Durante unas semanas estuve escribiendo misivas con este mismo comienzo en sus títulos. Hace algunos años, cuando se iban a realizar elecciones regionales en Andalucía, sentía la necesidad de aportar algo a favor de mis paisanos, me dirigí a ellos con algunos escritos y pienso que el beneficioso cambio que tuvieron al pasar de la irracionalidad de los gobiernos socialista a un gobierno más del pueblo, como es el del PP, cooperé con mi granito de arena. Ahora pretendo ponerlo también para eliminar el gobierno de los radicales sociocomunistas del sanchismo que tanto daño está provocando en España.
Aludía en uno de esos escritos al desprecio por la vida que tiene el gobierno sanchista al legalizar que una madre mate a su propio hijo antes de nacer y además castigar a quien intente evitarlo; también legalizó el asesinato de mayores con la eutanasia. El presidente es una persona sin escrúpulos que esto y cosas peores ingenia para complacerse él y arrodillarse ante los que le sostienen en La Moncloa. En otro me detenía en analizar la gran cantidad de embustes y mentiras que es capaz de fabricar este elemento, siempre pensando que la mentira actual, encubra la anterior. Cualquier gobernante de otro país democrático, dimitiría al ser descubierto en una sola de estas mentiras. Es más falso que un euro de chocolate. También me he referido a la inmensa cantidad de colonizaciones de Instituciones que debían ser libres e independientes; hay quien habla de que ya ha asaltado a más de 25 (No es esto un totalitarismo muy radical). También me he referido a él como un perfecto déspota y aportando razones que avalan este calificativo. Claro, la razón principal por la que los españoles lo desprecian es por su incapacidad para ser un hombre de Estado, por destrozar su propio partido político, por no saber hacer otra cosa que charlatán de feria, por entregar el Sahara a Marruecos, contra la voluntad del pueblo y sin dar la más mínima explicación, por resucitar a Franco cuando nadie le recordaba, por su incapacidad de hablar sin mentir y tantas y tantas cosas que le hacen merecedor de los abucheos y pitadas de todo el pueblo español. Pero, para una persona seria, íntegra y honesta, hay unos principios que no son negociables a la hora de votar: la vida, la familia, la libertad de enseñanza y el bien común, principios avalados por Benedicto XVI. Y no olvidemos que el PP de Feijóo también desprecia la vida, apoya el aborto y la eutanasia y con ello apoya a Sánchez a restablecer la pena de muerte, que fue abolida en el año 1978 en España. Solamente nos queda un partido político que respeta la vida y la familia.
Pablo D. Escolar