro adquirida con los votos de quienes entraron al trapo de sus mentiras.

Estaban en eso de “Nos vamos a comer el mundo”, pero el mundo se los ha merendado un 28M. Y se les ha acabado la risa y se les ha mojado la Visa. Y ahora andan pordioseando tras la barbi de la izquierda que poco les va a poder dar, porque ¡a ver! quién va a soportar pasar de la casta a la que tanto denostaron y volver a los garitos de sexo, coca y birra; crestas de almidón, chupa de clavos; a pasar de montárselo en la promenade al garito de mierda, de paredes grasientas y mamaderos de fane descangayada.

Y el pasado 28M los españoles, hartos de tanta gilipollez podemita adornada con gasas de Yolanda, con el careto triste y lánguido de Belarra, con el morro resentido de Montero, las paridas sexuales de Rodriguez, pero, sobre todo, de tanta hipocresía que les salía y les sale por todos sus poros; los devolvió al lugar de donde habían salido, es decir, a las catacumbas de la política.

Y queda el 23 de julio.

MAROGA

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