Hemos estado mucho tiempo, al menos 5 años, en los que muchos ciudadanos se comportaban como borregos, creyendo que las anomalías democráticas de nuestro gobierno pasarían y volveríamos a ser un país normal, con las características habituales de todos los que componen la Unión Europea. Pero pasadas las elecciones y visto que el déspota no logró convencer a los votantes que necesitaba, utiliza todo el juego sucio que se le ocurre para continuar en el poder.
Es de dominio público y el déspota no lo puede ocultar, que ocupa la mayoría de las instituciones del Estado, sin el menor recato ni decencia. Mencionaré solo algunas con el fin de no alargar demasiado este escrito: RTVE (Teleembustes) , CIS, Correos, Fiscalía, INE, EFE, CNI, CSIC, Indra, Abogacía del Estado, Medios de Comunicación, Tribunal de Cuentas, Tribunal Constitucional. Tergiversa el significado del lenguaje a su antojo, para hacernos creer que lo bueno es malo y viceversa. Hace uso de su pico de oro, con el que embauca al pueblo más crédulo e ingenuo. ¿No es este el comportamiento de los dictadores? Pues ¿a qué esperamos para darnos cuenta de a dónde nos lleva fray Mentiras?
Hablo con la gente en la calle y observo que empieza a inquietarse por la situación y los desprecios del déspota para con todos nosotros. Le importamos un rábano los españoles y lo único que le preocupa es continuar en el poder, aunque para ello tenga que vender a España y a los españoles a precio de saldo.
Su altivez no puede ser mayor y a nosotros nos trata como a monigotes. Si no paramos esto, nuestro futuro inmediato será muy negro.
Pablo D. Escolar