“Sumar es un contenedor de recogida de corpúsculos políticos que, desechados a nivel nacional, intentan desesperadamente alcanzar a poder vivir cuatro años más a costa de la política. Sumar es la nada contenida en un odre vacío en cuyos recovecos se acomodan como pueden 15 partidos dispuestos a comerse los unos a los otros con tal de aparecer en las listas electorales”
Un día de julio del pasado año, Yolanda Díaz lanzó su corriente política conocida como Sumar.
Los españoles escuchaban sus propuestas como el niño digitalizado que escucha, sin el más mínimo interés, el cuento que su abuelo le cuenta tal como se contaban antes los cuentos. Y era así porque Sumar en sí mismo era y es un cuento para ingenuos y despistados. Cuando Yolanda Díaz presentó oficialmente a su engendro llamado Sumar, los asistentes mediáticos comprobaron que allí no había nada de nada, que aquel bodrio era un odre vacío. Pero callaron como corresponde a los medios de comunicación entregados y sumisos a las izquierdas. Yolanda, glamurosa entre sus sedas, expuso lo que era Sumar y lo que sería en el futuro inmediato: NADA
Yo tuve un profesor en el Bachillerato que nos decía que todo aquello que no está sometido al tiempo y la medida, fracasa y fracasará. Sumar carece de tiempo y de medida y solo se apoya en la idea de Yolanda Díaz, esa medio meiga gallega, que tiene encerrada en su cabeza, la idea en la que ocupa lugar preferente la hipocresía y la mentira con la que va a embelesar, manipular y defenestrar a todos los que, llevados de su sonrisa de cimitarra – la cimitarra es peligrosa – y su nariz de águila astuta, van a creer en su proyecto, un proyecto – no lo olvidemos – cuyo mayor muñidor es Pedro Sánchez.
Yolanda Díaz, al cabo de un año del lanzamiento de Sumar, ha logrado embelesar y manipular a un cierto número de ciudadanos y de políticos de partidos minúsculos para presentarse en común para el 23J y – esto es importantísimo – defenestrar a quienes le hacían sombra, cuyo ejemplo más paradigmático es Irene Montero, ¡pobre de ella! A Yolanda le ha bastado con hacer lo que Isidro Babel, personaje principal de la novela de Roberto Fontanarrosa titulada: “Isidro Babel, creador del ausentismo” hizo en la presentación de su obra como pintor en la que los cuadros estaban totalmente en blanco: Isidro proclamó, “Ahí está la obra” Yolanda ha dicho, “Ahí está Sumar” Y como los cuadros de Babel, Sumar se presenta vacío de todo contenido. Como los lienzos de Babel, Sumar está en blanco a pesar de que lo forman quince colores diferentes. Yolanda lo sabe, pero espera que sus fieles y alguno más, pues con solo sus fieles no le va a bastar, en un acto de fe cristiano vean en el “ausentismo” – nada hay presente, todo está ausente – de Sumar, la maravillosa nada que es Sumar, la voten y evitan que tenga que desaparecer como le pasó a Isidro Babel, que desapareció tras haber engañado a quienes creyeron en su movimiento de progreso al que tituló “Ausentismo” y defenestrar a quienes le molestaban en su idealismo vacío como un odre de vino al que nunca llegó el vino.
MAROGA
