OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: “El pueblo español ha hablado alto y claro”

Pedro Manuel Hernández López: “El pueblo español ha hablado alto y claro”

(…) “Habla, pueblo, habla / Tuyo es el mañana /Habla y no permitas / que roben tu palabra / Habla, pueblo, habla /Habla sin temor /No dejes que nadie apague tu voz…”

En todos los rincones de España se tarareó hasta la saciedad aquel pegadizo estribillo y, estoy seguro que una gran mayoría recordará esos versos pese a los años transcurridos. Estos versos formaban parte de una canción que en la década de los 70 se puso muy de moda gracias a un grupo yeclano de música folk –surgido en los ambientes universitarios de Murcia– que grabó una canción llamada “Habla, pueblo habla”. Vino Tinto fue el nombre con el que saltaron a la fama esos jóvenes, y da la casualidad que a dos de los cinco componentes los conocía personalmente pues fuimos amigos y compañeros en el Seminario Diocesano Menor de San José de Murcia donde estudiamos. Aunque a Adolfo Suarez la canción no le gustó nada, al final su equipo le convenció y se convirtió en el himno ciudadano oficial que se usó como propaganda del Referendum para la Ley de la Reforma Política de aquel 15 de diciembre de 1976 y que sería el primer proceso de “sufragio universal” tras la muerte del General Franco.

Ahora, cuando algunos de nuestros políticos quieren finiquitar la Transición Democrática en España –con la Memoria Histórica y Democrática– es bueno recordar aquel “Habla, pueblo habla” del grupo murciano Vino Tinto que tanto hizo por animar a los españoles a votar en aquel Referendum y que significó el arranque de la actual democracia en España. Una vez más la democracia ha ganado porque “el Pueblo ha hablado alto y claro” expresando lo que quiere para la nueva España del siglo XXI, quizás porque en el subconsciente colectivo aun resonaba el estribillo y los versos de Vino Tinto y, también quizás, hastiado de tantas mentiras dichas ,de tantas promesas incumplidas, de los elevados precios de la luz y combustibles, de los alimentos básicos, del alquiler y compra de viviendas, de tantos recortes en los derechos y libertades fundamentales y de esos cientos de millones de euros despilfarrados en imponernos un lenguaje inclusivo y la ideología LGTBI, en borrar nuestra historia mediante cicateras y vengativas leyes, en defender la muerte frente a la vida con leyes que protegen el aborto, la eutanasia y el bienestar animal infravalorando el inalienable derecho humano a la vida y a una muerte digna mediante los cuidados paliativos.

El pueblo español ha hablado alto y claro y no se ha creído las quiméricas propuestas desplegadas –de prisa, corriendo, a última hora y en plena campaña– por el presidente del Gobierno y, a las que –el líder, del este nuevo PP triunfador y victorioso, el sagaz e inteligente galego de Peares Alberto Núñez Feijoó– ha calificado magistralmente de “catálogo de promesas imposibles”. El pueblo ha hablado alto y claro, y entre las infumables promesa, aranas y venta de humo de Sánchez y las auténticas “verdades del barquero” de Núñez Feijoó, se ha quedado con estas últimas y ha confiado en sus palabras correspondiéndole con sus votos. El pueblo ha pasado olímpicamente de las 183.000 nuevas viviendas prometidas, del 50% de descuento para el inter-rail europeo, de la línea de avales del ICO para el 20% de la hipoteca para la primera vivienda, del olvido oncológico y de esa híper culturización a los pensionistas llevándolos al cine los martes por dos euros, etc, etc.¡ Y claro, claro, como Pedro Sánchez ha estado tan ocupado en contentar a sus socios comunistas, separatistas e independentistas esta legislatura se le ha pasado “volando”! Y nunca mejor dicho pues ha usado el Falcon hasta para ir a hacer “aguas menores”

Aunque ya el profesor Tamames –en la histórica y polémica moción de censura contra Pedro Sánchez– pidió adelantar las elecciones, su reacción a la reciente debacle sufrida ante las urnas no se ha hecho esperar. Apenas transcurridas 12 escasas horas, todas las cadenas de TV y demás medios de comunicación nos informaban que el presidente Pedro Sánchez estaba compareciendo, él solo, en Moncloa –con un rictus facial que reflejaba todo, menos alegría y optimismo– para anunciar, según sus propias palabras, “breve” y “claro” que asumía la derrota en las elecciones y que había comunicado a S.M.el Rey la intención de celebrar un Consejo de Ministros para fijar las Elecciones Generales el 23 de julio (23-J). Al igual que el escorpión de la fábula, atribuida a Esopo, como “va en su naturaleza” lo tiene todo calibrado y nunca deja nada al azar. Para él el “poder” no es un medio sino el fin en sí mismo, como afirma su homónimo, “El Gran Hermano”, en la orwelliana y distópica novela “1984”.

