Y esto es así porque los ciudadanos hemos hablado en las urnas y hemos decidido que España siga dividida en dos bloques irreconciliables y que dependa de bilduetarras, nacionalistas e independentistas. Los ciudadanos hemos dado la llave del gobierno a quienes quieren fracturar España. ¿hay mayor estupidez? o ¿puede que no sea estupidez, sino el deseo de millones de españoles?
Ya hablé en otro artículo de que siempre se señala al político y nunca al votante. Sin embargo, el votante es el que decide tras escuchar al político y sus promesas, luego la composición del gobierno depende, fundamentalmente, del voto. Y aquí surge una pregunta: ¿Quién es el culpable de la situación a la que hemos abocado una vez más para sumir a España, una vez más en el bloqueo o en un gobierno dirigido por bilduetarras, nacionalistas e independentistas? Emulando a Sor Juana Inés de la Cruz “¿O cual es más de culpar, / aunque cualquiera mal haga: / el que paga por el voto / o el que cobra por votar”
Los españoles llevamos años poniendo a España en la incertidumbre y el bloque y hemos seguido haciéndolo en esta nueva ocasión demostrando que algo está pasando en esta nuestra democracia que va camino, si no está ya, en una oclocracia. Una oclocracia es la autoridad emanada, no del pueblo soberano, sino de un populacho corrompido y tumultuoso, semejante a un despotismo de la muchedumbre. La oclocracia se instaura cuando un pueblo manipulado pasa a ser una muchedumbre que decide desde el rencor y la ignorancia. Es el último estado de la degradación de la democracia.
Desde mi forma de ver las cosas, el resultado de estas elecciones no las pondría en el debe del político, sino en el debe de una ciudadanía que ha votado alimentada del rencor y la ignorancia. No se puede explicar de otra forma que volvamos a ser gobernados por un gobierno entregado a los que quieren fracturar España.
MAROGA