Aunque la noticia —de entrada, es muy sorpresiva por la fecha elegida— conociéndole, al final acaba por no sorprender ni engañar más a nadie. Casi con toda seguridad empezó a barruntar esta fecha cuando en plena campaña electoral le explotó en la cara el “affaire” de las listas de EH-Bildu, pero como lo lleva impreso en su código genético si tiene que morir, lo hará matando como el escorpión y cuantos más caigan con él, mucho mejor. Si no fuera así ¿por qué esa fecha tan hostil para casi todos los españoles? Esto aunque no tiene “trato” si tiene “truco”. No es pura coincidencia que ese 23 de julio, no solo la mitad de España esté de vacaciones, sino que, además de ser el principal puente del verano, el de Santiago Apóstol, sea festivo en las comunidades de Castilla y León, Galicia, Navarra y el País Vasco. Alguien ha consultado el Calendario de fiestas para el 2023 mucho antes que nosotros y ha hecho acopio de todos los recursos para que ese día el absentismo en las urnas sea cuanto más mejor, sobre todo si cuenta con la leal anuencia de Correos e INDRA, sus agradecidos amigos y aliados.

Los éxitos cosechados por Alberto Núñez y el PP en los comicios municipales y autonómicos le han “obligado” a adelantar la cita con las urnas y de ellas podría derivar un cambio de ciclo político que no solo va a repercutir en el ámbito social y económico sino en el empresarial. Los cambios que implicaría un gobierno del PP, con Alberto Núñez Feijoó como presidente de España –tras dos funestas legislaturas de un gobierno sanchista, feminista y progresista, como el mismo se auto proclama– se traducirían en políticas más favorables a las Pymes, un importante recorte en los impuestos fiscales, el Pacto Nacional del Agua, la bajada del IVA en muchos más alimentos, combustibles y electricidad…etc, etc. Feijoó ha sentenciado que al Sanchismo solo le queda una oportunidad: “Que nos cansemos y nos confiemos”. Así mismo ha reconocido que el reto de los populares debe ser ahora “trabajar para que el resultado del 23-J dé el carpetazo definitivo a un gobierno sanchista al que le sobran ministros y le falta dignidad”.

¿Por qué Sánchez nos convoca en plena canícula de julio? ¿Se trata de un caramelo envenenado con una cicatera intencionalidad? Por supuesto. Además de un jugador ventajista es un auténtico trilero que cree que en esa fecha al menos un 30% de los españoles estará de vacaciones, sí o sí., y que de ese 30% una gran mayoría votará a la derecha. A esto en política se le llama la artimaña de “desmovilizar al enemigo”. ¿Otras razones para no aguantar hasta diciembre? Simplemente ha creído, que en las actuales circunstancias, tenía más ventaja la opción de adelantarlas, incluso con la presidencia de la UE de por medio. No obstante, que un dirigente –por muy presidente que sea– se crea que las personas son elementos manipulables y que se puede jugar impunemente con ellas, con sus familias y sus vacaciones, esto puede tener un efecto boomerang totalmente contrario al deseado.

De aquí al 23-J se va a reeditar mil veces aquello de “Pedro y el lobo” de Sergei Prokófiev, pero todos sabemos cómo acaba el cuento: “Mentir continuamente tiene consecuencias muy negativas para el que miente y siempre conduce a la desconfianza y a la pérdida de credibilidad”. No olvidemos lo que le responde el “histórico del PSOE”, Francisco Vázquez, a Sánchez en el programa de la mañana “Herrera en COPE”, cuando éste se queja amargamente de que “me van acusar de pucherazo electoral con la fecha”… Como no le vamos a acusare de pucherazo electoral cuando éste no da puntadas sin hilo y, además, cuando menos votos haya mayor representación de los partidos comunistas. Lo dicho. Al igual que en las elecciones de febrero de 1936 se dio un auténtico “pucherazo electoral” por parte del Frente Popular, ahora 87 largos años después el Gobierno sanchista pretende —como quien no quiere la cosa- volver a repetirlo. Está en su ADN y va en su naturaleza.

Pedro Manuel Hernández López, médico jubilado, periodista y ex senador por Murcia.

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